El profesor Hipólito Miguel da clases desde hace 44 años. Imparte las materias de cálculo, analítica y estadística. A sus 66 años la pandemia le impuso el reto de las clases a distancia.
Él no dominaba ninguna de las plataformas virtuales. La situación le resultaba angustiante.
Pero bueno finalmente como docente me dije a mi mismo no puedo defraudar la expectativa que esperan los alumnos de mi persona y me tengo que actualizar. No voy a perder el prestigio que he ganado en la institución por un bache en el que me encuentro”.
Los primeros días enviaba audios y videos a través de WhatsApp, pero sabía que no era suficiente. Así que, el también decano de la escuela superior de Turismo del IPN, pidió asesoría académica.
Recurrí a mi nieta. Y me enseñó a manejar la plataforma Zoom, después me enseñó a manejar Microsoft Teams. También mis alumnos lo notaron y se pusieron a mis órdenes para decirme nosotros lo capacitamos, maestro”, agregó el profesor Hipólito.
Ahora, a poco más de un año de distancia, dice, domina las plataformas un 80%, pero sus alumnos reconocen su esfuerzo al cien.
Sin duda alguna usted ha sido nuestro pilar en esta modalidad”, Marlene Martínez, alumna.
Independientemente de la modalidad que está, pues la verdad usted ha sido un gran maestro”, Brenda Galindo, alumna.
El mismo dilema enfrentó el maestro Saúl.
Al principio yo no sabía utilizar Zoom, ni siquiera sabía yo iniciar una sesión. De tal situación que en un principio les pedía yo ayuda y luego, luego salían ‘yo le ayudó maestro’”.
Y la profesora Yolanda recurrió a sus hijos para aprender estas nuevas tecnologías.
Los hijos, al ser también jóvenes y saber de las estrategias y las plataformas, ellos me fueron educando y enseñando qué podía yo hacer”, dijo la profesora.
Para la maestra Denisse, el reto no fue el uso de plataformas, sino trasladar toda su clase al mundo virtual
Siempre he sido hábil con las herramientas tecnológicas, la verdad ahí sí me pongo una palomita, entonces creo que para mí no fue tan difícil, más que esta parte de hacer una planeación de una hora, manteniendo a todos, captando la atención de todos”.
Otro reto fue encontrar un espacio adecuado para impartir las clases desde casa.
Sí, claro, nos trajimos la universidad a las casas. Sí había que hacer adaptaciones, contratar una banda ancha más adecuada, mantener el espacio con menos ruido”, agregó la profesora Denisse.
Así el garaje es ahora el salón de planeación de riesgo e impacto ambiental y energías alternas.
Empezamos invadiendo la intimidad de la casa, unos desayunando y otros dando clases u otros trabajando, por el otro lado alguien exponiendo entonces cada quien fue agarrando su espacio. Y en mi caso elegí el garaje de la casa”, agregó el profesor Saúl.
Y en la recámara se dan clases de introducción a la industria de la hospitalidad y ventas hoteleras.
Acabé en el cuarto, como te decía en mi habitación, dije aquí ya nadie me escucha, aquí yo soy dueña y pues traté de adecuar mi lugar, un lugar que dije bueno, donde me sienta bien, donde me sienta confortable”, añadió la profesora Yolanda.
A pesar de las complicaciones, los maestros coinciden en que descubrieron nuevas herramientas que les serán útiles cuando regresen a la educación presencial.
Imagínate calificaba 250 exámenes, 300 exámenes ahora con una aplicación que se llama Socratif hago el examen, los alumnos en 15 minutos contestan ese examen e inmediatamente yo ya tengo calificado el examen. Entonces para mí eso ha sido un ahorro de tiempo”, agregó Yolanda.
Fue su vocación, compromiso y amor por la docencia, lo que los hizo resilientes, virtud que los ha convertido en aún mejores profesores.
Es un placer para mí dar clases”, compartió el maestro Hipólito.
Me interesa la educación”, dijo el profesor Saúl.
Sí es muy satisfactorio”, puntualizó la profesora Denisse.
Me encanta, me encanta”, concluyó la maestra Yolanda.