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Zempoala, Pueblo Mágico de Hidalgo

La magia de Zempoala fluye por los 48 kilómetros del acueducto del padre tembleque.

 

Un complejo hidráulico construido en el siglo XVI por 400 indígenas al mando de este fraile franciscano Francisco de Tembleque, cuyo tiempo de edificación se dice que se tardó 19 años”, Sebastián Sánchez, director de Turismo en Zempoala, Hidalgo.

 

Fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 2017 y en diciembre de 2020 le dio el título de Pueblo Mágico a Zempoala.

 

El Acueducto del Padre Tembleque es una obra hidráulica monumental que da identidad a Zempoala. Fue construido en el siglo XVI para abastecer de agua, no sólo a este municipio hidalguense, sino también a Otumba, en el Estado de México, y más de cuatro siglos después sigue siendo un acueducto vivo, es decir que aún funciona.

 

El Ramal, que corre de los manantiales ubicados en las faldas del Cerro del Tecajete hacia Zempoala, todavía abastece de agua algunas zonas, como el Ejido Almárcigo.

 

El agua viene, bueno yo la tomo del Acueducto del Padre Tembleque, yo la tomo de ahí pero viene de los manantiales de Santa María Tecajete”, Liborio Sánchez, campesino y productor de pulque.

 

En este ejido, don Liborio elabora pulque de forma artesanal.

 

Las cruzadas en Zempoala es algo muy sin igual para querer a los de Canal Once como un hermano carnal.

 

Pero lo que ahora distribuye el acueducto es ese encanto que llega a las 19 exhaciendas pulqueras que aún quedan en Zempoala y que hoy, convertidas en máquinas del tiempo, se dedican a la organización de eventos sociales, entre otras actividades.

 

Como la Hacienda Casa Grande. En sus buenos tiempos fue el principal centro de distribución de mercancías de la zona, incluso, aún se pueden apreciar los lujos propios de la época porfiriana.

 

Fue la época de auge del pulque en tiempo de Porfirio Díaz y todo lo que ven un poquito en la sala, a esto se le llamaba la aristocracia pulquera”, Raúl Enciso Aguayo, dueño Hacienda Casa Grande.

 

Y en El Tinacal de la Hacienda San Juan Pueblilla, donde a principios del siglo pasado se fermentaba pulque, hoy se elabora cerveza artesanal.

 

Decidimos como darle una similitud en la producción pensando en alternativas nuevas que pudieran funcionar. Se nos ocurrió lo de la cerveza”, Jesús Antón, director de cervecería Hacienda.

 

El casco, que data de 1880, recientemente reconstruido, ahora se renta para fiestas.

 

Historia muy parecida es la de la Hacienda Zontecomate que data del Siglo XVIII. Fue renovada hace poco y hoy en día es utilizada para organizar eventos.

 

Y en la ex Hacienda de Tepa, en donde en el Siglo XIX se elaboraba pulque, hoy se crían toros de lidia.

 

En el año 81 yo se la compro a Alejo Vázquez, lo que quedaba de la hacienda, toda en ruinas y a partir del año 81 pongo aquí una ganadería de toros de lidia que se llama Cieneguilla y la completo con otra que está en Tlaxcala que se llama Montecristo”, German Mercado Lamm, dueño de Ganadería Montecristo.

 

Sus 300 hectáreas albergan una pequeña plaza y decenas de corrales con toros que, al cumplir cuatro años, veremos en las principales plazas del país.

 

Otro de los atractivos de Zempoala es el exconvento de todos los santos.

 

En el año de 1571 fue construido el convento, había nada más cuatro religiosos, fue iniciada la construcción por agustinos y la concluyeron los franciscanos”, Alejandro Suarez Ortiz, sacristán de ex Convento de Todos los Santos.

 

Uno de sus más célebres moradores, fue Fray Francisco de Tembleque, el constructor del acueducto.

 

Quienes visiten Zempoala quedarán hechizados con esta obra, pero, además, por su gastronomía, cuya joya es el Ximbote, un guisado cocinado a las brasas en el interior de una penca de maguey.

 

Se abre como si fuera una bolsita y se rellena de nopales, carne de cerdo, carne de puerco, o bien en temporada quelites con escamoles, chinicuiles o gusano de maguey, según la temporada.”, agregó Sebastián Sánchez.

 

Tampoco se pueden ir de estas tierras sin probar una burra.

 

Es un pan grande, está hecho con miel de piloncillo, con anís y pues va relleno, va relleno con queso, se pinta y se le echa ajonjolí arriba”, Oscar Ávila, panadero.

 

Y sin visitar la estación del Tren de Tepa, en la que se pueden apreciar piezas dignas de un museo, como un telégrafo con más de 120 años de antigüedad.

 

Cuando se instaló el ferrocarril, donde nacía una línea de ferrocarril, nacía una línea telegráfica”, Carlos Manuel Benítez, custodio de la estación Tren Tepa.

 

Con el nombramiento de Pueblo Mágico Zempoala espera hacer del turismo una de sus principales fuentes de ingresos.

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