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Conoce a la población LGBTIQA+ que ha destacado en la ciencia

Científiques destacades que enfrentaron consecuencias por su orientación sexual

Foto: Pixabay

Hay personas de la comunidad LGBTIQA+ que han dejado una huella profunda en el mundo de la ciencia.

Una de ellas fue Alan Turing, matemático y criptógrafo británico, considerado piedra angular de la computación moderna.

Turing se formó en la Universidad de Cambridge y más tarde en el prestigioso King’s college. 

Fue esencial en la descodificación de la máquina enigma durante la Segunda Guerra Mundial.

Su trabajo salvó incontables vidas  y resultó determinante para el desenlace del conflicto bélico acelerando el avance aliado, sin embargo, tras la guerra, enfrentó consecuencias adversas debido a la discriminación y estigmas por su orientación sexual.

Pasemos a otra historia, el 18 de junio de 1983, la científica y astronauta Sally Ride se convirtió en la primera mujer estadounidense en viajar al espacio a bordo del transbordador espacial Challenger.

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Además de su aporte pionero en la exploración espacial, Ride se reconoce como la primera astronauta perteneciente a la comunidad LGBTIQA+.

Luego de su etapa como astronauta, se dedicó a la enseñanza y fundó una organización dedicada a inspirar a niños y niñas en la ciencia, tecnología e ingeniería con el fin de lograr sus sueños.

“Es tiempo de que la gente comprenda que en este país una mujer puede dedicarse a lo que quiera”, mencionó Ride.

Las médicas Sara Josephine Baker y Louise Pearce fueron una pareja que sobresalió en el área de la medicina destacándose por su compromiso con la salud pública.

La doctora Baker impulsó estrategias de medicina preventiva en Nueva York para reducir la mortalidad infantil enfocándose en el bienestar de las comunidades migrantes, en una época en la que esta ciudad era una de las más insalubres del mundo.

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La doctora Louise Pearce fue una patóloga que contribuyó a desarrollar un tratamiento contra la enfermedad del sueño, una infección que podría ser mortal y que afectó seriamente a poblaciones de África, a comienzos del siglo pasado.

Estas personas son sólo un pequeño ejemplo de que la ciencia avanza gracias a la inclusión y no tiene orientación sexual ni identidad de género.

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