Ícono del sitio Once Noticias

Contribución de las mujeres en la investigación sobre el ADN

FOTO: MUEJRES CIENTÍFICAS

El ADN ha pasado de la investigación más abstracta a un símbolo de la cultura pop. Descrito por primera vez a fines del siglo XIX, rápidamente fue claro su papel en la herencia biológica.

Pero entender su función requería inevitablemente conocer cómo era. Fueron Maurice Wilkins, James Watson y Francis Crick quienes propusieron el famoso modelo de doble hélice, gracias a los datos y el minucioso análisis de una de las mentes más brillantes del siglo XX, Rosalind Franklin.

En 1953, Franklin hizo pasar Rayos X a través de ADN cristalizado y una placa fotográfica que al ser impactada con los Rayos X imprimió una serie de manchas que Watson y Crick interpretaron era una hélice.

Una vez conociendo la estructura, quedó claro que segmentos de ADN llamados genes, estaban vinculados a alguna proteína. 

Genes cambian de lugar

Más tarde, en la década de 1940, otra científica, Barbara Mclintock, notó que algunos genes cambiaban de lugar. Eso significaría que debería existir algún sistema que permitiera cortar y pegar con precisión genes.

A finales de la década de 1960 se descubrieron proteínas capaces de hacerlo, pero fue hasta 2012 que Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier se dieron cuenta que algunas bacterias usan una proteína llamada Cas 9 para cortar residuos de ADN que algunos virus les dejan.

Doudna y Carpentier adaptaron este sistema para usarlo en cualquier organismo. De inmediato quedó claro que las posibilidades de aplicación eran inmensas, desde mejora de alimentos, hasta la cura de padecimientos como el VIH-Sida o la Hepatitis.

 Durante la pandemia de COVID-19 se empleó para el desarrollo de las pruebas de diagnóstico que permitieron salvar miles de vidas alrededor del mundo.

Así, Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier recibieron el Premio Nobel de Química en 2020.

“La Academia Real de Ciencias de Suecia ha decidido el día de hoy otorgar el Premio Nobel de Química 2020 de manera conjunta a Emmanuelle a Charpentier y Jennifer Doudna por el método para editar genes”, comentó Goran Hanson, de la Academia Sueca de Ciencias.

Barbara Maclinton lo recibió en 1983. Pero a pesar de su gran contribución a la medicina, Roslind Franklin no recibió el Premio Nobel, pues murió de cáncer cinco años antes de que se lo concedieran a Watson, Crick y Wilkins en 1962. 

Salir de la versión móvil