¿Cucharas de papa? Conoce la innovación de la comunidad Politécnica
Esta será una alternativa para hacerle frente a la crisis de la contaminación plástica, de acuerdo con el Centro de Desarrollo de Productos Bióticos del IPN.

Están en todos lados: en las calles, en el aire, el agua, las plantas. También en nuestros órganos, como en el hígado e incluso hasta en nuestra sangre.
“El éxito de los materiales plásticos derivados de petróleo se debe precisar a su funcionalidad. Son muy resistentes, son resistentes a la humedad, tienen una permeabilidad muy baja”, comentó Rosalía González Soto, del Centro de Desarrollo de Productos Bióticos del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Sin embargo, ahora la contaminación plástica es un problema a solucionar. Cada año se producen más de 430 millones de toneladas de plástico, de las cuales, dos tercios se convierten en residuos.
Ahora, gracias a la innovación científica politécnica hay alternativas para emular las características de los materiales plásticos convencionales y crear, por ejemplo, cucharas de papa, garbanzo o plátano.
“Lo que hemos estudiado es que hay harinas que son mezclas naturales de estos biopolímeros, como por ejemplo la harina de garbanzo o la harina de plátano. Entonces, en vez de extraerlos y tenerlo o sea gastar dinero y esfuerzo energía en separarlos y utilizarlos de manera separada, nosotros utilizamos todas las harinas así integrales”, agregó Rosalía González.

Plásticos tardan 100 años en degradarse
Se hacen estas películas biodegradables a partir de diferentes biopolímeros, estas macromoléculas producidas por organismos vivos, como las proteínas, polisacáridos y lípidos de las leguminosas o frutas. Hay plásticos que tardan más de 100 años en degradarse; pero estos materiales lo hacen en meses.
“Los materiales que nosotros elaboramos son completamente biodegradables porque están obtenidos a partir de compuestos completamente naturales, incluso que nosotros nos comemos, ¿No? Entonces, más o menos tardarían unos tres o cuatro meses en degradarse”, dijo González Soto.
El desafío es escalar esta tecnología a nivel industrial y homogeneizar los costos de producción. Esta será una alternativa para hacerle frente a la crisis de la contaminación plástica.