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Prejuicios científicos sobre el papel de las mujeres en la historia

FOTO: PIXABAY

En la prehistoria, los hombres salían a cazar e iban a las guerras. Mientras, las mujeres se quedaban al cuidado de las y los hijos y del hogar.

Así lo aprendimos, incluso, en las aulas. Sin embargo, gracias a que arqueólogas y prehistoriadoras fueron ocupando puestos laborales en estas disciplinas académicas, pudieron encontrar nueva evidencia: las mujeres también eran cazadoras, curtidoras y agricultoras.

“Tenemos muchas ventanas que se abren, lo que nos permite ver que las mujeres prehistóricas participaban en muchas actividades”, expuso la prehistoriadora Marylène Patou-Mathis.

Y continuó: “como siempre digo con cierto enojo: ¡No estaban allí para barrer la cueva! Hacían muchas otras cosas… Cazaban. Probablemente tallaban herramientas, también podían encender fuego, trabajar con pieles, por supuesto iban a recolectar, pintaban en las cuevas”.

El trabajo de la prehistoriadora francesa Maryléne Patou-Mathis, es un ejemplo de cómo la presencia de mujeres en la ciencia ayuda a que podamos entender mejor nuestro mundo, y tener respuestas sobre las desigualdades actuales.

Mujeres en la ciencia destierran prejuicios científicos

Durante el siglo XIX surgieron muchos estudios en arqueología y prehistoria hechos por hombres, donde la idea dominante era que el género femenino tenía menor inteligencia por tener un cerebro más pequeño.

Las mujeres eran consideradas vulnerables y con cambios de humor constante, debido a lo enfermizas que podían ser por la menstruación.

Esto cambió hasta 1960, cuando arqueólogas y prehistoriadoras realizaban pruebas de ADN a restos humanos que, suponían, eran de hombres porque tenían traumatismos, pero resultaban ser de mujeres.

La exploración espacial excluye a las mujeres

Así ha pasado en otros espacios, por ejemplo, la NASA en septiembre de 2026, después de más de medio siglo de carrera espacial, por primera vez en la historia incluirá a una mujer para pisar la Luna.

El traje espacial de hecho, que permite la movilidad extravehicular, sólo estaba disponible para tallas masculinas.

Enfermedades y la anatomía de la mujer llevan poco tiempo estudiándose, en su mayoría, gracias a nosotras mismas. Son recientes las investigaciones sobre la endometriosis, la microbiota vaginal, incluso sobre el clítoris, aun cuando casi la mitad del mundo lo tiene.

Este recorrido histórico muestra el avance que se ha logrado para incluir la perspectiva femenina. Aún nos falta camino, pero acelerar el paso traerá beneficios para todos y todas.

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