No ha sido la más intensa, pero muy probablemente si la más famosa de las erupciones volcánicas, la que ocurrió con el Vesubio en las cercanías de la actual Nápoles, y que arrasó hasta las cenizas a la antigua ciudad de Pompeya y a la menos conocida Herculano.
Ambas poblaciones han cautivado por igual a artistas y científicos por dos milenios, al dejarlas consumidas y a la vez preservadas.

Los habitantes petrificados instantáneamente han merecido poemas, novelas y películas, pero también investigaciones científicas como la que hace unos días Guido Giordano y un equipo de la Universidad de Roma publicaron en la revista Nature.
Las investigaciones sobre unos misteriosos fragmentos de vidrio hallados dentro del cráneo y las vértebras de una de las víctimas de la erupción del Vesubio en el año 79, son en realidad cerebro vitrificado a causa de una nube de ceniza volcánica ultra caliente.
Sin embargo, esto plantea un gran problema: el cerebro debió pasar de sólido a un líquido hirviente y luego enfriase a gran velocidad para que no se formen cristales. La hipótesis de Giordano y sus colaboradores es que la nube pasó rápidamente a 500 grados y se alejó haciendo que se enfriara en instantes.
¿Cómo saben que es cerebro? Bajo el microscopio se pueden apreciar las impresiones de neuronas, con todo y axones y dendritas. El único caso conocido de tejido nervioso vitrificado…