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Escáner ayudaría a detectar el Parkinson antes de los primeros síntomas

Foto: Unsplash.com.

Un equipo de investigadores asegura que escanear el cerebro de las personas con imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI), ayudaría a detectar la enfermedad de Parkinson mucho antes de que el paciente presente los primeros síntomas.

El equipo del investigador Noam Shemesh, y el neurocientífico Tiago Outeiro, señalaron que frecuentemente, los pacientes que desarrollan lentamente el Parkinson, suelen presentar problemas de oído y visión, por lo que evaluar simultáneamente estas deficiencias sensoriales en el cerebro, podría proporcionar un biomarcador sólido para la detección temprana de la enfermedad.

Utilizando un escáner de resonancia magnética experimental, los investigadores sometieron un modelo murino (ratón) a la llamada resonancia magnética funcional.

Esta máquina experimental genera un campo magnético de 9.4 teslas, mientras que las máquinas médicas suelen alcanzar solo 3. Esto permitió mejorar sustancialmente las imágenes y obtener una visión nítida de las estructuras cerebrales del ratón.

Los roedores, analizados en el laboratorio de Outeiro, presentaban niveles elevados de una proteína humana llamada alfa-sinucleína. Se cree que ésta desempeña un papel fundamental en la enfermedad de Parkinson, ya que tiende a acumularse y formar inclusiones en la región cerebral que produce dopamina y cuya degeneración progresiva es responsable de las deficiencias motoras en la enfermedad.

“Este modelo de ratón es muy útil porque produce el tipo humano de alfa-sinucleína. Además, el comportamiento de los ratones denota una alteración del olfato, y también se cree que estos animales padecen discapacidad visual”, destacó Outeiro.

Cabe resaltar que la resonancia magnética se utiliza para observar qué áreas del cerebro animal (o humano) se activan en determinadas condiciones; en este caso, al exponerse a olores o estímulos visuales.

En las imágenes cerebrales obtenidas, las áreas se iluminan en respuesta a la estimulación, debido a cambios en el flujo sanguíneo y la oxigenación, impulsados por la actividad neuronal.

Foto: Ruxanda Lungu.

¿Qué pasa con la actividad cerebral?

Los investigadores compararon, mediante resonancias magnéticas funcionales, la actividad cerebral de ratones vivos que producían ovillos de alfa-sinucleína con la de sus hermanos que no los producían. En los primeros había menos actividad cerebral.

Sin embargo, el problema con la fMRI es que “no detecta la actividad neuronal per se”.

“Dado que se basa en las interacciones entre la actividad neuronal en curso y las propiedades vasculares, detecta una compleja combinación de ambos efectos”, indicó Shemesh.

Por ello, tuvieron que analizarse también las propiedades vasculares con un método llamado “mapeo del flujo sanguíneo cerebral”, así como las contribuciones neuronales mediante una proteína llamada C-FOS, que se libera cuando se activa una neurona.

“La gran ventaja de este método es que es realmente no invasivo y fácil de realizar. Esto podría enriquecer el diagnóstico y la clasificación del Parkinson, algo que se necesita con urgencia”, indicó Noam Shemesh.

Los resultados de la investigación, realizada por expertos de la Fundación Champalimaud, fueron publicados en el Journal of Cerebral Blood Flow and Metabolism.

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