Ícono del sitio Once Noticias

Lucha para preservar el ajolote: Medirán ‘ADN’ ambiental de canales de Xochimilco  

FOTO: PEXELS

Los adultos mayores de Xochimilco crecieron escuchando, viendo e incluso comiendo ajolotes en los canales. Solían ser abundantes hasta que se introdujeron otras especies para “solucionar” una problemática ambiental en los años 60.

“Una plaga de hierba llamada “lama” que inunda a todos los canales más que el lirio entonces no se puede pasar con eso, pero teníamos muchos ajolotes. Empiezan a introducir peces y después empiezan a haber tilapias y empieza a haber el bajón, ahí es donde yo comienzo a ver”, comentó el chinampero Basilio Rodríguez.

Las especies exóticas o no nativas, lejos de ser una solución alteraron el ecosistema, poniendo en riesgo al ajolote.

“Específicamente carpas y tilapias que compiten directamente con el ajolote, porque ocupan el mismo nicho, entonces cuando ellos son bebés, las carpas y las tilapias se comen a los huevos; pero cuando empiezan a crecer compiten por el mismo espacio de reproducirse, de protección y también para el mismo alimento”, dijo Vania Mendoza, coordinadora de Censo Ajolotes.

La mala calidad del agua y la urbanización también han contribuido al desplome de las poblaciones. En 1998 nadaban seis mil ejemplares por cada kilómetro cuadrado; para el 2014 únicamente eran 36 por kilómetro cuadrado.

Hoy son tan pocos que ya es insuficiente la técnica de capturar, contar y devolverlos a su hábitat. Debido a esto, por primera vez se medirá el ADN ambiental para el nuevo Censo de Ajolotes, del Laboratorio de Restauración Ecológica de la UNAM.

“Vamos a saber qué pasó por ahí o hay cierta cantidad de ADN de ajolote en ese espacio, entonces podremos darnos una idea en donde podremos su distribución o dónde podrían estar”, explicó Paola Cervantes, coordinadora Trabajo de Campo del Laboratorio Restauración Ecológica.

Para preservar al ajolote, además, este grupo promueve acciones de conservación, como ampliación de chinampas con canales confinados.

“Si logramos hacer que se consolide el proyecto de Chinampa Refugio en 10 ó 15 años podremos tener una buena población de ajolotes. Lo cual nos repercutiría teniendo una mejor calidad de vida a todos los que vivimos en la Ciudad de México”, agregó Luis Zambrano, del Laboratorio de Restauración Ecológica, Instituto de Biología UNAM.

Zambrano mencionó que justamente Xochimilco es un ecosistema que nos permite ser menos vulnerables frente al cambio climático, y frente a los problemas de agua y temperatura.

Y concluyó: “si no logramos hacer esto, ya para dentro de 15 ó 20 años el ajolote estaría completamente extinguido o extinto de su hábitat y también estaríamos rumbo a perder Xochimilco”.

El ajolote aspira de este modo a ser nuevamente abundante, más allá del papel moneda.

Salir de la versión móvil