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Mariposas monarcas, al acecho de altas temperaturas y cambio climático

La baja e inconstante afluencia de la llegada de las Monarca, cada año, muestra que hay un problema.

Entre los alargados oyameles del centro de México, se materializa una de las migraciones más asombrosas: la de la mariposa monarca.

Hoy, parece que se sabe mucho de este fenómeno, sin embargo, fue descubierto apenas hace 50 años, en enero de 1975, por los naturalistas Kenneth Brugger y Catalina Aguado. Revelaron un “edén mexicano“, en la portada de Natgeo.

Antes de esto, nadie sabía porqué previo al crudo invierno de Canadá y Estados Unidos, las mariposas se dispersaban.

Seguirles el rastro permitió reconocer que hibernaban en colonias del Estado de México y Michoacán, donde ahora se monitorean año con año, y donde existe una reserva de la biósfera.

“Han llegado a los sitios que históricamente llegan. Históricamente se tiene un registro de 23 colonias, todas se monitorean. Todas se visitan, todas se están monitoreando, todas están revisando, haya o no haya”, declaró el director de Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca, Amado Fernández Islas.

El hallazgo de este poderoso aleteo, hizo volar la imaginación de entomólogos, así se comprendió el gran secreto. Las Monarca de Norteamérica viven solo de dos a cinco semanas, pero en el otoño aparece una generación llamada “matusalén”, capaz de vivir de cinco a nueve meses.

Eso le permite volar desde Canadá y Estados Unidos a los bosques de México, e hibernar; una vez que llega la primavera, maduran, se reproducen y emprenden el vuelo de regreso.

¿Cómo sobreviven las mariposas monarcas?

Sus organismos de solo medio gramo, experimentan algo conocido como diapausa. La temperatura ambiente y los periodos de luz solar le indican al metabolismo que debe hacerse más lento para hibernar. Con la llegada del calor, antes de la primavera, todo cambia.

En los bosques de la monarca en Michoacán, aunque todavía no es primavera, ha comenzado a sentirse el calor y este es un factor muy importante, pues no solamente despierta las mariposas y las hace volar, genera un fenómeno extraordinario.

El calor también las hace madurar sexualmente y así se preparan para emprender el vuelo hacia Estados Unidos y Canadá y completar su migración anual.

Foto: Pixabay

Esta situación sorprende y al mismo tiempo, preocupa, si consideramos el calentamiento global.

La baja e inconstante afluencia de la llegada de las Monarca, cada año, muestra que hay un problema. En el invierno 2023-2024, sus colonias ocuparon menos de una hectárea, además, han comenzado a llegar fuera de tiempo.

“Hay algunos años que se ha ido en febrero, otros que se ha ido en marzo, eh la temporada 22-23, incluso, hubo un sitio donde se fue hasta hasta la primera semana de abril. Entonces es es variable”, declaró Fernández Islas.

Ante esto, se toman medidas por parte de diversas instancias civiles, de Gobierno y ejidatarios.

“Una vez que ya las mariposas se van, el ejido implementa una comisión de 10 ejidatarios por día. Cuidamos 24 horas, esto es día y noche. No tenemos tala clandestina”, comentó Abel Cruz, ejidatario de santuario El Rosario.

Son algunos retos que deben atenderse para preservar el poderoso aleteo de la Monarca.

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