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¿El primer amor es el inolvidable? Esto dice la ciencia

¿Realmente el primer amor de la juventud es el inolvidable? Esto dice la ciencia

Foto: Pixabay

¿Realmente hay un primer amor inolvidable? La especialista en neurociencia Cristina Aguillón Solís, profesora de la FES Zaragoza de la UNAM, explicó el por qué muchas y muchos hablamos de esa persona inolvidable, quizá de ese amiguito o novia de la secundaria o de la preparatoria.

¿Qué ofrece este nombrado primer amor? 

Aguillón comentó que la primera persona da un nuevo sentido a nuestra vida, también se queda en nuestra memoria por las “altas” emociones que nos proporciona, porque interviene un área de nuestro cerebro: el hipocampo, es la parte más profunda de nuestro cerebro, encontramos el sistema límbico, que se encarga de nuestras emociones y es donde también nace el amor. 

“Al enamorarnos por primera vez, esa sensación placentera queda grabada en el hipocampo. Y no sólo queda grabada la sensación o el enamoramiento, sino los lugares, lo que se vivió, la nostalgia. Es similar a cuando tu mamá te hacía de comer y recuerdas el aroma de la comida. Nuestro cerebro tiende a quedarse con aquello altamente emocional y el primer amor es rico en ello”, detalló.

Aunque a temprana edad lo que refleja ese sentimiento del primer amor se cruzan muchas cosas, como que es más una atracción sexual en donde influye el despertar a la idea de reproducirnos para conservar nuestros genes. 

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Pero el verdadero amor llega después, aquí la razón

Aguillón dio a conocer que para Helen Fisher, antropóloga y bióloga estadounidense, hay tres rasgos importantes que nos pueden ayudar a identificar cuál fue nuestro primer amor: la atracción sexual, el amor romántico y la etapa de apego.

Aclara que la atracción sexual la sentiremos por varias personas a lo largo de nuestra vida, pero entre todas esas personas habrá una con la cual nos abramos íntimamente y, a partir de eso, se desarrolla el amor romántico.

“Percibimos algún tipo de magia con esa persona. Es como si le hubieran puesto una cualidad nueva al mundo; todo es maravilloso. Pero todo esto lo sentimos así porque se activa el sistema de recompensa, que entra en función cuando tenemos una situación placentera. Ese amor romántico que sentimos es placentero y se va nutriendo a partir de una gran necesidad de estar con esa persona, de estar pensando en ella, de avivar el sentimiento del amor con llamadas, mensajes, citas, celos, etcétera”, comentó Aguillón Solís.

De acuerdo con distintos estudios, el amor romántico suele durar alrededor de año y medio, y después de ese tiempo se entra en otra etapa: la de apego. Esta etapa es muy importante, ya que es el último paso para formalizar una relación que puede durar años y donde abrimos los ojos a un escenario realista en el que no todo es perfección.

“Aquí analizamos el impacto que tiene la otra persona sobre mí e inician las diferencias y los conflictos. Si logramos resolverlos como pareja, vamos creando un vínculo donde te das cuenta que, a pesar de las imperfecciones, tú aceptas a la otra persona, y de igual manera tú eres aceptado. De tal forma que se va volviendo una verdadera conexión”, mencionó la profesora.

Por lo que pasar por estas tres etapas por primera vez con una persona nos abre una visión más general de la vida. Permitimos volvernos vulnerables y aprendemos a confiar en otro individuo fuera de nuestro círculo social cercano. Es un factor que nos ayuda a validarnos como adultos.

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