Jorge Mario Bergoglio fue el primero en hablar explícitamente sobre la crisis ecológica, en su segunda Encíclica Papal, “Laudato Si”, del 18 de junio de 2015, donde informa sobre el cuidado de la “casa común”.
En su carta doctrinal de casi 200 páginas, plantea una “conversión ecológica”, y desde el primer capítulo menciona la problemática de la contaminación y el cambio climático, pérdida de la biodiversidad, deterioro de la calidad de la vida humana y la degradación social, así como la inequidad planetaria.
Su texto es crítico, denunciando a empresas y gobiernos de los países más contaminantes, cita argumentos y evidencia científica sobre la crisis ecológica.
“La crisis ecológica junto con la destrucción de buena parte de la biodiversidad puede poner en peligro la existencia misma de la especie humana”, señaló el papa Francisco.
El Papa también planteó soluciones: educación y espiritualidad ecológica.
“La genialidad humana bien aplicada ayudará a resolver los graves desafíos de la degradación ecológica y de la inclusión”, dijo el Santo Pontífice.