¿Por qué hay crisis de charales en México? Éstos son sus depredadores
La producción de charales ha disminuido en años recientes en México y especialistas de la UNAM explican por qué está pasando esto.

La revista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), BIOCYT: Biología, Ciencia y Tecnología, publicó un reportaje sobre la crisis en la producción de charales y cuáles son los depredadores que han provocado que esta especie disminuya en México.
Los charales son parte importante de la gastronomía de nuestro país. Estos pequeños peces son utilizados en diversos platillos típicos como tamales, preparados con nopales asados en hojas de maíz, como tortitas en caldillo de jitomate, en tacos o como botana, por mencionar algunos.
Su consumo puede ser fresco o secos y pueden alcanzar un costo de 380 pesos por kilo.
Los charales se caracterizan por tener una banda plateada a lo largo del cuerpo y en términos de distribución se les encuentra en el centro de la República Mexicana principalmente en Jalisco, Michoacán y el Estado de México.
Lamentablemente se ha visto que se reproducción ha ido disminuyendo con el paso de los años, y esto se debe a diversas razones, así lo señala la publicación realizada por la profesora de ciencia en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, Norma Angélica Navarrete Salgado y Dulce Liliana Jacobo Segura de la Universidad Autónoma Chapingo.

El primer enemigo identificado de los charales es la pesca, pero existen otros depredadores que han afectado a esta especie, los cuales han sido introducidos en su hábitat, además de la contaminación de sus espacios.
En primer lugar, las investigadoras señalan a la carpa común (Cyprinus carpio), la cual fue introducida a inicios de 1886 con el propósito de poblar y repoblar grandes cuerpos de agua (embalses y lagos) e incrementar con ello su producción piscícola.
La carpa se caracteriza por ser una especie omnívora muy generalista, es decir que come casi cualquier cosa, por lo que al ser introducida en espacios donde convive con charales, se identificó que se comía sus huevecillos, afectando su reproducción.
En segundo lugar, están las carpas doradas (Carassius auratus), que son originarias de Asia y se introdujeron en México en el año 1872 con fines ornamentales y piscícolas en pro de mantener una mejor producción pesquera.
Esta especie compite con los charales por alimento, ya que ambos se alimentan principalmente de organismos zooplanctonicos como pulgas de agua, lo que afecta a sus poblaciones.

Otro de los enemigos es la lobina negra (Micropterus salmoides), especie de agua dulce acuícola más importante en pesca deportiva, nativa de América del Norte y traída en 1901 para favorecer el desarrollo de actividades pesqueras y turísticas.
La lobina negra es una verdadera carnívora, pues se pueden comer a sus tíos, a sus papás, a sus sobrinos o a sus hijos). Su introducción ha provocado problemas ecológicos en ecosistemas con comunidades ícticas nativas, incluyendo los charales.
Sus platillos favoritos van desde pequeños crustáceos, insectos y arañas, hasta langostinos, y en estado adulto comen ranas, pequeñas aves, roedores y otros peces, como carpas y charales.
Pero ahí no termina la lista de depredadores de los pequeños charales, pues el gusano parásito que llegó al país en el intestino de carpas herbívoras en 1965. Este parásito es conocido como taenia asiática (Bothriocephalus acheilognathi), originario de China no presenta una preferencia por la especie de pez al que va a parasitar, por lo que infecta el tracto digestivo de diversas especies de peces (originarios y no originarios de México) y desafortunadamente, los charales no han sido la excepción.
Por si fuera poco, la contaminación de los cuerpos de agua donde habitan los charales también influye en su supervivencia; el humano realiza liberación de aguas residuales, desechos industriales o cualquier producto de desecho que alteran sus propiedades físicas.