Más de 500 especies de aves se extinguirán en los próximos 100 años, más del triple de todas las extinciones de aves registradas desde el año 1500 d. C.
Lo anterior debido al cambio climático y la pérdida de hábitats, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Reading, de Reino Unido.
La extinción afectará a algunas de las aves más singulares distribuidas por todo el planeta, como las siguientes:
- Cóndor andino
- Albatros errante
- Aguilucho secretario
- Picozapato
- Guacamayo de lear
- Pingüino de Galápagos
- Kākāpō
- Cálao de casco
- Suimanga de vientre amarillo

Según el estudio, la pérdida y degradación del hábitat de los próximos 100 años será la principal causa de las extinciones, seguidas de la caza y la agricultura, aunque los autores han analizado otras amenazas indirectas como las muertes accidentales o la introducción de especies invasoras.
Además, la desaparición de estas especies de aves tendrá un efecto negativo en los ecosistemas que dependen de ellas, advierten los autores del estudio.
“Las amenazas pueden afectar tanto a la biodiversidad taxonómica (el número de especies que podemos perder) como a la biodiversidad funcional (su papel en el ecosistema) pero para un ecosistema no es lo mismo perder un paseriforme que come semillas que un buitre que come carroña. El impacto no es el mismo”, explicó Manuela González-Suárez, investigadora en la Universidad de Reading y autora principal del estudio.

Para hacer el estudio, los investigadores examinaron casi 10 mil especies usando datos de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), el inventario más reconocido mundialmente sobre el estado de amenaza de las especies.
Utilizando la probabilidad de extinción para cada categoría de la lista (Casi amenazada, Vulnerable, En peligro, En peligro crítico) y basándose en las amenazas a las que se enfrenta cada especie, hicieron una estimación del número de especies que desaparecerán en las próximas décadas.
El estudio precisa que las aves de gran tamaño son más vulnerables a la caza y al cambio climático, mientras que las aves de alas anchas sufren más por la pérdida de hábitat.