El 31 de marzo de 1972, un cohete despegó del cosmódromo de Baikonur, de la desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), con el objetivo de lanzar la sonda Cosmos 482 rumbo a Venus, pero una falla impidió que la sonda abandonara la órbita terrestre, en la que quedó atrapada desde hace casi medio siglo, cayendo lentamente a la Tierra.
Y como todo lo que sube tiene que bajar, la fecha ha llegado y se espera que en las próximas horas reingrese a la atmósfera de la Tierra.
El problema es que fue construida para soportar las ardientes e infernales condiciones ambientales de Venus, 90 veces la presión atmosférica que en la Tierra y una temperatura de más de 400 grados.
Con sus 495 kilos, podría llegar incluso de una pieza a la superficie terrestre, a una velocidad 240 kilómetros por hora.
Esta sonda podría no desintegrarse, y es probable que caiga la madrugada de este sábado, en el Golfo de Bengala, en la India.