Benita Ornelas Rivera busca a su hijo Fernando Iván Ornelas Ornelas, quien desapareció el 21 de julio de 2019, a la altura del metro
Ecatepec.
“Fercho”, como le decían en casa, salió de casa el 20 de julio a las siete de la mañana para ir a su trabajo en las
Torres de Mixcoac, él trabajaba de seguridad privada en una unidad habitacional. Tenía un horario de 24 horas de trabajo por 24 horas de descanso.
El domingo 21 terminaba su turno, pero le habló por teléfono a su madre y le dijo que iba a llegar más tarde porque su jefe le había pedido que se quedara para ayudar en una junta vecinal. En esa llamada le dijo a su madre que no almorzara porque saliendo de su trabajo la llevaría a desayunar a San Cristóbal Ecatepec.
“A las dos de la tarde no me llamaba, ni me mandaba mensaje ni nada, y él había quedado en avisar. Entonces le marco y no me contesta, desde ese momento fue la primera señal de alarma porque siempre me decía en dónde y con quien andaba, pero ese día no. Yo pensé que habría pasado a la escuela y ya no le llamé, pero como a las siete de la noche seguía sin recibir ningún mensaje de mi hijo, ahí me preocupe, le marqué de nuevo y me mandó a buzón entonces le marqué a mi hijo mayor y él me dijo que estaba con su jefe y otro compañero, que habían salido a divertirse”, explico Benita, en entrevista con Once Noticias.
Llegó la noche y el joven seguía sin comunicarse,
Benita no pudo dormir y pasó aquella madrugada en vela esperando a su hijo que no llegó. La madre se hizo a la idea de que podría haber pasado cualquier incidente pero que estaría bien, y que al día siguiente iría a trabajar de donde estuviera, porque era una persona muy responsable con sus labores.
Al mediodía del lunes la desesperación sobrepasaba cualquier pensamiento de Benita y de nuevo llamó a su hijo mayor para decirle que Fernando no había llegado a dormir a la casa, la familia encendió las alarmas y comenzaron a buscar.
Todos comenzaron a llamar a familiares, amigos, compañeros y además conocidos en donde pudiera estar el joven. Su hijo mayor descubrió que la última vez que lo vieron fue en el metro Ecatepec, cuando uno de los compañeros se bajó del automóvil en el que iban y se fue a su casa.
Sin embargo, el testigo dijo que Fernando siguió su camino junto con el que en ese momento era su jefe directo. Mientras tanto la familia seguía buscando en los separos, cárceles, hospitales y hasta los diferentes servicios forenses del Estado de México. A las 10:30 de la noche decidieron ir a poner la denuncia de desaparición, pero les atendieron hasta las 3:30 de la mañana. Toda esa semana la familia comenzó a investigar y buscar cámaras y testimonios de las personas que estuvieron con el joven la última vez.
El jefe de Fernando comentó que no sabe que pasó, qué él lo había dejado en un punto y había seguido hasta su casa, sin embargo, cuando la familia le cuestionaba cuál había sido el punto en donde había dejado a Fernando, el patrón contestaba siempre un lugar distinto. La
primera fue en Puente de Fierro, luego dijo que en la avenida Hank González y después dijo que en la Cinco de Mayo y la Vía Morelos, justo en la entrada al pueblo de Tulpetlac.
“Ya teníamos el boletín de búsqueda y en todos lados donde nos decían que pudo estar mi hijo, nosotros íbamos y volanteábamos para ver si llegaba. El último punto que dio fue en la entrada de la colonia, en la calle Cinco de Mayo y la avenida Vía Morelos y era la más viable porque es la entrada a las Américas donde vive el señor y la entrada para nuestro pueblo. Yo creo que en esta zona pasó algo, anduvimos buscando donde quiera, pero no tuvimos respuesta”, lamentó Benita.
Al patrón los detuvieron en noviembre de 2019, pero a los ocho días pagó una fianza de 200 mil pesos que le permitió seguir su proceso en libertad.
A más de dos años de su desaparición, Benita sigue buscando a su hijo en cada lugar a dónde puede ir. Fue parte de la búsqueda en el Gran Canal que cruza Ecatepec. Aunque también hace trabajaos de volanteos.