Priscila Olimpia tiene 30 años y tres hijos, vive a unas cuadras del Reclusorio Oriente y el pasado 17 de octubre sobrevivió a un ataque de Víctor “N”, quien le quitó la vida a José Arturo, tío de la joven. A pesar de que todo sucedió en su casa, la víctima no cuenta con medidas precautorias contra la familia de su agresor que la amenaza constantemente y que incluso acusaron al padre de Priscila de homicidio en grado de tentativa. El pasado 17 de octubre, Víctor “N” llegó con su esposa Gabriela “N” a una pequeña vecindad, en donde también vive Priscila. La madre de los tres pequeños ya estaba acostada cuando escuchó un golpe fuerte y su hijo de 12 años salió a ver qué había sonado. El niño dijo que cerró la puerta porque se había quedado abierta y también comentó que Víctor había llegado. Ella se preocupó porque no es la primera vez que se ponía violento. Priscila se asomó al pasillo de la vecindad buscando a su hija que estaba en casa de su tía, pero ve de frente a Víctor, quien la comienza a insultar mientras él entra a su casa. Priscila le llama a su hija menor y la niña se mete corriendo a su departamento. Minutos después se da cuenta que la pareja habían cerrado la puerta con una cadena de la que ninguno en la vecindad tenía llave. Para evitar un contacto directo, Priscila le dice a su tía, pues la joven sabía que su tío José Arturo tenía que salir a las tres de la mañana a los juzgados del Reclusorio Oriente, en donde llegaba a barrer y regresaba a casa para desayunar y volver a salir con su cajón para bolear zapatos.
“Cuando mi tía va a tocarle a Víctor para pedir la llave, abre Gabriela (su esposa), pero detrás de ella, él sale directo hacía mí ya con un cuchillo en la mano y me da la primera puñalada en el cuello. Mi tía me quiere jalar para meterme a su casa, pero él me da otra puñalada en la nuca, me meten a casa de mi tía y él intenta meterse, pero no lo dejan. El tipo desiste de entrar a casa de mi tía y se va a mi domicilio a pegarle con un tabique a la puerta que es una tabla de madera sobrepuesta y se cae fácilmente. Mi pavor era que estaban mi hijo ahí adentro, por eso salí para asomarme. Gracias a dios no se cayó la puerta y no pudo entrar, pero cuando voltea a verme que estaba donde mi tía, se va de nuevo contra mí, y su mujer le dio de nuevo un cuchillo y le dijo que me matara”, es parte del relato de Priscila.Continúa explicando que el agresor tomó el cuchillo e hirió varias partes de su cuerpo. “En eso yo sentí que alguien me lo quitó de encima, era mi tío José Arturo que, aunque era invidente lo quitó y se cayeron. Víctor se levantó más rápido, agarró a mi tío del cabello y comenzó acuchillarlo, yo vi que fueron muchísimas veces. Ahí fue cuando salió mi papá y lo primero que hizo fue abrir la reja porque me vio bañada en sangre y mi tío estaba en el piso diciendo que le faltaba el aire. Si mi tío no me lo hubiera quitado, hubiera sido yo la que ya no estaría aquí”, relató Priscila. Javier, el padre de Priscila salió y pidió ayuda, no tardó mucho cuando entró de nuevo y le dijo que las patrullas ya estaban afuera, ella salió como pudo pues recuerda que su cuerpo ya no le respondía, las piernas no tenían fuerza y la vista estaba muy nublada. En ese momento que iba de salida, Priscila vio que Gabriela, la esposa metió a Víctor a su casa, al salir él ya tenía una cortada del lado izquierdo de la cara.
“Yo lo veo cuando ya estaba en la ambulancia le estaba bañado en sangre y se comenzó a reír cuando me vio. De ahí se llevaron a urgencias a mi tío, a mi papá no se lo llevaron detenido en ese momento, pero le dijeron que lo llevarían a que diera su testimonio. Yo le preguntaba a mi mamá por mis hijos y ella me decía que estaban bien”.Priscila había sido trasladada al hospital de Balbuena, pero le dijeron que no la podían atender porque necesitaba una cirugía reconstructiva debido a la profundidad y la gravedad de los cortes en todo el cuerpo. Se fue al hospital Rubén Leñero y fue ahí en donde le hicieron la cirugía. Su brazo quedó inmóvil. Cuando el señor Javier entró a declarar le dijeron que había sido acusado por la señora Gabriela, quien lo señalaba como la persona que le ocasionó el corte en la cara Víctor y es así como encausan al homicida con el padre de la joven víctima. La sobreviviente señaló en entrevista que Gabriela (la esposa del homicida) amenaza y agrede a la familia de Priscila desde que Víctor “N” está en prisión, y ellos tienen miedo pues saben que la mujer trabaja para la Secretaría de Seguridad Ciudadana y que vivir con ella, en la misma vecindad, que es un pasillo largo con dos metros de ancho y donde las casas están frente a frente, es un peligro inminente para ellas.
“Me dicen que platicar esto me hace bien y aunque lo platico y lo platico, no puedo ni dormir porque cualquier ruidito me despierta. Sueño con que este tipo me mata, que sale de la cárcel y nos hace algo a mí o a mis hijos. Tengo miedo por mi papá, de que le puedan hacer algo ahí adentro. Me da miedo entrar y que a mí me hagan algo los custodios. Si a mí me preguntaran cómo podría explicar esto, diría que acabaron con mi vida, mi tranquilidad, mi paz y la de mi familia, pero ellos siguen y siguen haciéndonos la vida imposible por sus agresiones y amenazas”, detalla.En un principio (17 de octubre) el señor Javier (padre de Priscila) fue acusado de homicidio en grado de tentativa contra Víctor, y Víctor había sido acusado de homicidio doloso contra José Arturo y por feminicidio en grado de tentativa contra Priscila. El 25 de octubre fue la audiencia donde reclasificaron los delitos iniciales y ahora el señor Javier sería investigado por el delito de lesiones dolosas y Víctor seria por homicidio y lesiones contra Priscila. “El abogado de mi papá dijo que no tenían que acusarlos de nada porque él no hizo nada, ni siquiera una gota de sangre tenía, nada. El abogado le dijo eso a la jueza y pedía la inmediata libertad de Javier, pero ella dijo que reclasificaba los delitos inculpando a mi papá y quitándoles importancia a mi ataque, dijo que todo había sido una riña familiar y que podía dejar los delitos como tal porque todos éramos familia. Cuando dijo esto la juez se me vino el mundo encima, de por sí ya estaba mi vida deshecha, pero pensaba que iba a salir mi papá”, explicó.
“Como víctima tenemos que aguantar burlas y acosos y saber que ya no vamos a poder tener una vida normal ni para mí ni para mis hijos. No entiendo porque si la juez es mujer no tomó en cuenta todo lo que pasó”.La petición que la joven hace a las autoridades es que puedan separar sus carpetas para que el caso del feminicidio en grado de tentativa y el homicidio del señor puedan avanzar sin afectar a su papá que está encausado en la misma carpeta. También pidió que desde la Fiscalía contra los feminicidios puedan brindarle medidas precautorias, pues sus agresores son sus propios vecinos con los que conviven a diario en un pequeño espacio de la alcaldía Iztapalapa.