Reportajes especiales

AL aún tiene una deuda con la memoria y justicia de personas desaparecidas

En América Latina, se registran miles de personas que han sido víctimas de desaparición en manos de agentes del Estado, enmarcadas en los contextos de conflictos armados y de las dictaduras que atravesaron a la región en el siglo pasado, pero también un mecanismo de represión que continúa vigente.

La desaparición forzada fue utilizada en la década de los treinta en El Salvador, más precisamente en 1932, tras la masacre perpetrada por el régimen de Maximiliano Hernández Martínez, quién envío a la milicia para reprimir y asesinar a alrededor de 30 mil personas por el levantamiento campesino indígena. Luego fue utilizada durante el nazismo, como una práctica recurrente del terror de Estado: el objetivo es sembrar terror en la sociedad.

No obstante, el término fue apropiado y utilizado por primera vez por las familias de víctimas y de organizaciones de derechos humanos en América Latina, durante los contextos de dictaduras y conflictos armados.

El estudio y recopilación de los casos ha sido una tarea pendiente para restituir la memoria, pero también una deuda incumplida por parte de los Estados, para que las víctimas y las familias obtengan justicia.

En el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, fecha propuesta por la Organización de Naciones Unidas (ONU), para recordar a las personas que han sido víctimas de este delito de lesa humanidad, Once Noticias presenta algunos datos de la región.

La fecha se conmemora desde 2011, cuando la Asamblea General de Naciones Unidas a través de la Resolución 65/209, emitió la declaración el 21 de diciembre de 2010. El propósito de conmemorar esta fecha es, según la ONU, “exigir verdad, justicia y  honrar la memoria de los desaparecidos”.

 

América del Sur y su Operación Cóndor

En el caso de algunos países de América del Sur hubo alianzas conjuntas a través de la Operación Condor, un plan clandestino de Estados Unidos, cuyo objetivo fue implantar el terrorismo de estado que incluía operaciones de inteligencia y asesinatos de opositores a los gobiernos de entonces.

Entró en vigor en 1975 y se trataba de la cooperación entre los regímenes dictatoriales del cono sur, para intercambiar prisioneros, trasladar y generar información. Entre los países que colaboraron estuvieron Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia, principalmente. Según algunas fuentes, hubo más de 30 mil desapariciones en manos de agentes del Estado en estos países.

En “Los Archivos del Terror”, se recopilaron todos los documentos referentes a la operación Cóndor. Fueron redactados durante la dictadura de Alfredo Stroessner, en Paraguay.

Uno de los casos más emblemáticos de desaparición forzada es el de Argentina, que durante el gobierno militar (1973-1983) los agentes del Estado secuestraron a 30 mil personas, de las cuales aún se desconoce el paradero, no obstante, las madres y las abuelas de las víctimas y los H.I.J.O.S han buscado la justicia a lo largo de más de 50 años.

 

Chile

En Chile, la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación en los noventa concluyó, en su investigación, que 2 mil 920 personas fueron víctimas de violaciones de los derechos humanos por agentes del Estado, durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), de las cuales 2 mil 025 personas fueron detenidas-desaparecidas. En ese momento la Comisión no responsabilizó a la dictadura.

Los principales organismos y agentes que realizaron las detenciones fueron la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), carabineros y ejército, que trabajaron en conjunto.

 

Colombia

En Colombia, por lo menos 80 mil personas fueron víctimas de desaparición forzadas. Entre 1970 y 2015, según datos del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) se registraron 60 630 personas desaparecidas forzadas. Hasta 2018, el Observatorio de Memoria y Conflicto del CNMH documentó 80 mil personas víctimas.

Los grupos paramilitares fueron los perpetradores responsables de 46.1% de los casos registrados, entre 1970 y 2015; las guerrillas, de 19.9% (5 mil 849); los grupos posdesmovilización, de 8.8% y los agentes del Estado, de 8%.

 

El Salvador

Según la Comisión de la Verdad de las Naciones Unidas, más de 5 mil personas fueron desaparecidas forzosamente durante la guerra civil en El Salvador, desde 1980 hasta 1992.  No obstante, organizaciones no gubernamentales afirman que las cifras ascienden a 10 mil casos de desaparecidos forzados y no han sido investigados.

 

Guatemala

Se calcula durante el conflicto interno en Guatemala (1960-1996) más de 45 mil personas desaparecieron en manos de agentes del estado, aproximadamente. Los ochenta fue la década en la que se dispararon los casos y la represión se agudizó en el país. Cabe señalar que pese a las investigaciones y pruebas, muchos militares que participaron en dichos crímenes no han enfrentado la justicia.

Entre 2003 y hasta 2020, se han contabilizado 41 mil 086 desapariciones, según datos del informe  Grupo de Apoyo Mutuo (GAM). 

 

República Dominicana

En el Caribe la historia no fue distinta al resto de América Continental. La desaparición forzada fue una práctica constante en República Dominicana con el objetivo de acabar con los opositores al régimen del dictador Rafael Leonidas Trujillo (1930-1938/1942-1952) reconocido como uno de los más sanguinarios junto a Papa Doc, en Haití.

También durante el gobierno de Joaquín Balaguer, se dio uno de los casos más emblemáticos en la desaparición forzada: Narciso González, profesor y periodista, que sigue sin ser resuelto. Fue desaparecido clandestinamente por fuerzas militares dominicanas. La CIDH afirma que la causa de la desaparición fue la oposición que hacía al anterior el Gobierno dominicano, y en especial por las denuncias sobre el fraude electoral que se habría cometido durante las elecciones presidenciales de 1994.

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