Socorro Tehuaxtle Hernández es mesera de un restaurante de la ciudad fronteriza de Tijuana. Desde este lejano lugar, denuncia el caso de su hija, Alina Mariel Narciso Tehuaxtle, quien era policía municipal y fue sentenciada a 45 años de prisión por haberse defendido de su agresor, también dedicado al mismo oficio, un 12 de diciembre de 2019.
El caso está en apelación, pero para Socorro no hay claridad dado que debió llevarse en Mexicali y se hizo en Tijuana; además, las autoridades alegan que se aplicó la perspectiva de género, aunque el juez que sentenció a Alina Narciso señala que la ex oficial de policía es presunta responsable de homicidio culposo y no considera que fue en defensa propia.
“Como que hay una mano que mueve todo”, expresa Socorro ante el caso de su hija que continúa pendiente.
Un diciembre que no se olvida
Doña Socorro narra a Once Noticias que ella y su hija son originarias de Córdoba, Veracruz, y llevan sólo cuatro años en Tijuana, lugar al que emigraron en 2018.
“Mi hija estuvo trabajando dos años en la policía comercial como guardia y después entró a la Academia de Policía y logró estar en la Policía Municipal; ella tenía dos años ahí y él (Rodrigo “N”) ocho años”, relató.
Revela que ambos no se conocían bien y que sólo habían vivido cuatro meses juntos. “Tenían un año juntos, pero como pareja de trabajo porque la corporación policiaca los había puesto como pareja. Ahí fue como comenzaron a ser amigos y luego terminaron viviendo juntos”.
Doña Socorro dice que, desde que comenzó su relación notó que su hija ya no la visitaba y cuando lo hacía estaba nerviosa todo el tiempo y pendiente del celular. Incluso se dio cuenta de las agresiones en el cuerpo de su hija, aunque Alina lo negaba.
El 12 de diciembre de 2019, quedaría marcado para ambas porque, según las declaraciones de Alina y su mamá, la pareja de oficiales discutió luego de una reunión. Rodrigo “N” la quiso someter a golpes, por lo que Alina se defendió con el arma de servicio de su pareja.
“Yo vivo en la parte de atrás (de la casa de Alina). Ellos tienen un ventanal que da a mi balcón, los gritos de ella me despertaron esa madrugada y eso ya lo declaré en la Fiscalía, todo está asentado. Vi desde el balcón cómo la tenía, estaban forcejeando. El arma era de él”.
Socorro señala que, ahora entiende el nerviosismo y el silencio de su hija, cuando intentaba saber qué le pasaba y no respondía. “Hoy me dice ‘mamá es que no quería darte problemas porque ya tienes los tuyos’; sé que he hecho malas elecciones en mi vida, pero no pensé que esto fuera a pasar”, cuenta Socorro al medio.
Y es que Alina, a quien su mamá califica de carácter tranquilo y siempre dispuesta a ayudar a los demás, ya había sufrido agresiones de este tipo nueve años atrás, y que pese a las denuncias que interpuso, el Ministerio Público alegó que la violencia física de la que fue víctima no ponían en riesgo su vida, por lo que ignoraron la denuncia.
Tuvo una pareja que la violentó y en esa ocasión tampoco le hicieron caso pese a que hay una denuncia levantada; esa vez le rompieron un pedazo de diente; nunca le pagaron ni psicólogo ni dentista, le dijeron en el Ministerio Público que los golpes no ponían en peligro su vida, dijo.
Esta ocasión, dice doña Socorro, ya se había alertado a la corporación donde trabajaba Alina del acoso y maltrato que sufría por parte de quien, incluso, era era un superior jerárquico de Alina.
Hasta un compañero de ella le mandó una patrulla, pero nadie nos quiso ayudar a pesar de que sabían que él era violento. Mi hija lo comentó con su jefe inmediato, pero sólo le llamaron la atención de palabra. Ellos son así, los hombres se apoyan, yo le decía denúncialo y me decía ‘mamá es que no les hacen nada’. Le decía ‘vete un tiempo’ y ella no quiso, expresó a Once Noticias.
El caso está pendiente
Desde principios de octubre se dio la sentencia: el recurso de apelación ya está en marcha, pero los abogados le dicen a doña Socorro que éste se iniciará hasta dentro de cuatro meses.
No me dan fecha porque ni al juez ni a nadie les conviene que esto se llegue a esferas más altas porque es obvio que tratan de ocultar las cosas; yo no sé qué quieren, el arma era de él.
Doña Socorro asegura que, casos como el de Alina se dan continuamente en Tijuana donde hay más mujeres inocentes tras las rejas y ni siquiera se les da la visibilidad a sus casos.
A nivel nacional, Baja California ocupa el cuarto lugar con mayores cifras con población privada de la libertad, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad (ENPOL, 2021), de un total de 12.9 mil personas privadas de la libertad, 0.7% son mujeres y 12.2% hombres.
Remarca que su lucha ha sido en solitario, salvo por un grupo de mujeres feministas de la “Red Bloodys” que la acompañaron a una marcha hace escasos 15 días. Y se espera que hagan otra.
Fui a Derechos Humanos de aquí, de Tijuana y no me hicieron caso; trato de que el caso no muera. Les dije a las chicas feministas que si podían hacer una marcha; la hicimos sobre la avenida Revolución y queremos que esto llegue a instancias de la Ciudad de México, resalta.
Agrega que, dentro de sus posibilidades económicas trata de llevarle a su hija para sus gastos, pero sus ingresos como mesera no son suficientes.
Con voz pausada comparte que Alina, al interior del centro penitenciario, continúa con esperanza y pese a la adversidad institucional a la que se enfrente en el sistema de justicia, trata de apoyar y ocuparse en actividades.
“Va a la iglesia, borda los trajes de obras de teatro, ayuda a mujeres a sobrellevar su caso. Me dice: ‘si no lo acepto, voy a sufrir más, entonces trato de apoyar en lo que pueda para mantenerme ocupada’”.
Añade que tal vez se hagan más marchas para buscar que la sociedad y otras instancias volteen hacia el caso de Alina pero que, pareciera que un halo de miedo cubre la ciudad.
Todo parece apagado y las muchachas (de la Red Bloodys) no me han avisado (si harán más protestas), veré que es lo que voy a hacer. Es mi única hija no me voy a cansar de luchar por ella. Sé quién es; yo la críe como madre soltera, dentro de lo que entiendo cómo es el respeto a los demás, enfatiza.
¿Se aplicó perspectiva de género?
Para Alejandro Isaac Fragozo López, presidente del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura del Estado de Baja California, el juez Daniel Aguilar Patiño, que sentenció a 45 años de prisión a Alina Narciso, sí actuó con perspectiva de género al no conceder los 60 años de cárcel que pidió la Fiscalía General del Estado.
Esta dependencia considera que hubo homicidio culposo y no defensa propia. También agregó que, al haber un recurso de apelación en curso por parte de la defensa de Alina, no hay una ‘sentencia firme’. Tales declaraciones fueron dadas a medios locales de Tijuana.
Incluso, en octubre pasado, Marina del Pilar Ávila Olmeda, gobernadora de Baja California se pronunció por el caso de Alina y dijo que brindarían apoyo legal.
En tanto que, Iván Carpio, Fiscal General de Baja California, aseguró a medios locales que de acuerdo con las diligencias realizadas no hay razón para presumir que Alina actuó en legítima defensa, además de que la solicitud de pena se hizo al escuchar a los familiares del agresor.
Sin embargo, Meritxell Calderón, Coordinadora en América Latina en Red Iberoamericana Pro Derechos Humanos, forma parte legal del caso, y ha dicho que Alina actúo en legítima defensa, según declaraciones que dio a medios locales.
Además de considerar que debe comprobarse que la ex pareja de Alina era superior en cuanto a entrenamiento policiaco y en fuerza, debido a que le aplicó una llave que es utilizada para casos de tortura.
La abogada apuntó que la apelación pendiente pretende objetar los argumentos en los que se basó el juez para determinar que merecía la pena máxima, ya que de haberse analizado la situación con perspectiva de género la condena sería menor y es posible que Alina ya estaría en libertad, porque lleva tres años en prisión.
Este medio de comunicación intentó contactar con Calderón para obtener más información pero al no haber una sentencia firme, y dado que el recurso de apelación está en marcha, no se pudieron obtener más declaraciones sobre el caso.