La vasectomía es un método anticonceptivo definitivo para los hombres. Instituciones públicas y privadas realizan esta intervención quirúrgica, que es segura, sin complicaciones y con
99% de efectividad. Sin embargo, la planificación familiar y la anticoncepción continúa supeditada a las mujeres, por lo que la
corresponsabilidad en la salud reproductiva y sexual es un reto pendiente para incentivar la participación de los hombres y fortalecer el papel de las masculinidades con el objetivo de cambiar el panorama de las prácticas respecto a la sexualidad y la reproducción.
Los datos continúan arrojando información sólo sobre mujeres y en menor medida en hombres, lo que responde a un sesgo en la captura de los datos.
Mientras que continúa afianzándose la responsabilidad de la anticoncepción o planificación familiar a las mujeres, lo que
responde a diversos factores y variables, aunque sobresale la persistencia de factores culturales que considera que estos temas competen sólo a las mujeres y no a los hombres.
Asimismo, en muchas culturas se asocia la esterilización masculina a la impotencia o ausencia de “hombría”. Asimismo, intervienen las políticas públicas para que enfaticen en la necesidad de promover los temas de salud sexual y reproductiva en la población y en los cambios de paradigma cultural.
Por ejemplo, la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID 2018) registró que solo 13.1% de las mujeres encuestadas que regulaban su fecundidad señalaron que su pareja utilizaba un método anticonceptivo (vasectomía o condón externo/masculino).
Según datos de INEGI, en sus estadísticas de salud en establecimientos particulares (2019), resaltaron dos métodos definitivos de planificación familiar mediante mecanismos quirúrgicos: la
salpingoclasia, con 26 mil 339 procedimientos (2.4%) del total de los procedimientos médicos quirúrgicos, y la vasectomía que representó sólo 0.2% con 2 mil 503 casos.
¿Y a nivel global o regional?
Métodos anticonceptivos modernos están ampliamente disponibles a nivel mundial y son utilizados por más de 70% de las mujeres en edad reproductiva en Europa, Norteamérica, América Latina y el Caribe.
Uno de los métodos más utilizados que prevalece en América Latina es la
esterilización femenina y otros métodos como el uso de
pastillas anticonceptivas, condón, inyecciones hormonales o DIU. La esterilización masculina, no obstante, es uno de las prácticas menos frecuentes.
En América Latina, el informe presentado en 2015 por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU reveló que prevalece la esterilización femenina: 23.3% de mujeres utilizó este método; en contraste con 3.1% de hombres que utilizó la vasectomía.
El mismo informe señaló que la esterilización masculina (vasectomía) y el uso del condón, ambos métodos que requieren la participación directa de los hombres, representaron sólo
21% de la práctica anticonceptiva a nivel mundial.
La proporción de uso de estos métodos fue de 30% o más en Europa, América del Norte y Oceanía, alrededor de 20% en Asia y América Latina y el Caribe, y alrededor de 10% en África.
Además
pocos países tienen altos porcentajes de utilizar métodos mixtos (condón y esterilización), ya que también existe el riesgo de infecciones de transmisión sexual.
Hasta 2015,
Canadá (22%), Reino Unido (21%) e Irlanda (7%) eran algunos de los países que tenían los mayores porcentajes de vasectomías.
México, por el contrario, se encontraba en cuarto lugar con respecto a la prevalencia de esterilización femenina, sólo después de Puerto Rico, República Dominicana e India.
Desde entonces la ONU advirtió que los métodos disponibles, durante la segunda mitad del Siglo XX, estuvieron enfocados a los mujeres y que los métodos para los hombres han quedado limitados al condón masculino y las vasectomías, aunque se dijo optimista para el avance en nuevos métodos potenciales anticonceptivos para hombres.
Sin embargo, señaló que la
ausencia o retardo en la salida de nuevos métodos para hombres no explica la baja prevalencia de la esterilización masculina. El organismo internacional indica que la
vasectomía es más efectiva, menos costosa de realizar y tiene menos complicaciones en comparación con la esterilización femenina.
Esta última, realizada a través de la ligadura de trompas que representa mayor gasto y mayor riesgo y complicación para las mujeres.
En la actualidad este organismo internacional expresó su preocupación por el impacto de COVID-19 y el confinamiento, ya que además del aumento de violencia hacia las mujeres, se preveía la falta al acceso de anticonceptivos y el aumento de embarazos no deseados.
¿En México?
Pese a que en nuestro país se han registrado cambios en las tasas de fecundidad, la utilización de los métodos anticonceptivos se presenta en una dinámica que recae sobre las mujeres.
La Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID 2018), registró que en comparación con la encuesta de 2014, la tasa global de
fecundidad en las localidades rurales y urbanas disminuyeron:
- Zona rural: 2.51 hijos por mujer, en comparación con 2.81 en 2014
- Zona urbana: 1.94 hijos por mujer, en comparación con 2.04, en 2014
México registró una prevalencia de uso de
anticonceptivos de 75% en el total de Mujeres en Edad Fértil Sexualmente activas (MEFSA), de 15 a 49 años, la cual supera al indicador en Mujeres en Edad Fértil Unidas (MEFU), que asciende al 73%.
El uso de métodos anticonceptivos muestra importantes desigualdades entre grupos de la población; por etnicidad o grupos etarios menores de 19 años, quienes tienen menor prevalencia en uso de anticonceptivos.
“La falta de acceso a servicios integrales de anticoncepción que contemplen la consejería basada en las necesidades de cada persona; la falta de insumos disponibles que permitan ofrecer alternativas conforme a los criterios médicos de elegibilidad y a las preferencias individuales, en los que se pueden presentar temor a experimentar efectos secundarios o adversos; la oposición religiosa o cultural y la asimetría en las relaciones de género que limitan la toma de decisiones autónomas”, detalla el Programa de Salud Sexual y Reproductiva 2020-2014.
Según datos de la ENADID 2018 el porcentaje de mujeres, en edad fértil,
usuarias de métodos anticonceptivos fue de 53.4%. En 2014 este dato fue de 51.6% Los principales métodos de anticoncepción utilizados por mujeres, entre 15 y 49 años, fueron:
– La Obstrucción Tubárica Bilateral (OTB), conocido como ligadura de trompas.
– Anticonceptivos no hormonales (condón masculino y femenino, dispositivo intrauterino, óvulos y espumas anticonceptivas).
– Anticonceptivos hormonales (pastillas, inyecciones, implante y parche)
Sólo 2.7% de hombres se realizaron vasectomías frente a 48.5% de mujeres que se realizaron la OBT (ligadura de trompas). Además los porcentajes de
vasectomías se mantuvieron estables: en 2009 fue de 2.6% y 2.7% en 2014.
El Centro Nacional de Equidad Género y Salud Reproductiva, de la Secretaría de Salud, detalló que entre 2000 y 2015 se efectuaron más de
155 mil vasectomías sin bisturí. Sólo en 2015 se realizaron cerca de 16 mil intervenciones.
Mes de la vasectomía
Noviembre es el mes de las vasectomías y el 18 de noviembre es el Día Internacional de la Vasectomía.
México se unió a esta conmemoración en 2016, por lo que desde entonces cada año se realizan jornadas intensivas de vasectomías sin bisturí en toda la República con el objetivo de incentivar y favorecer la participación de hombres en la salud reproductiva y sexual.
La Secretaría de Salud adoptó, en 1993,
la vasectomía en su Programa de Planificación Familiar. Fue diseñada en 1974 por el Doctor Shunqiang Li.
La oferta de vasectomías se realiza a nivel nacional, tanto por hospitales públicos como privados. La vasectomía sin bisturí se realiza en el consultorio y su intervención requiere anestesia local y dura entre 10 y 40 minutos, y consiste en la sección y ligadura de los conductos deferentes que impide el paso de los espermatozoides.
Es un método seguro y 99% efectivo. Está dirigida a hombres de 20 a 60 años con paternidad satisfecha o a quienes opten por este método anticonceptivoo definitivo, bajo consejería médica.