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¿Burro mexicano está en riesgo de extinción?

Foto: Cortesía Burrolandia

En los últimos censos agropecuarios se estima que hay menos de 300 mil burros en nuestro país, lo que alertó a Raúl Flores Alfaro, para impulsar el proyecto de Burrolandia, desde 2006, ubicada en Otumba de Gómez Farias, Estado de México.

El objetivo de este lugar es preservar al burro mexicano que, en los últimos años, se ha señalado que está en riesgo. Y es que de acuerdo con datos de INEGI, de 1994 a 2010, el número de burros se redujo en 61.9%, al pasar de un millón 527 mil ejemplares a 581 mil.

Sin embargo, académicos señalan que aunque han disminuido en números, no están en peligro de extinción, ya que el decremento puede deberse a diversos factores.

Aseguran que la mayoría se encuentra en zonas rurales o han dejado de ser utilizados como carga o para el transporte, aunque tanto académicos y defensores del burro hacen un llamado, para cuidar a este equino, que llegó a México en el siglo XVI.

El burro en la historia

El nombre científico del burro es Equis africanus asinus y también es conocido como burro, asno doméstico, rucio y borrico. Es un equino que desciende del burro africano. Hace 6 mil años, fue empleado en la carga y transporte, tanto en África como en el resto de los continentes.

La historia cuenta que los primeros cuatro burros los trajo Cristobal Colón a la isla La Española. Fueron los primeros que arribaron al Nuevo Mundo. A México llegó durante la época de la conquista, con los españoles, quienes trajeron consigo ganado compuesto de caballos, vacas y asnos. 

Antes de la llegada de los españoles, cuentan las crónicas de Fray Juan de Zumárraga, no había animales de carga sino hombres cargadores conocidos como tamemes.

El franciscano, obispo e inquisidor, según estos relatos, mandó traer burros a la Nueva España, para que sustituyeran la mano de obra de los tamemes.

Fue así que, hacia 1533, llegaron estos mamíferos para ser utilizados como carga o transporte. La especie mostró adaptabilidad en las nuevas tierras. Con el tiempo, el burro se volvió parte importante de las actividades económicas de las comunidades y pueblos.

Fue tal su importancia para la agricultura, transporte y carga, que pronto ocupó un lugar preponderante en la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible de las comunidades, tal como asegura Mariano Hernández Gil, académico de la FMVZ, de la UNAM.

El burro carga estigmas

Por su parte, Raúl Flores expresó que en la actualidad el burro ha dejado de ser utilizado en las actividades económicas, y relató que a veces se le suele rechazar, dado que se asocia a la torpeza, pobreza, a la flojera o incluso es utilizado como un insulto.

“En las escuelas, cuando te refieres a un burro quiere decir que es alguien flojo, torpe o incluso es un insulto para las personas. No debería ser así. Este tipo de situaciones dan como resultado que haya un rechazo hacia el burro”, destacó.

 

Foto: Burrolandia

No obstante, estos equinos son muy inteligentes, “tienen el cerebro más grande que el de los caballos”, compartió el director de Burrolandia, quien agregó que durante largo tiempo fueron utilizados por ingenieros para hacer caminos, porque reconocen cuál es el camino más seguro o el más difícil.

Raúl Flores comenta que una de las cosas que les genera preocupación es que han documentado casos de maltrato.

En Tijuana, por ejemplo, el burro se ha vuelto importante para la identidad de la ciudad, aunque es más bien un burro-zebra –el equino es pintado con rayas negras y blancas, para hacer referencia a la zebra, pero carga una carreta y lo acompañan con una escenografía “mexicana”–. 

El fin, sin embargo, es con fines turísticos, dado que se ofrecen fotografías con el burro-zebra sobre la avenida más transitada y turística de la ciudad, lo que en diversas ocasiones ha despertado indignación, para defensores de animales.

“Todavía las personas que tienen estos animales, en su mayoría, no les dan los cuidados que requieren o lo hacen de manera equivocada y los burros fallecen o terminan en condiciones muy lamentables”, expresó.

También existen personas que ocupan a estos animales, para aprovechar su piel y su carne. En el mercado asiático, por ejemplo, es muy asediada su piel, ya que se le atribuye efectos benéficos a la salud, tal como relató el académico de la FMVZ.

¿Se encuentra en extinción?

Hace unos años comenzó a circular la noticia de que los burros estaban en riesgo de desaparecer. Al respecto, Raúl Flores señala que en los años noventa se estimaba que había un millón y medio de burros en México.

Para el año 2016 se estimaba que había una población menor al medio millón. En la actualidad Flores y su equipo estiman que hay menos de 300 mil animales.

“Es decir, a lo largo de 30 años, más del 75% de la población de los burros en México ha desaparecido”, indicó Raúl Flores.

Ante este panorama, Mariano Hernández explica a Once Noticias que si bien el número de ejemplares de esta especie ha disminuido, en nuestro país, aún estamos lejos de su extinción.

El académico dijo que para que eso suceda se necesita que quede un ejemplar en el mundo y que no pueda reproducirse.

“Si se llegara a extinguir el burro en México, para la especie no tendría ninguna afectación ya que como la especie mexicana hay 50 millones en el mundo. Para que una especie se considere extinta se requiere que el último ejemplar conocido muera sin dejar hijos”, dijo a Once Noticias.

Del mismo modo, agregó que para que un burro se declare en peligro de extinción deberá haber una cantidad similar a las 25 mil especies en el mundo. “Falta mucho para que eso suceda”, expresó.

El especialista de la UNAM añadió que en las zonas urbanizadas es donde existen menos burros, sin embargo, en zonas rurales aún es común ver a estos equinos. 

Un ejemplo es en Otumba, Estado de México, lugar en el que se reportaron, de acuerdo con datos del Censo de INEGI (2010), 180 burros y en San Felipe, había 4 mil 800 burros.

Para precisar el número total de esta especie en el territorio nacional hay que esperar los resultados del último censo agrario realizado por INEGI, que se encuentra en curso, explicó el académico.

La tarea: cuidar al burro mexicano

Mariano Hernández, quien es especialista en este equino, asegura que los burros juegan un papel fundamental en la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible de las comunidades, por lo que se han hecho diversas iniciativas académicas para contribuir al cuidado de este animal. 

En la UNAM, por ejemplo, desde hace 35 años tienen un programa de colaboración llamado Donkey Sanctuary, a cargo de la FMVZ, y trabajan con distintas comunidades para la conservación del burro.

Este programa tiene presencia en 13 estados de la República, que concentran 75% de la población de esa especie, por ejemplo, en Oaxaca, Veracruz, Puebla, Tlaxcala, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Querétaro y San Luis Potosí, entre otros.

Por su parte, el director de Burrolandia externó que para conservar a la especie se necesita darles una alimentación balanceada, tener su vacunación al día y también paseos constantes.

Tanto el académico como el director de Burrolandia coincidieron en que a este equino, como a otros animales, no se debe someter al maltrato. Ambos enfatizaron en que el burro es importante, a nivel económico y también cultural, para la población mexicana.

“Si llega a desaparecer el burro, sería culturalmente negativo, sería una decepción, sería un fracaso como mexicanos permitir que una especie que nos ha apoyado por muchísimo tiempo, para el desarrollo de nuestro país, desaparezca”, concluyó Raúl Flores. 

 

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