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Cambios políticos en EUA ha obligado a migrantes permanecer en México

Con el contexto sanitario por COVID-19, Estados Unidos cerró sus fronteras y aunque en el discurso se dijo a favor de las personas migrantes, suspendió (en la práctica) sus programas de asilo, además emitió el Título 42, bajo el argumento de salud. Esto generó un impacto negativo porque por un lado, obligó a que las personas permanecieran en las ciudades fronterizas y por otro, México actúo de forma deliberada para frenar el avance de las personas que buscaban dirigirse hacia el norte con el objetivo de cruzar al otro lado.

Las restricciones o cambios en la política migratoria y sus efectos no son nuevos sino un constante devenir de acciones que se esperaba que cambiaran con la nueva administración de Joe Biden, aunque han sido heredades desde la administración de Donald Trump.

No obstante, hay tres momentos claves en los que estos programas se han cerrado y que responde a una serie de factores en las que sobresale la presencia masiva de personas en tránsito: 2016, 2018 y 2021.

 

Primer momento: diáspora haitiana en 2016

En 2016, se registró el arribo masivo de miles de personas de nacionalidad haitiana, aunque también había africanas, que luego de haber recorrido hasta 10 países llegaron a las ciudades fronterizas mexicanas con la intención de ingresar a Estados Unidos bajo dos figuras jurídicas: el Estatuto de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) y el reconocimiento de refugio/asilado.

El TPS fue habilitado después del terremoto de 2010 en Haití. Su finalidad fue apoyar a la comunidad haitiana (que ya radicaba en Estados Unidos antes del terremoto del 12 de enero) para que continuaran en el país sin ser deportados. Tenía una duración de 18 meses y posibilidades de renovación. Este programa brindaba protección a personas que no pueden regresar a su país de forma segura por motivos de urgencia humanitaria (un conflicto armado en curso, desastres naturales y otras condiciones de carácter temporal o extraordinarias).

Después de 2010 hubo prórrogas dinamitadas, principalmente, por el ciclón tropical Sandy (2012) y el Huracán Matthew (2016), por lo que se permitió a la población haitiana seguir con el TPS.

De 2010 a 2016, las cifras de detenidos y retornados en Estados Unidos disminuyeron después de la activación del TPS. Paris Pombo y otros investigadores, en colaboración con la Comisión Nacional de Derechos Humano (CNDH), en su informe de 2017 señalan que, de abril de 2011 hasta septiembre de 2016, EUA suspendió las deportaciones de haitianos, aunque no su política de deportación.

Existen además tres programas adicionales: el Programa de Perdón para la Reunificación Familiar de Haitianos (HFRP, por sus siglas en inglés); el Perdón humanitario (Humanitarian parole) y el Programa de Ingresados Cubano-Haitianos (CHEP, por sus siglas en inglés).

Cada uno de ellos funciona bajo ciertas especificidades. El TPS ha sido detenido durante largos períodos y han cambiado, por ejemplo, en 2018-2019 se permitió el ingreso de familias o se daba prioridad a parejas haitianas con hijos menores, aunque la mayoría de las personas que buscaban cruzar eran solteras, lo que implicaba una dificultad.

 

Segundo momento: caravana centroamericana

En noviembre de 2018, más de 6 mil personas de origen centroamericano llegaron a ciudades fronterizas mexicanas en la llamada “Caravana Migrante” a lo largo del mes de noviembre, con la finalidad de solicitar asilo. Muchas de las personas huían de la violencia en los países de origen (principalmente los del Triángulo Norte de Centroamérica: Honduras, El Salvador y Guatemala).

No obstante, en junio de 2018 el Fiscal Federal estadounidense “emitió una orden para que los jueces de inmigración rechazaran las peticiones de asilo de aquellos inmigrantes que alegaran violencia de pandillas o violencia doméstica, al considerar que se trataba de ‘delitos privados’ que no eran motivo para otorgar el beneficio de asilo”, tal como se lee en el informe realizado por El Colef en ese año.

Además se activó el Protocolo de Protección al Migrante (MPP, por sus siglas en inglés), llamado “Quédate en México“, un programa del gobierno estadounidense que entró en vigor en enero de 2019, durante la administración de Donald Trump. Tuvo la finalidad de que las personas que solicitaban asilo en ese país, debían esperar la resolución de sus casos fuera de Estados Unidos. El proceso podía tardar meses e incluso años, por lo que las implicaciones fueron negativas, ya que las personas eran obligadas a esperar en ciudades fronterizas mexicanas, por lo que estaban expuestas a padecer los estragos de la violencia y hostilidad que adolece la región.

A partir de septiembre de 2019, el programa se amplió para que la administración del gobierno estadounidense pudiera devolver a la mayoría de las personas solicitantes de asilo a México, independientemente del lugar dónde entraron.

Joe Biden suspendió, al llegar al poder, las inscripciones en ese programa.  La eliminación del MPP permitió que más de 13 mil personas del programa “Quédate en México” continuaran sus casos de asilo en Estados Unidos.

 

Tercer momento: pandemia

En marzo de 2020, durante el gobierno de Donald Trump, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) emitieron una orden bajo el nombre de Título 42, en la cual determinaron que las personas que representaban un riesgo severo para la nación, en términos de salud pública, no podían ingresar.

Además comenzaron a realizarse deportaciones de población centroamericana hacia México bajo dicho Título. Esto obligó que, en el último año, organizaciones civiles que apoyan a migrantes buscarán acceder a otros programas de asilo.

“Tal fue el caso del Parole que se utilizó para solicitar asilo en casos de extrema vulnerabilidad, porque era una excepción al Título 42”, detalló a Once Noticias, Benelli Velázquez (El Colef).

No obstante, Estados Unidos lo finalizó en agosto de este año.

“Mientras existía la opción de Parole, el gobierno estadounidense aceptaba hasta 55 casos por día”, dijo la especialista en migración.

Señaló que cuando las personas se entregaban a las autoridades en el intento de cruce, les daban oportunidad de expresar por qué necesitaban pedir asilo, pero con el cierre de fronteras lo que hacía la Border Patrol, “ya no les daba esa oportunidad, sino que así los regresaban. Una cosa es regresarlos a la frontera, ahora los regresan al interior del país, a Guatemala o en el caso extremo al país de origen. México funge de trampolín de descenso “, señaló Benelli.

En las últimas semanas con las imágenes violentas sobre detención y deportaciones de personas haitianas, las autoridades estadounidenses han decidido enfocarse en la deportación: las personas que se consideren amenaza serán deportadas.

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