El acceso a la justicia para las mujeres mexicanas aún tambalea en una delgada línea. Es el caso de Elisa Xolalpa, pues a 20 años de sufrir un ataque con ácido, que le quemó 40% del cuerpo, su agresor tuvo una pena mínima y con la posibilidad de enfrentar su proceso en libertad. Después de la sentencia que se dio en diciembre de 2021, donde el juez Adolfo López Campuzano le dio a Javier Edilberto “N”, una sentencia de cinco años y el beneficio de llevar su proceso en libertad. Elisa y la colectiva a la que pertenece hicieron actos de protesta para conseguir una reunión en el Tribunal Superior de Justicia de Ciudad de México. En esta reunión las recibió el juez Víctor Hugo González, quien se comprometió a revisar la carpeta y se le informó de un recurso de apelación contra la decisión del primer magistrado. Por ahora están a la espera a que sea revisado por los magistrados con perspectiva de género, para que pueda haber un fallo a favor de la seguridad de Elisa.
“Sabemos que las sentencias por el delito de violencia familiar son muy bajas, pero al menos queríamos que se diera la máxima, para que se pudiera hacer la integración de la carpeta de 2001 que es por tentativa de homicidio. Me causó mucho enojo y frustración al toparme con esta sentencia, sin embargo, a partir de eso nos enteramos que este mismo juez ha dejado en libertad a los agresores de otras chicas en donde también corren peligro sus vidas”, explicó Elisa, en entrevista con Once Noticias.La violencia familiar es un delito penal que apenas fue reconocido en el año de 1997 y a pesar de los grandes impactos que tiene en los hogares mexicanos, en la práctica el delito sigue permaneciendo impune. En el Poder Judicial, subrayó Karla Michel Salas, abogada feminista, existen juzgadores con falta de conocimientos de derechos humanos y de perspectiva de género.
“La violencia familiar es la ante sala de los feminicidios (…) El caso de Elisa es el mejor ejemplo de un feminicidio anunciado, incluso por el propio agresor que dijo venir a terminar lo que no había hecho, y aun así a nivel institucional no vemos que le den más opciones a Elisa. Se da cuenta de un sistema racista y sexista en el que no hay espacio para justicia de las mujeres”, declaró la directora del Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social.Para Elisa Xolalpa estas decisiones tomadas desde el Poder Judicial ponen en riesgo su vida y por eso ahora cuenta con medidas de seguridad para ella y su familia, pues en caso de que su agresor llegara a salir, tienen miedo de que cumpla su amenaza. “Si llega a pisar la calle, va a salir más enojado y ya se ha ido prófugo en las dos ocasiones que me agredió y cuando regresa me ha intentado atacar y eso fue algo que le juez no tomó en cuenta”. Pese al fallo del juez y a las amenazas de su agresor, Elisa se mantiene en la lucha por demostrar que a lo largo de la historia se ha minimizado la violencia familiar; para ella son ya dos décadas buscando justicia. En la audiencia de condena el juez dijo que si bien no estaba juzgando los hechos de 2001 (el ataque con ácido), no los podía dejar de lado y se tenían que considerar, sin embargo, en la sentencia el funcionario cambió su discurso.
“En mi cuerpo está plasmada toda la violencia que este sujeto ha generado en todos estos años”.Las agresiones a Elisa, aseguró, no empezaron con el ataque de ácido. Aunque hay testigos aparte de las propias marcas que le dejó en el cuerpo, aun así, no se hicieron diligencias de investigación, ni dictámenes médicos ni psicológicos. La abogada Karla Michel Salas lamentó la falta de interés de los casos de violencia familiar, porque además de generar enojo y frustración ponen en riesgo a las víctimas, “culturalmente no hemos avanzado para transformar esta idea de que la agresión no sólo es un delito, sino una violación a los derechos humanos”, lo cual debe atender el Estado. Elisa Xolalpa seguirá en pie de lucha para que las autoridades reconozcan todas las violaciones a los derechos humanos que se han cometido en su proceso y también para que puedan retomar la investigación de 2001, porque es importante para las mujeres que todos los delitos sean castigados.
“Las lesiones las tengo son algo que jamás se me van a quitar, pero me va a dejar más conforme que este sujeto que pensó en la impunidad no lo logre. Me va a alivianar el alma, no son casos aislado, somos muchas las que sobrevivimos a estas violencias tan letales”, concluyó Elisa Xolalpa.