Charo Fernández llegó a la radio para quedarse. Ingresó a Televisa Radio en la década de los 80, llevando como respaldo año y medio de estudios en inglés y música en Inglaterra. Eso, aunado a su seguridad en sí misma y a su carisma, la llevaron a imponerse sobre cerca de 350 aspirantes a ser la locutora principal de WFM Magia Digital en 1985.
Y aunque el camino fue difícil, para la emprendedora y siempre optimista joven de aquel entonces, nunca hubo barreras.
¿Quién de aquellos que vivían la música de esos ayeres no recuerda juntos a Charo, Alejandro González Iñárritu, Martín Espinosa y Martha Debayle en WMF?
Con una maestría en Desarrollo Humano, Charo divide su tiempo entre la conducción en Mix FM y pasar el tiempo libre con su hijo Emiliano; también tiene en mente dar cursos de locución y terminar un libro que ya está avanzado.
Al preguntarle, qué piensa del papel femenino cuando llegó a WFM comparado con el de hoy, la reacción de Charo es: “¡Uy, hay un abismo del cielo a la Tierra!”.
“A nosotras nos tocó abrir el camino, porque la verdad, sí fue difícil, había muy pocos puestos ejecutivos para las mujeres, te estoy hablando de la década de los 80. Era demostrar a través de tus ganas, pasión y talento que podías aspirar a un puesto al mismo nivel que un hombre y ganar lo mismo que un hombre en ese momento. No fue fácil”, reconoce en entrevista con Once Noticias.
Y como si se tratara de la ‘cápsula del tiempo´, Charo rememora los tiempos en los que compartía micrófonos con Alejandro “El Negro” González Iñárritu (hoy, director de cine internacional), Martín Espinosa y Martha Debayle.
“Te pongo un ejemplo, al negro (Alejandro) González, le tomó dos años ser director de WFM, a mí me tomó ocho años ser directora de WFM, ¡y casi 12 en ser vicepresidenta de Televisa Radio!, para que veas la diferencia en años. Yo, de repente luchaba y decía: ‘oigan, yo creo que me merezco más’, ´me parece que debo de ganar igual que lo que le pagan a un vicepresidente’; todo eso sirvió, porque detrás de nosotras vinieron otras chavas que no fue tan difícil para ellas”, asegura.
Educación, su mejor arma
Pero, la también admiradora de Elton John y Whitney Houston, sabe que su preparación la hicieron ganarse el lugar que tiene hoy en radio.
“Mis papás me mandaron a Inglaterra, a mí solita; allá tenía un primo y le dicen: ‘búscale un colegio’, ‘consíguele una casa, a ver con quien se va a quedar’. Mis papás pensando en que yo me convirtiera en una persona independiente; lloraba horrible, les hablaba por teléfono y les decía: ‘está lloviendo y hay nieve’; y ellos me decían, ‘pues cómprate un abrigo y unas botas’”.
Su experiencia pasó de conciertos en Europa al micrófono de la radio.
“Allá fui a ver a Duran Duran, The Cure, Depeche Mode; iba a Birmingham, Liverpool, Londres. Cuando llegué a W pensando que esa información nunca me iba a servir, venía hablando inglés muy bien y, además, empapada de todo lo que estaba sucediendo en música. Me sirvió para hacer mi prueba y que me quedará como conductora en W”.
Amigas y aliadas
La figura femenina que marcó a Charo fue su mamá, doña Adilia Fernández, quien forjó en ella ese espíritu de trabajo y lucha.
“Ese legado tiene que ver con que no es fácil que me dé por vencida. Recuerdo que llegaba y le decía: ‘mamá es que es muy difícil, es un mundo masculino’, y me decía: ‘tu vete y enciérrate en el baño y lloras, pero a ellos no les demuestres debilidad’; todo eso hizo que me fortaleciera y que sacara la casta, que me defendiera del Negro, de Martín y de todos (risas)”.
Algo que Charo vivió en carne propia y que rechaza tajantemente es cuando una mujer, impide avanzar a otra.
“Se me hace terrible. Yo lo viví con mujeres que han llegado a las empresas en las que he estado. Yo vengo de un equipo que era sólido, que era familia; nos ayudábamos y protegíamos entre todos […] Hay que cuidarnos protegernos entre nosotras para evolucionar y seguir avanzando […] Pero, no te creas que todo mundo trae esa mentalidad, lo cual es triste y lamentable. La única manera en la que podemos salir adelante, es no metiéndonos el pie; al contrario, si a ti te va bien, a mí también me va a ir bien”.
Con su característica sonrisa, Charo enaltece el valor y potencial de las mujeres.
“Creo que somos seres verdaderamente maravillosos, seres de luz. Traemos un propósito especial. Por el sólo hecho de dar vida somos figuras divinas. Al final, tenemos que estar conscientes de todo el potencial que traemos por derecho de nacimiento y que tenemos que ponerlo en práctica primero a nuestro servicio y luego al de los demás”.