Reportajes especiales

‘Chinampaluchas’, la unión de dos tradiciones mexicanas en Xochimilco

Los hermanos de la Dinastía Olivares aprendieron desde pequeños el trabajo en las chinampas, ahí mismo aprendieron el arte de la lucha libre

La dinastía de luchadores Olivares es oriunda de Xochimilco, Ciudad de México. Creó las Chinampa Luchas, dentro del lugar que les enseñó a trabajar la tierra y el lago, pero también fue ahí donde aprendieron el arte de la lucha libre. Son tres hermanos: el mayor es Ciclónico, luego sigue Mr. Jerry y por último Gran Felipe Jr. Su padre Gran Felipe fue un luchador profesional que llevaba a sus hijos desde pequeños para que aprendieran el trabajo de la floricultura en las chinampas. Así desde niños podían tratar con delicadeza cada pétalo de sus cosechas, pero también corría el cariño y la rudeza de la lucha libre que su padre les inculcó. La dinastía juntó dos tradiciones mexicanas, la chinampería y la lucha libre.

El campo

“Yo recuerdo haber venido desde chiquito como de tres o cuatro años, mi papá nos traía a las chinampas desde tempranito para que le ayudáramos a trabajar”.
“Siempre han sido flores y plantas de jardinería y en Día de Muertos cempasúchil y noche buena en diciembre. Este lugar es el sustento de toda nuestra familia y le tenemos cariño y respeto a esta tierra porque desde pequeños estamos aquí. Aprendimos palear la tierra, a llenar las bolsas, a plantar las semillas, a podar, aprendimos todo desde que inicia hasta que termina un cultivo”, relata Ciclónico, el mayor de los tres hermanos Olivares. Hoy en día los tres están por terminar la carrera de ingeniarla en agronomía y según explican, tomaron ese camino para el cuidado de sus plantas y el trabajo que aprendieron desde pequeños. Su vida la han dedicado a pensar cómo mejorar sus plantas y sus semillas tratando de no dañar el ecosistema Xochimilca y sumar todo el conocimiento empírico que les heredó su familia y combinarlo con el conocimiento científico que les brinda la academia. El día de la dinastía Olivares comienza a las cinco de la mañana; para las seis ya están en el gimnasio; a las ocho desayunan y de nueve a diez entrenan algo de lucha; los tres luchadores y campesinos llegan a la chinampa pasadas las diez de la mañana y de ahí se van a la escuela. Cuando regresan se organizan con su madre, quien es la encargada de las ventas en el mercado de Xochimilco, cada quien tiene un rol que se va acoplando a sus propios tiempos.

La lucha

“Mi papa fue luchador profesional en la arena Xochimilco, era ‘El Gran Felipe’. A nosotros ya no nos tocó verlo luchar porque se casó, se retiró y dedicó su tiempo a la familia, pero buen día el hermano de en medio, ‘Mr. Jerry’, decidió ir a entrenar y nos jaló a nosotros dos y nos quedamos. Mi papá nos fue llevando de la mano y como estaba relacionado con el ambiente nos llevó con muy buenos profesores desde los inicios, él se volvió a involucrar en la lucha libre y con el tiempo los tres hermanos nos hicimos luchadores profesionales”, cuenta Ciclónico, el hermano mayor.
La Dinastía Olivares ya tenía otro proyecto de arena luchística en un terreno dentro de Xochimilco. Hacían funciones con aforos pequeños, pero bien concurridos. Con la pandemia se cancelaron los eventos en lugares cerrados y la lucha libre junto con cualquier deporte o función cultural quedó parada en su totalidad. Gran Flipe Jr. se dio cuenta de que había un espacio dentro de la chinampa que no se estaba usando y otro de los hermanos recordó que tenían un ring sin usar en su casa. Fue así como iniciaron con el proyecto transmitiendo las Chinampaluchas en línea. La idea de la chinampa es para combatir en espacios al aire libre y con poco aforo para así dar un espacio seguro a la lucha libre mexicana y también un trato más cálido entre deportistas y espectadores. Las autoridades luchísticas y de Ciudad de México aceptaron el proyecto que ya tiene un año trabajando en medio del canal de Xochimilco.
“Sembrar y luchar en este lugar es algo mítico para nosotros, porque es de lo que vivimos y se junta con nuestra pasión por la lucha. Mi padre falleció hace cuatro años y todo lo que hacemos en honor a su memoria, por el amor que él nos inculcó a la lucha y a esta tierra. Ahora nosotros lo estanos transmitiendo lo que sentimos por este lugar y lo hacemos a través de la lucha libre. Nos sentimos contentos porque las figuras que han pisado nuestra chinampa eran nuestros ídolos de pequeños, para nosotros es un honor”, afirma Gran Felipe Jr.
Esta nueva generación unió dos tradiciones, las chinampas de Xochimilco y la lucha libre mexicana que fusionado es algo mágico. “Como luchador es algo muy diferente que no se vive en otro lado y como personas es maravillosos ver que el lugar donde fue mi infancia se ha transformado en un recinto de lucha libre. Para nosotros es algo único porque amamos mucho nuestra tierra y el lugar donde somos, siempre tratamos de hacer cosas que no dañen a las chinampas”, asegura Ciclónico.

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