Andrés Ramírez Silva, coordinador general de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), conversó con Once Noticias sobre la situación de refugio y el contexto migratorio que enfrentan los haitianos recién llegados a México. En la capital mexicana se ven grandes grupos de migrantes que cruzan las calles buscando algún hotel, albergue o un espacio para dormir en lo que esperan su resolución migratoria, donde de enero a septiembre han recibido 90 mil 314 solicitudes de refugio, de las cuales 26 mil son de haitianos.
¿Cómo se entiende el contexto migratorio de la comunidad haitiana en México?
La mayoría son personas que huyeron a raíz del terremoto de 2010 en Haití. En la época en las que había un apogeo en la economía brasileña y muchas personas salieron para aquel país. Hubo más de 130 mil personas que salieron a esa nación, pero no se les dio el reconocimiento de la condición de refugiado porque las víctimas de desastres naturales no estarían en los causales del reconocimiento del refugiado. Ese motivo no está establecido en ninguna convención del mundo, luego entonces no se les devolvió a su país, porque la comisión nacional de refugiados de Brasil estableció que se trataba de gente víctima de un terremoto y que su país estaba destruido por lo que les ofrecieron visas humanitarias para que pudieran trabajar. En 2016 tras el golpe de Estado de Michel Temer muchos salen de Brasil y se vienen a México. La mayoría de haitianos pretendían llegar a Estados Unidos, pero se tuvieron que quedar en México unas 3 mil 400 personas que en su mayoría se quedaron en Tijuana. En 2019 llegan cinco mil haitianos solicitantes de asilo y al año siguiente por la pandemia fue el único país que incrementó su número pues llegaron poco más cinco mil 900. Y este año la crisis se profundiza y muchos de ellos pagan para tratar de llegar a México. Los números son estratosféricos porque al cierre de septiembre ya tenemos más de 26 mil solicitantes haitianos. Son personas que no se identifican con la definición de lo que establece la ley en México ni la convención de refugiados y no encuentran otras alternativas más que solicitar su refugio para obtener la visa por razones humanitarias y trabajar en este país.Si las víctimas de desastres naturales no son candidatos a refugio, ¿con qué causal se les abre el caso a personas de Haití?
Nosotros estamos obligados a darles el registro, con una primera entrevista básica les tomamos el biométrico y le atendemos en caso de vulnerabilidades y apoyos básicos como referirlos a los albergues. Nosotros les abrimos la puerta como a todos porque no podemos hacer ninguna discriminación. La primera entrevista es muy básica y en la segunda ya se encuadra una entrevista de valor, donde los oficiales de legitimidad usan un serie de técnicas para determinar si la persona efectivamente presenta elementos que la definen como refugiada y en el caso de los haitianos muy claramente quieren ir a Estados Unidos porque tuvieron problemas económicos en donde estaban o porque ya no les renovaron su visa, en fin, pero no hay elementos que entren en nuestro causal, no son perseguidos, ni salieron por razones de violencia generalizada. No existe el reconocimiento a un refugiado por un desastre natural ni por razones económicas, pero es un asunto que ellos no saben.¿Cuánto tiempo tarda el trámite de refugio?
Hay plazos dentro de la ley donde se establecen 45 días hábiles que pueden ser prolongables con otros 45 días, un total de 90 días, pero por razón de la pandemia se suspendieron plazos y términos y siguen suspendidos. La verdad de que estén o no suspendidos los plazos, la razón por la que están durando más en muchas resoluciones, es porque hay una cantidad demasiado grande de gente que está llegando y eso nos lleva a que tengamos una saturación que nos puede llevar entre siete y ocho meses en el trámite.¿Su trabajo es detener el flujo migratorio?
Hay un elemento que establece la ley y dice que donde la persona solicita la condición de refugiado tiene que permanecer allí, porque de rebasar su entidad federativa sin autorización debida, se considerará un abandono del caso, pero es una cuestión de ley y eso lo dice en parte para evitar que las personas se vayan a ir a Estados Unidos, yo pienso eso, porque no estuve cuando se elaboró la ley. Sin embargo, nosotros hemos resuelto, en dos años y diez meses de esta administración, 80% de todos los casos que se han recibido desde 2013. Esta Comar ha hecho mucho más que cualquier otra administración en materia de resolución, así que no se nos puede decir a nosotros que estamos frenando nada. Tendríamos que hacer magia y la verdad es que hemos hecho más en temas de productividad, ya no hallamos qué hacer, pero sabemos que tenemos que hacerlo de manera muy cautelosa porque es la vida de las personas lo que está en riesgo. No podemos apresurar los procedimientos para quedar bien con dios y el diablo y que por una manera simplista acabemos rechazada gente que necesita la condición o aceptando a criminales. Para nosotros es un elemento muy importante este procedimiento que es tan delicado y complejo.Ante la saturación de albergues migratorios, ¿se está haciendo algo al respecto?
Hay muchas personas de diferentes países que no tienen en dónde vivir. Como nunca en la historia tenemos 100 nacionalidades diferentes en el país y que el número de solicitantes al cierre de septiembre son de 90 mil 300. Los albergues se ven rebasados y hemos coordinado con el Gobierno de Ciudad de México para habilitar el albergue “El peregrino” (de la basílica de Guadalupe) y eso es lo último que me enteré.Hay que tener la sociabilidad con estas personas que, más allá de que califiquen o no como refugiados, emprendieron un viaje tan largo con familias y no lo hicieron por gusto, han abandonado los países que les dieron acogida en primer término y tenemos que tener en cuenta toda la sociedad para sensibilizarnos”, afirmó Andrés Ramírez Silva, coordinador general de Comar.Desde la compra estamos en diálogo con empresas para ver bolsas de trabajo, porque creemos que es necesario en términos humanitarios también para el propio país que está creciendo y hay muchas oportunidades de empleo en otras partes de la República, y que todos estén en Tapachula o Ciudad de México considero que se pierden oportunidades para las personas que llegan y para el propio desarrollo económico del país.