Reportajes especiales

“Colección Ojo de Venado” busca sumar nuevas visiones del fotoperiodismo

Este proyecto colectivo cumplió 10 años y nació con el objetivo de materializar el trabajo fotoperiodístico de fin de siglo; ahora busca conocer trabajos actuales

En el lenguaje de la imagen hay dos cosas que se precisan: la técnica y el discurso. En el lenguaje del fotoperiodismo, más allá de la técnica, se precisa el discurso y el momento exacto de los hechos. En ese oficio se valora no sólo conocer al obturador sino también a la imagen que provee no sólo un momento estético (el aura que tanto movió al filósofo Walter Benjamin) sino también como un testimonio que captura la vivacidad del acontecimiento.

Capturar marchas, accidentes, un rostro impactado por la rabia o el dolor, la vida cotidiana en zonas rurales o el caos de las urbes, implica no sólo conocer el punto de fuga o los movimientos dancísticos del diafragma, sino también tener una narrativa: las imágenes cuentan una historia única y veraz.

El fotoperiodismo, además, no se ha visto ajeno al cambio tecnológico, el gran paso de lo análogo a lo digital. Cambió el consumo de la imagen: de los medios impresos a los virtuales. Y es que el fin de siglo trajo consigo una necesidad de detenerse y recapitular lo hecho por aquellos ojos que dejaron en el oficio una huella excepcional.

Todo esto lo tiene presente la Colección Ojo de Venado: Fotografía Documental Contemporánea, que celebra 10 años de ser un proyecto que reúne el trabajo de nueve fotoperiodistas, y que busca detenerse un momento para reflexionar sobre el oficio, la memoria y la historia misma de este país.

Once Noticias conversó con Cecilia Candelaria, cofundadora de la colección –junto a Omar Meneses (+) y Ernesto Ramírez– y actual directora, y Elizabeth Andriópulos Dakkini, gestora de esta colección, sobre los 10 años que recientemente cumplió (y que celebró en una presentación en Casa del Lago) sobre el futuro del proyecto y el papel de las mujeres fotoperiodistas.

El oficio y el sueño

Cecilia Candelaria compartió a Once Noticias que este proyecto surgió como un sueño. Dijo que luego de muchos años de ejercer el fotoperiodismo siempre se sueña con reunir el trabajo y materializarlo en un libro para compartir.

Omar Meneses (+), quien trabajó para diversos medios como La Jornada, soñó con reunir el trabajo fotográfico de 30 años y lo compartió en sobremesa con Cecilia y Ernesto Ramírez. Ese sueño coincidió con las celebraciones del Bicentenario y los proyectos que se impulsaron por entonces. Fue así que decidieron buscar fondos y llevar a cabo este proyecto cultural.

Al respecto, Candelaria dijo que se partió de la idea de reunir el trabajo de fotógrafas y fotografos con una fecha de corte, en consonancia con el Bicentenario, por lo que se fijó como punto de partida el cambio de siglo. Fue así que el proyecto nació en 2011:

“¿Qué tenemos que decir los fotógrafos en este festejo? Esa fue la pregunta. Surgió así lo de tener un proyecto colectivo donde se vieran distintas miradas. Y se eligieron 10 años antes y 10 años después de terminar el siglo. En principio se recopiló el trabajo de cuatro fotógrafos: Omar (+), Ernesto Ramírez, Raúl Ortega y Patricia Aridjis. La finalidad fue contribuir con la reflexión de lo que pasaba en nuestro país”, señaló la fotógrafa a Once Noticias.

Pero no quedó ahí. Posteriormente, con apoyo de Conaculta, se sumaron otros cinco fotógrafas y fotógrafos y se ideó un trabajo colectivo en el que se asentó un ejercicio libertario, porque ellos mismos eligieron las imágenes, los temas, la edición y hasta las colaboraciones en texto.

“Este trabajo es colectivo. Se pensaba al principio un proyecto donde el fotógrafo tuviera remuneración, pero sólo conseguimos para la impresión de los libros y la edición. Se buscó hacer un proyecto accesible, que no fuera elevado el costo, para facilitar su distribución. También asequible, para que la gente comprara los libros. Sin dinero, pero lo conseguimos”, compartió con una sonrisa a Once Noticias.

¿Y las mujeres fotoperiodistas?

La Colección Ojo de Venado publicó a Patricia Aridjis, Ojos de papel volando (2011), y a Cecilia con A veces la vida (2013). 

Sin embargo, en la fotografía, criticaron que aún persiste una brecha de género: son los hombres quienes mayoritariamente publican o son visibles. Cecilia compartió al respecto que cuando empezó como fotógrafa recuerda a dos o tres mujeres en prensa y que la mayoría de esos puestos eran ocupados por hombres.

También dijo que entre los argumentos que sostienen esa brecha es que se considera que las mujeres no pueden realizar un trabajo arriesgado. Y es que en el fotoperiodismo y fotografía documental implica fuerza y el cuerpo.

Sin embargo, ambas sostuvieron que los tiempos han cambiado. Ahora hay más mujeres inmersas en este oficio y profesión, por lo que consideran que existe el desafío de reconocer a las mujeres y que los medios abran los espacios para su trabajo.

Pasar la estafeta generacional

El periodista Hermann Bellinghausen en su acalorada intervención compartió que con esta Colección “se da un corte de caja generacional”.

En coincidencia, Elizabeth Andriópulos señaló al medio: “algo que comparte el trabajo de estos fotógrafos es el corte generacional. De forma inconsciente, sin saberlo, se da en un momento de ruptura. En retrospectiva es el último grupo de fotografía documental”.

Y en ese ejercicio, por ejemplo, sobresale el trabajo de Omar Meneses, quien fotografió las guerrillas en Nicaragua y el movimiento zapatista en Chiapas. Así también el trabajo de Raúl Ortega en Contra el Olvido (2011), quién no sólo documentó al movimiento sino también la cotidianidad de sus habitantes.

Andriópulos agregó que en ese corte ocurrieron hechos relevantes a nivel histórico, pero también a nivel fotográfico porque se dio paso a lo digital, lo que tuvo un impacto en el oficio:

“La recopilación de estos 9 libros reúne una mirada política, antropológica, social e histórica de la última década del siglo XX y la primera del siglo XXI. Es la memoria histórica de un país en los últimos 30 años. También es el fin de la fotografía análoga. El ejercicio que practicamos por 20 años llegaba a su fin y nos tocaba reaprender, reinvertir, en una nueva mirada y tecnología”, enfatizó.

Y es que tanto Cecilia como Elizabeth coincidieron que incluso ahora las redes sociales han impactado en el oficio, el consumo y la imagen. Para Ceci, como le llaman de cariño, la posibilidad de lo análogo permitía la práctica artesanal (un tiempo único para la selección de fotos y un momento de reflexión) y lo digital, así como las redes, responden a la inmediatez, lo que puede poner en riesgo.

Asimismo, quienes componen este proyecto colectivo son creyentes de que la experiencia que brinda la impresión de un libro es única (posee esa aura benjaminiana), por lo que apuestan a que la Colección retome su cauce y publique en 2023 nuevos fotolibros.

En ese tenor, Cecilia y Elizabeth buscan ver las posibilidades, ¿y por qué no?, las limitaciones de las tecnologías en la producción de las imágenes.

Es así que señalan que el futuro más cercano de la Colección Ojo de Venado es lanzar la convocatoria 2023 con el objetivo de reunir y seleccionar el trabajo de nuevas miradas fotográficas: se seleccionarán a tres ganadoras o ganadores anualmente, cuyo trabajo será publicado por la Colección.

La Colección Ojo de Venado no sólo advierte una semilla tropical utilizada para liberar del mal de ojo, sino también el ojo místico de nueve personas que plasmaron su visión del mundo en un oficio único, por lo que Cecilia invita a que se conozca el trabajo de: Víctor Mendiola, Jesús Quintanar, Germán Canseco, Raúl Ortega, Alfredo Estrella, Ernesto Ramírez, Patricia Aridjis y Omar Meneses.

“¿Hacia dónde va la nueva mirada? Lo vamos a descubrir juntos y juntas, no tenemos idea”, concluyó Elizabeth.

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