Reportajes especiales

Combinar tabaco y alcohol incrementa riesgo de padecer cáncer en cabeza y cuello

En México, alrededor de dos mil personas fallecen cada año por neoplasias malignas en cabeza y cuello.

Hoy es Día Mundial del Cáncer de Cabeza y Cuello. No es sencillo hablar de un solo tipo de malignidad cuando nos referimos a esta parte del cuerpo y, por lo tanto, existen diversos tipos de neoplasias que se desarrollarán tanto en cuello como en cabeza.

Para platicar a fondo sobre este tipo de neoplasia, Once Noticias conversó con Martín Granados García, jefe del Departamento de Tumores de Cabeza y Cuello, del Instituto Nacional de Cancerología (Incan), quien explicó que se trata de una malignidad que fluye de las vías aerodigestivas superiores y que involucran: el vestíbulo nasal, las fosas nasales, la orofaringe, la cavidad bucal, la bucofaringe, la laringe, la hipofaringe y el esófago cervical.

El cirujano oncólogo destaca que 85% de estos cánceres están causados por la combinación de tabaco y alcohol.

“Si bien, el riesgo tiene que ver con la intensidad y con la duración de la exposición, no necesitan ser grandes cantidades; una persona que fuma un cigarrillo al día o se tome tres bebidas alcohólicas, ya tiene un riesgo significativo de desarrollar cáncer y si fuma y bebe al mismo tiempo, el riesgo se incrementa en 50 veces más que una persona que no fuma ni bebe”, afirma.

Agrega que la incidencia a la que hace mención se refiere al número de casos nuevos generalmente en un periodo de un año, por lo que sostiene:

  • En México se presentan alrededor de cuatro mil casos por año de este padecimiento.
  • Ello deriva en alrededor de 3% de la totalidad de las neoplasias malignas en México.
  • Y en aproximadamente dos mil fallecimientos por esos cánceres anualmente.

“Estas son inferencias que hacen instancias internacionales a partir de observar las actas de defunción y la epidemiología de naciones con una semejante composición, y de exposiciones semejantes a la de nuestro país, entonces sí existe registro de cáncer”, explica Martín Granados García.

Agrega que estas neoplasias mortales se dan tres veces más en hombres que en mujeres, aunque la proporción se ha venido equiparando.

“Puede ser que esto sea un sesgo de referencia, pero en estadísticas nacionales hay tres hombres por cada mujer afectados; en los niños no ocurre (la enfermedad), porque en el periodo de que uno fuma y bebe y hasta que aparece a enfermedad es de 20 a 30 años, entonces si uno empieza a fumar a los 20 años, se espera que los primeros casos surjan alrededor de los 40”.

Sintomatología confusa

El especialista resalta lo importante que son los síntomas, porque no son específicos y pueden confundirse con lesiones benignas.

Por ejemplo, asegura que una ronquera o una laringitis que dure dos o tres semanas puede ser un cáncer de laringe; dificultad o dolor para pasar los alimentos, puede ser un cáncer de orofaringe; una obstrucción nasal o escurrimiento nasal, puede ser un cáncer de fosa nasal que podría ser confundido con una sinusitis.

Añade que la aparición de una glándula en el cuello puede ser un ganglio metastásico, que sea manifestación de enfermedad avanzada; una mancha blanca o roja que no desaparece en la boca y que está presente de dos a tres semanas puede ser un cáncer incipiente de la cavidad bucal; y un granito o una úlcera que no sana, igualmente, sería un cáncer en la cavidad bucal.

Por ello, remarca que desde la segunda semana con persistencia de síntomas hay que acudir al médico y de preferencia que sea un especialista.

“En el Incan los pacientes llegan con un retraso mínimo de seis meses y ya acudieron por lo menos a ocho médicos antes de ser diagnosticados; generalmente se está pensando que es una infección, otras causas y no pensamos en la posibilidad de cáncer, especialmente con las personas que tienen antecedentes, pero eso no quiere decir que quien no los tenga no pueda desarrollar cáncer de cabeza y cuello”.

Supervivencia

Granados García precisa que el periodo de supervivencia del paciente se determinará según su etapa clínica, aunque cuando se trata de tumores de menor tamaño, superficiales y limitados al sitio de origen, de 80 a 90% de los pacientes se curan en etapas tempranas.

Y cuando el paciente tiene etapas avanzadas, el pronóstico se cae de 10 a 40%; en tanto que, de forma global, la mitad de los pacientes que enferman mueren por la enfermedad y generalmente 80% de las muertes ocurren en los dos primeros años de haber sido diagnosticado.

“Es extremadamente agresivo y penoso porque el cáncer y su enfermedad deterioran funciones importantes. El paciente no habla ni respira normal, respira por un orificio en el cuello, se alimenta por un tubo en el estómago, padece dolor, úlceras sangrantes, mal olientes, deformidad parcial. Su final es lamentable y con muy mala calidad de vida”, expresa el médico.

Tomar conciencia a tiempo

El experto puntualiza que la mejor manera de prevenir esta malignidad es evitar la exposición al tabaco y al alcohol y hacer el diagnóstico temprano para ayudar a cambiar el panorama.

Más que estudios periódicos, puntualiza que las personas deben acudir con un médico capacitado, porque las manifestaciones de la enfermedad pueden ser sutiles.

“Los programas de escrutinio, que debieran ser una tarea de la salud pública del Gobierno, no existen en el cáncer de cabeza y cuello porque no son eficientes en relación al costo, lo que se requiere es una población conocedora y sensible, y un médico capacitado para ser diagnosticado temprano y prevenir y evitar la muerte por esta enfermedad tan penosa”, finaliza.

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