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¿Cómo identificar signos de suicidio en un amigo?

Karla “L”, de 35 años ha intentado suicidarse en dos ocasiones. Ella padece ataxia cerebelosa, un tipo de mal que causa descontrol muscular. Su condición la ha llevado a estar alejada de la sociedad por casi 20 años. Vive prácticamente “encerrada” en su casa, con sus padres que ya rondan la tercera edad. Ese estado la ha llevado a tener constantemente depresión; esos cuadros de tristeza, por no haber cumplido sus sueños, la llevaron en dos ocasiones a intentar terminar con su soledad y su vida. Una ocasión se cortó cerca de las muñecas de las manos, donde aún se notan algunas cicatrices; en otro momento, intentó tomarse pastillas de más que los médicos le recetaron para su depresión. Tuvieron que llevarla de emergencia al Hospital Belisario Domínguez, en Iztapalapa, para hacerle un lavado estomacal.
“Desde que salí de la secundaria (a los 15 años), mi vida cambió. Comencé con signos de la enfermedad. Todos como que me rehuían; era como que la ‘apestosa’ del grupo. Desde ahí, me encerré en mi casa. Era imposible que siguiera mis estudios porque me daban ataques de epilepsia y me sentía pésimo. Todavía tengo esas convulsiones, pero ya menos”, cuenta a Once Noticias.
Karla deseaba ser doctora, pero su sueño se ha visto frustrado por esa parte de su vida y porque en un principio no podía trasladarse sin el apoyo de una andadera o silla de ruedas. De cualquier manera, su estado ha ido mejorando porque se ha dedicado a practicar zumba y hasta tomó un curso de belleza.
“Porque la verdad me encanta verme linda. Una cosa es que esté encerrada, pero no puedo darme el lujo de verme fodonga”, dice sonriente. “Primero tomé el curso para mí, después algunas vecinas me dijeron que las maquillara y comencé a hacer algunos peinados también para tener un ingreso”.
La mamá de Karla, doña Ofelia ha sufrido en silencio. Ella narra que su hija ha sido fuerte pero que, ante ellos, sus padres, nunca había demostrado signos de querer quitarse la vida, no estaba siquiera triste; al contrario, es optimista pese a su pronóstico y la vida que ha tenido, pero esas dos ocasiones cuando atentó contra ella misma, sus papás no lo esperaban. El caso de doña Ofelia, es similar al de cientos de padres que desconocen qué pasa por la cabeza de sus hijos cuando hacen diversas cosas para acabar con su existencia.

Ojo con las señales

El sitio kidshealth.org asegura que es normal sentirnos de vez en cuando tristes, deprimidos, estresados o enojados, en especial al hacer frente a las presiones de la escuela, los amigos y la familia. Pero en algunas personas, los sentimientos de tristeza y desesperanza no desaparecen y van acompañados de pensamientos suicidas. Hemos escuchado decir consistentemente que, quienes hablan de suicidio, en realidad, nunca lo llegan a intentar. Pero los expertos coinciden en que eso es totalmente falso. De acuerdo con la Clínica Mayo, éstas pueden ser algunos signos que debes tomar en cuenta sobre un posible suicidio en un amigo, un familiar o un adolescente:

¿Cómo actuar de forma inmediata?

La misma clínica, recomienda formular preguntas para indagar si la persona corre riesgo de seguir sus sentimientos suicidas. Eso sí, se debe actuar con delicadeza, pero firme para formular preguntas directas, como las siguientes:

¿Qué hacer?

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