
Hablar de las mariposas monarcas, esas pequeñas criaturas de color naranja brillante y negro, conlleva inherentemente a entender cómo es que se ha protegido su entorno y hábitat, con ello recordamos a Homero Gómez y Raúl Hernández, dos de sus férreos protectores, quienes fallecieron en 2020.
El “baile” de la monarca
Según la fundación The Nature Conservancy la trayectoria del lepidóptero danaus plexippus, comúnmente conocido como mariposa monarca es aletear y deslizarse desde los ásteres y los plumeros amarillos hasta los arbustos de coyote, recorriendo hasta 160 kilómetros al día. Se dirigen al sur, buscando instintivamente los bosques que ofrecen las condiciones perfectas para pasar el invierno.
Datos de esta fundación señalan que, siendo la única especie de mariposa que completa una migración de ida y vuelta, las monarcas comenzarán su regreso al norte en la próxima primavera. Éstas, viven en promedio de cuatro a cinco semanas, por lo que serán sus descendientes (quizá sus tataranietos), los que regresen a los estados del norte y completen este épico trayecto.
Cada año, la mariposa monarca emprende un viaje que inicia en otoño desde el sureste de Canadá y el noreste de Estados Unidos y concluye en territorio mexicano, en las montañas del Eje Neovolcánico, después de recorrer una distancia aproximada de 4 mil kilómetros.
Al llegar a nuestro país, comienza su periodo de hibernación y otros procesos complejos en su ciclo biológico que culminan al comenzar la primavera con el retorno de millones de mariposas al norte del continente. Tal comprensión del fenómeno migratorio se esclareció con el hallazgo de los sitios de hibernación, divulgados en 1976 por la revista National Geographic.
Esta hazaña es reconocida desde tiempos ancestrales por los pueblos de América del Norte, que atribuyen a las mariposas importantes valores culturales y espirituales.
Además, en reconocimiento al fenómeno migratorio, con base en su “valor universal excepcional”, en 2008 la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca fue designada Bien Natural, en la Lista de Patrimonio Mundial de la Convención sobre la Protección, del Patrimonio Mundial Cultural y Natural de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
¿Qué hay del plan para su conservación?
Dentro del Plan de Acción para la Protección de la Mariposa Monarca 2018-2024, de la Comisión Natural de Áreas Protegidas (Conanp), se contempla lograr que, en los próximos años, haya una mayor ocupación de bosques por la misma, así como divulgar el valor y la importancia de la conservación y protección del hábitat de esta especie emblemática para nuestro país.
Y también, en cuanto a su conservación, se prevé: promover nuevas acciones dentro de líneas estratégicas que incluyen elementos de economía de la conservación, restauración, investigación y monitoreo, inspección y vigilancia, participación social y cultura para la conservación. Así mismo, acciones de coordinación y financiamiento.
De acuerdo con el documento de este Plan de Acción, las culturas prehispánicas, las consideraban el alma de los muertos y las asociaban a los ciclos de producción agrícola.
También forman parte del T-MEC
En la actualidad, la especie simboliza la relación trilateral de América del Norte en distintos ámbitos, uno de los cuales es la cooperación ambiental.
“México comparte con Canadá y Estados Unidos el deber de conservar los hábitats de los que depende la supervivencia de la mariposa a lo largo de su ruta migratoria”, dice el informe de Conanp.
En México, con plena conciencia de la inmensa responsabilidad que implica el cuidado del hábitat de la mariposa, se establecieron reservas y áreas protegidas en los sitios donde hiberna.
Se propuso el establecimiento en trece estados del país de una red ciudadana de monitoreo, en la que han participado más de 10 mil personas que reportan la presencia de mariposas y los riesgos que éstas enfrentan.
Reforestaron más de 9 mil hectáreas impactadas por tala clandestina y desastres naturales en la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca; se capacitó a 100 guardaparques y se pusieron en marcha proyectos productivos y de turismo sustentable.
Muertes de defensores y tala clandestina
Quizá se trata del punto más delicado de abordar: la muerte de dos protectores de la mariposa monarca, Homero Gómez y Raúl Hernández, a principios de 2020, muertes que no han sido aclaradas. Hay varias hipótesis del móvil.
Por ejemplo, el portal de Mongabay Latam, narra cómo es que, tras ser un duro opositor de la creación de la Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca, Homero Gómez pasó a ser un férreo promotor de la conservación de los bosques de oyamel e impulsor del desarrollo sustentable de las comunidades.
Por eso, cuando se reportó su desaparición el 13 de enero de 2020, 260 ejidatarios de El Rosario se organizaron para buscar a su compañero. Sin embargo, dos semanas después, su cuerpo sería encontrado en un pozo agrícola. Y eso no fue todo. Tres días después de ese hallazgo, Raúl Hernández, guía de turistas en el ejido El Rosario y que, también había sido reportado desaparecido, fue encontrado muerto. Ambos decesos, prendieron la alarma sobre la Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca.
Ni las autoridades han aportado datos precisos. Sin embargo, la preocupación está enfocada a que intereses de taladores clandestinos y de aguacateros busquen controlar bosques que forman parte de la Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca, emblema de la cooperación ambiental en América del Norte, según opinión de ambientalistas y ejidatarios.
Once Noticias quiso conversar con personal de la Fiscalía General del Estado de Michoacán para tener un avance de ese hecho, pero no hubo respuesta.
Impacto cultural de la Mariposa Monarca en México
Siguiendo con investigaciones de la fundación The Nature Conservancy, entre muchas comunidades mexicanas del Centro y el Este de Estados Unidos, la migración de la Mariposa Monarca a México es también simbólica.
“En México, antes de la colonización española, se podían ver imágenes de mariposas a través de tallas en piedra y pinturas de grupos indígenas”, declaró Joel Pérez-Castañeda, director de proyectos de esta fundación en Indiana.
Según Pérez-Castañeda, sobre el arribo de que las monarcas lleguen en la misma época en que se celebra el Día de los Muertos, a principios de noviembre, hay muchas leyendas y mitos, dijo, muchas veces vinculándolas a las almas de sus antepasados.
“En algunas historias, son las almas de los seres queridos que regresan. En otras, las mariposas son guerreros que han vuelto tras morir en la batalla. Lo cierto es que muchos grupos indígenas creen que, incluso después de fallecer, sus almas viven a través de la naturaleza y el ambiente. Eso dice mucho de lo mucho que apreciaban la naturaleza y su entorno y la cuidaban”, precisa el directivo.