La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria de la piel que no sólo tiene efectos físicos, sino también psicológicos, advierten especialistas.
Karina Santana, gerente Médico del portafolio de Inflamación e Inmunología de Pfizer, explicó en entrevista que la dermatitis atópica es una enfermedad crónica sin cura, pero puede ser tratada con medicamentos tópicos hasta sistémicos.
“Es una enfermedad muy frecuente y está asociada a alergia o comorbilidad, es importante que se haga diagnóstico temprano, y se asocia al asma. Sin embargo, es una enfermedad que no se conoce bien la causa, es multifactorial, los pacientes tienen predisposición genética y necesitamos factores ambientales que la desencadenan, pues hay alteraciones del sistema inmune”.
“La manifestación más frecuente es el eczema, son lesiones en la piel, se pone enrojecida y van a dar mucha comezón. Tiene algunos sitios característicos, por ejemplo, en niños muy chiquitos lactantes, es frecuente que afecten sus mejillas, y en niños de edad escolar o adultos los pliegues internos de los codos, muñecas, rodillas, esos son sitios frecuentes”, dijo la especialista.
Sin embargo, para la doctora Milagros Lázaro, presidenta del Comité de Alergia Cutánea de la Sociedad Española de Alergia e Inmunología Clínica (SEAIC), las afecciones por la dermatitis atópica afectan a los pacientes más allá de lo físico y llega a temas psicológicos.
“Las personas que viven con esta patología ven sus efectos en la piel, pero también sienten el efecto debilitador que tiene en sus vidas diarias, como el picor persistente, la piel agrietada, gruesa y supurante. Además, esta afección puede provocar efectos psicológicos negativos hasta en el 50% de los pacientes, tales como alteraciones del sueño, ansiedad, depresión o aislamiento”, comentó.
De acuerdo con el estudio “Dermatología Médica Aumento del conocimiento y acceso a la atención en América Latina: Casos de estudio en dermatitis atópica y alopecia areata“, hecho por el Institute for Human Data Science (IQVIA) y Pfizer México, los pacientes con dermatitis atópica enfrentan múltiples barreras para un correcto diagnóstico y tratamiento.
El principal problema es que las enfermedades de la piel son consideradas como asunto “cosmético” por la sociedad, los médicos y las instituciones, creando una percepción de que las enfermedades de la piel no se traducen en riesgos médicos significativos.
De acuerdo con la doctora Karina Santana, la dermatitis atópica se clasifica en leve, moderada y grave, y dependiendo el estado va a ser el tratamiento. Afirmó que cuando se da en más del 80% de la superficie corporal es grave, genera tanta comezón y el paciente empieza a lacerarse y hace que la piel pueda infectarse. Ello puede desembocar en una necesidad de hospitalización.
Añadió que si la dermatitis es media o moderada se puede controlar con terapias tópicas que es hidratar la piel y hay medicamentos con diferentes mecanismos de acción. Mientras tanto, los que padecen esta enfermedad en un grado moderado a grave, los medicamentos son tomados o inyectados.
El próximo 14 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Dermatitis Atópica, con el objetivo de que las personas conozcan más sobre esta enfermedad, se informen y atiendan, además de que se puedan prevenir casos graves.