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Día Verde | Estados Unidos sale formalmente del Acuerdo de París

Hoy, 4 de noviembre de 2020, Estados Unidos sale formalmente del Acuerdo de París, marcando un severo retroceso en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, a pesar de la ratificación del acuerdo por parte de la mayoría de los países del mundo, las medidas de mitigación tomadas por algunos de los principales emisores de gases de efecto invernadero (GEI) son insuficientes. ¿Qué papel están desempeñando algunas de las principales economías mundiales en el calentamiento global?

 

Es uno de los mayores retos que enfrenta actualmente la humanidad. La actividad antropogénica ha conllevado un aumento significativo en la emisión de gases de efecto invernadero (GEI), llegando a niveles sin precedentes en nuestra era. Dichos gases son arrojados a la atmósfera por una serie de procesos humanos y naturales, ocasionando la retención de calor dentro del planeta y aumentando la temperatura media del mundo entero.

Los registros mundiales muestran que la temperatura del planeta ha aumentado año con año, siendo la última década la más calurosa de la historia moderna. Hoy, la temperatura media de la tierra se encuentra 1 grado por arriba del promedio en la época anterior a la Revolución Industrial.

El calentamiento global está relacionado con varios fenómenos naturales, entre los que encontramos cambios en los patrones de lluvias, cambios en sistemas naturales, aumento del nivel y la temperatura del mar e intensificación en la severidad y la frecuencia de desastres naturales. Debido a estos efectos perniciosos del cambio climático, es importante detener el calentamiento global antes de sufrir sus peores resultados, que afectarán sobre todo a los más vulnerables. 

Puesto que los gases de efecto invernadero son emitidos por todos los países y afectan a todos por igual, es de interés internacional que se detenga el calentamiento global antes de sufrir las consecuencias más catastróficas.

Sin embargo, para obtener una mitigación efectiva de GEI, todos los países deben de disminuir sus emisiones. Si un país disminuye sus emisiones pero otro las aumenta en la misma cantidad, ya que los gases son almacenados en la atmósfera que nos es común a todos, los esfuerzos del primero no tienen efecto.  

La comunidad internacional comenzó a organizarse a través de organismos multilaterales para hacer un frente común. La Conferencia de las Partes (COP) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) nace en el seno de este sentimiento en 1995. En ella, se reúnen anualmente mandatarios y representantes de casi todos los países del mundo. El objetivo de dichas conferencias es entablar negociaciones internacionales para tratar el problema del cambio climático de manera conjunta.

La historia de las COP ha sido caracterizada por constantes avances y retrocesos. Debido a que el cambio climático es un problema colectivo, la búsqueda de soluciones ha representado un gran reto a la diplomacia internacional. Un importante hito dentro de esta historia ocurrió en 2015, cuando, en la edición número 21 de las COP, los países del mundo llegaron a un mutuo entendimiento y se comprometieron a disminuir sus emisiones de GEI a través de contribuciones nacionalmente determinadas (NDC, por sus siglas en inglés). De esta manera, los países del mundo pactaron trabajar de forma coordinada para que el calentamiento global se limitara a 2 grados centígrados para 2100, con miras a limitarlo a 1.5 grados. Este compromiso quedó establecido en el Acuerdo de París, y fue suscrito por 175 naciones en abril de 2016. Hoy, 186 países han ratificado el acuerdo.

El Acuerdo de París fue ampliamente celebrado por la comunidad internacional, y fue reconocido como un parteaguas en la lucha contra el cambio climático. No obstante, las acciones de sus Estados miembro han estado lejos de las fijadas en 2015. A pesar de ser partícipes, las políticas climáticas internacionales implementadas actualmente apuntan a un calentamiento promedio de 3 grados centígrados para final de siglo, el doble del objetivo meta del Acuerdo de París.

Climate Action Tracker (CAT) lanzó en su reporte de 2019 una evaluación de algunos de los principales emisores del mundo, analizando qué tanto estaban cumpliendo con sus NDC. El resultado es desalentador. Únicamente dos países, Gambia y Marruecos, de los 35 estudiados tienen políticas climáticas en línea con el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1.5 grados centígrados. Por su parte, sólo 6 países tienen políticas compatibles con un calentamiento menor a los 2 grados. Éstos son Bután, Costa Rica, Etiopía, Filipinas, India y Kenia. Los otros 27 países estudiados tienen políticas climáticas que ocasionarían un calentamiento mayor a los 2 grados. En el análisis, incluso encontramos 6 países cuyas políticas medioambientales, descritas como “críticamente insuficientes”, ocasionarían un calentamiento global mayor a los 4 grados. Estos son: Arabia Saudita, Estados Unidos, Rusia, Turquía, Ucrania y Vietnam. El reporte califica las políticas mexicanas en la materia como “insuficientes”, compatibles con un calentamiento global de entre 2 y 3 grados centígrados.

Uno de los principales avances en materia climática a nivel internacional es el aumento en competitividad de las energías renovables. En 2018 se instalaron 2,400 GW a nivel mundial, consiguiendo que se duplicara la capacidad instalada de las energías renovables entre 2008 y 2018. Para 2023, se estima que las energías renovables aumenten un 50% adicional su capacidad. Esto se debe principalmente al avance tecnológico que la industria ha experimentado en los últimos años, reduciendo importantemente los costos de producción.

Hoy, las energías solar y eólica comienzan a desempeñar un papel cada vez más relevante en el suministro energético mundial, produciendo 60% y 25% de la energía renovable, respectivamente.

Otro de los principales logros que menciona el reporte del CAT es la adopción de políticas de mitigación más ambiciosas en algunos países. Alemania, Noruega y Nueva Zelanda han adoptado el objetivo de lograr cero emisiones netas para 2050. Por su parte, Suiza decidió aumentar su precio al carbono, reduciendo aún más sus emisiones, y Sudáfrica mostró una disminución en sus emisiones por primera vez en su historia.

A pesar de los avances, la lucha contra el cambio climático también ha presenciado graves retrocesos, como muestra CAT. Uno de los problemas identificados es el aumento de la demanda mundial del gas, con una tasa de 5% de crecimiento entre 2017 y 2018. El gas es responsable por dos terceras partes del aumento de las emisiones de CO2 durante el periodo. Para lograr el objetivo de París, la demanda de gas debe de llegar a su máximo en 2030 en disminuir drásticamente a partir de entonces.

Otro de los problemas que se identificaron en varios de los países analizados se encuentra el carbón. Diferentes países analizados siguen dependiendo del carbón para su seguridad energética, sobre todo en Asia. A pesar de que el costo de las renovables es menor que el del carbón, China, Corea del Sur y Japón siguen financiando la producción de este último en otros países y construyendo nuevas minas de extracción dentro de sus propios territorios. Esta dependencia del carbón de las economías asiáticas ocasiona mayores emisiones de GEI en otras partes del mundo, como es el caso de la mina en construcción “Lamu” en Kenia, financiada con recursos chinos.

Finalmente, cabe que ha habido francos retrocesos en varios de los principales emisores del mundo. Además de la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París, Brasil ha impulsado una agenda contraria al espíritu del Acuerdo de París. Hoy, desafortunadamente el Amazonas brasileño muestra una tasa de deforestación record. Por su parte, Australia sigue aumentando sus emisiones de combustibles fósiles a una tasa de crecimiento de 1% anual, debido a sus apoyos económicos a esta industria. Por último, el reporte señala grandes retos en la política climática en Argentina y México, países que a pesar de su buen desempeño, pueden mostrar un aumento en emisiones en el futuro cercano.

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