La relación entre México y Corea del Sur es de suma importancia para sus economías y sus relaciones culturales. Aproximadamente, en México, viven alrededor de 12 mil coreanos y coreanas, según los datos oficiales de la Embajada de Corea. Más de 900 personas mexicanas residen en Corea del Sur. Pese a la larga relación histórica entre ambos países, es a partir de su relación económica y comercial que la presencia coreana en México aumentó. En la actualidad, según datos de la Embajada de Corea, las mayores concentraciones de las personas coreanas se encuentran en Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey. En Ciudad de México hay aproximadamente de 4 mil a 6 mil personas coreanas. La concentración en las urbes responde a la configuración económica, ya que las empresas y comercios coreanos tienen impulso en estas zonas y son espacios que han atraído a mano de obra calificada.
En Tijuana, por ejemplo, luego del Tratado de Libre Comercio la industria surcoreana estableció maquiladoras y trasladó sus plantas a esta ciudad, entonces encargados y altos mandos, mano calificada, vienen a trabajar a la ciudad fronteriza”, compartió Dinorah Contreras, miembro del Círculo Mexicano de Estudios Coreanos y maestra en Estudios Culturales por el Colegio de la Frontera Norte.La especialista dijo a Once Noticias que la diáspora coreana tiene una presencia importante en el país, aunque no suele ser visibilizada. Son recientes, todavía, los estudios que se han enfocado en el estudio particular de dicha comunidad, no obstante, reconoció el esfuerzo que han emprendido el Círculo Mexicano de Estudios de Corea, así como diversas organizaciones sin fines de lucro, para continuar documentando desde diversas perspectivas, a la población coreana en el país. Enfatizó que, el caso de las ciudades fronterizas, el alto costo de vida en Estados Unidos está provocando que muchas personas de origen coreano decidan asentarse en las ciudades fronterizas mexicanas, por lo que es habitual ver más apertura de negocios, restaurantes o tiendas de abarrotes coreanos.
Recuento histórico
No obstante, la historia de la inmigración coreana en nuestro país, es una historia que data de 116 años y que ha dejado importantes relaciones sociales, culturales y económicas -son ya cinco generaciones de familias en México-. Alfredo Romero Castilla, pionero en los estudios de la inmigración coreana en México, citado por la especialista, destaca tres momentos importantes: 1) En 1905 llegaron mil 031 coreanos a Yucatán como trabajadores asalariados, en condiciones de esclavitud, para trabajar en 22 haciendas henequeras. 2) A finales de la década de los sesenta llegaron principalmente surcoreanos. En esta época se asientan las relaciones diplomáticas entre República de Corea y México. 3) A finales de los ochenta hasta la actualidad, compuesta por coreanos provenientes de todo el mundo, principalmente los que provienen de América del Sur, como Chile y Argentina. También llegan atraídos por el incremento de inversión capital surcoreano en México. Los principales puntos de asentamientos se da en zonas urbanas: Ciudad de México, Guadalajara, Tijuana, Puebla y recientemente Monterrey. La especialista compartió que los momentos de ingreso, más o menos reciente, se da por la industria maquiladora en el norte del país, “la presencia en Nuevo León es reciente, se está volviendo la principal entidad de surcoreanos en el país, principalmente en Apodaca y Monterrey”.La religión: un punto de encuentro étnico, social y religioso
La religión es un punto fundamental para la diáspora coreana porque son puntos de encuentro social y espiritual, pero también de identificación étnica y nacional. Existen algunas iglesias concentradas en Ciudad de México, en Tijuana, Monterrey, Guadalajara y Puebla.La religión es muy importante, es un espacio social con fines religiosos y sociales, un punto de encuentro con personas en donde hay una identificación étnica y nacional. Además las iglesias juegan un papel importante y se vinculan a organizaciones civiles que hacen trabajo comunitario. Se fomenta la reproducción de una identidad a través de la lengua”, subrayó la antropóloga.Y es que dijo que en las iglesias se enseña la lengua materna. “Las iglesias se enfocan en los hijos migrantes para que continúen a prendiendo la lengua materna. A través de una lengua una cultura persiste y se reproduce”, relató. Las iglesias también suelen ser espacios de encuentro para las mujeres coreanas. “Debido al escaso desconocimiento del español, su lugar de interacción es la iglesia, llegar al país desconociendo la lengua tiene limitaciones en la interacción social. Entonces llegan mujeres misionera que acompañan a sus esposos pastores, que además son referentes activos en las comunidades”. No obstante destacó que se deben tomar en cuenta los motivos migratorios, su situación individual y las actividades. Los hombres suelen llegar por motivos laborales y las mujeres llegan como acompañantes de sus parejas, “eso nos hace crear una hipótesis: la llegada de mujeres surcoreanas, generalmente acompañan a trabajadores expatriados que vienen a trabajar en empresas surcoreanas”.
Las mujeres hacen proselitismo religiosos y ellas aprenden activamente la lengua del español, depende de su actividad, hay muchas mujeres jóvenes estudiantes y también muchas que trabajan en el negocio de la interpretación. Ponerlas a que todas están en la misma situación sería arbitrario”, criticó.
Estudios sobre las diásporas en el país
La especialista señaló que en el caso de Tijuana, desde que se cerró la frontera por la pandemia, que va para dos años, han incrementado los restaurantes coreanos del lado mexicano y se ha incrementado la asistencia a estos supermercados, por lo que la presencia coreana es significativa. Corea ocupa un lugar fundamental para el país, en la relación económica es su quinto socio comercial más importante para nuestro país. Señaló que las relaciones coreanas-mexicanas son fundamentales y se da en diferentes dimensiones.Tenemos recientemente series o música como el K-Poop, dramas, entre otros en el que se ofrecen estereotipos de lo coreano, sin embargo, es importante visualizar lo que hay detrás”, dijo.Para la especialista es fundamental que se haga hincapié en el estudio de las diásporas en el país, porque eso permite reconocer la diversidad y las relaciones sociales y culturales.