Reportajes especiales

“Durante ocho años no los hemos dejado de buscar”

Hoy se cumplen ocho años de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Aquella lluviosa noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre de 2014 se ha vuelto eterna para los padres de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa. Desde ese día, las ilusiones y sueños se perdieron en la inmensidad de Iguala, Guerrero.

Para ellos, la noche de aquel 26 de septiembre llegó para quedarse y con ella una pesadilla eterna, de esas que dejan la sensación de tristeza y desesperación, de esas que producen agitación y un dolor en el pecho por una ausencia que se ha vuelto permanente.

Ese dolor es el mismo que los ha hecho caminar y enfrentarse contra todo y contra todos, para conocer la respuesta a una sola pregunta: “¿Dónde están?”

El andar de estos padres está lleno de añoranza, sus pasos los han llevado a recorrer poblados, veredas, basureros en el estado de Guerrero y de ahí hasta la que era casa presidencial en sexenios anteriores, Los Pinos, donde se entrevistaron con el entonces mandatario Enrique Peña Nieto, él les dijo que su caso sería resuelto.

Luego muchas reuniones con el extitular de la extinta Procuraduría General de la República (PGR), Jesús Murillo Karam, quien una tarde de enero de 2015, afirmó que sus hijos fueron raptados por grupos criminales, incinerados y que sus restos fueron esparcidos en el Río San Juan. Pero, ¿cómo creer esta versión, si no hay un solo cuerpo?

En septiembre de 2019, en Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo el compromiso de resolver el caso.

De algo permanecen seguros, fue el Estado quien se los llevo y es ese mismo el que los tiene que entregar, así lo han repetido miles de veces en voz alta: “¡Vivos se los llevaron, Vivos los queremos!”

Doña Nicanora García, madre de Saúl Bruno García, uno de los 43 normalistas desaparecidos, señala que los días sin su hijo han sido difíciles; dolorosos.

A la mujer de 57 años, acostumbrada al ritmo del campo, originaria de Tecoanapa, Costa Chica de Guerrero, aún se le corta la voz cuando recuerda a su hijo, pero a pesar del llanto se sostiene en pie, resiste mientras comenta que él acudió a estudiar a la Escuela Normal Rural, Raúl Isidro Burgos, porque buscaba un futuro mejor, pero, dice con coraje que el Estado le quitó sus sueños.

Tal vez sea, indica, porque el Gobierno de Enrique Peña Nieto le dejó tantas trabas a la actual administración, que no ha podido avanzar en la respuesta a la pregunta de siempre ¿Donde están?

“Hasta ahorita vamos a cumplir ocho años y no tenemos ni una respuesta. Teníamos la esperanza con este Gobierno que entró, porque nos prometió que iba a resolver el Caso Ayotzinapa, un año le falta de mandato para que salga y hasta ahorita no hay solución”, relata ante decenas de estudiantes reunidos en la Facultad de Ciencias Políticas, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Lo cierto, dice, es que ella y familiares de los 43 normalistas no van a descansar hasta conocer el paradero de sus hijos. “Porque un hijo es lo más importante que una madre tiene”.

El pesar a cuestas que lleva por su hijo desaparecido, no es el único, pues a este se suma la muerte de su pareja, Saúl Bruno, quien falleció a finales de agosto de 2021. Es a él a quien le prometió no dejar de luchar.

Para Nicanora su hijo no está desaparecido, porque no se esfumo con el aire, a él “se lo llevaron en patrullas y los policías saben a donde lo fueron a dejar”.

Nosotros le decimos al Gobierno que ya diga la verdad ¿Dónde están nuestros hijos?”, repite con la voz entrecortada mientras se aferra a una pintura con el rostro de Saúl Bruno García.

“¡Ahora, ahora, se hace indispensable, presentación con vida y castigo a los culpables!!”, gritan decenas de alumnos en cada jornada de protesta.

Resulta complejo imaginar el dolor de la ausencia de Adán Abraján de la Cruz, joven normalista quien nació un 2 de enero de 1990, su padre, Bernabé Abraján, como los otros 42 padres, externa que todo este tiempo ha sido difícil por no saber el paradero no solo de su hijo sino de todos los jóvenes.

Con la pintura de su hijo, quien lo observa fijamente, le queda claro que no existe la justicia o si hay es selectiva, pues existen pocos detenidos por la desaparición de los muchachos.

Los padres de los normalistas han enfermado durante este periodo y es que ha sido un camino de largo suplicio.

“Mi familia está destrozada por no saber de mi hijo”.

Entrevistado en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), en donde acudió para invitar a los alumnos a sumarse a sus acciones de protesta, Abrajan cuestiona la versión oficial sobre el caso, y es que a pesar de que hay detenidos, no se confirma el paradero de los normalistas.

Por ello le pidió al exprocurador Jesús Murillo Karam y al exdirector de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR, Tomás Zerón, que declaren la verdad. Con sombrero y barba entrecano, la consigna parece casi una súplica:

“¿Qué nos diga que paso ese 26 de septiembre? ¿Qué es lo que hicieron con los muchachos? ¿Dónde están?”.

A su lado, en una mesa improvisada en la ENAH permanece don Estanislao Mendoza, padre del normalista Miguel Ángel Mendoza, quien señala a Once Noticias que el Gobierno los colocó en una situación compleja. “Esa fecha (26 de septiembre) nos marcó”.

Hombre ya con canas, también parece suplicar a ambos exfuncionarios: “Qué nos diga donde están nuestros hijos. Yo quiero que nos digan no nada más que estén encerrados, ya después con el tiempo que se haga justicia por ellos”.

Estanislao Mendoza guarda esperanza en el Gobierno del Presidente López Obrador, es a él a quien le dice: “qué no nos falle, así como se comprometió en su campaña en Iguala, Guerrero, que en un año iba a resolver lo de los 43, ya han pasado cuatro años y no hay nada de avances. Queremos hechos y no palabras”.

El padre de familia se da tiempo para enviar un mensaje a su hijo. “A él donde quiera que esté si me está viendo, decirle que durante ocho años lo seguimos buscando, no los vamos a dejar de buscar, hasta saber dónde están. Que pronto regresé a la casa. Que lo estamos esperando”.

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