Reportajes especiales

Eliminar el plomo es objetivo para preservar la tradición alfarera

El uso de loza de barro esmaltada expone al plomo; este metal pesado tiene graves afectaciones en la salud de la población mexicana

En la fabricación de la alfarería mexicana se suele utilizar plomo, lo que expone la salud de la población y causa graves afectaciones por intoxicación. Existe el reto de eliminar este metal pesado para lograr preservar la tradición alfarera sin utilizar loza de barro vidriado con plomo. En las cocinas mexicanas es una tradición que se utilice ollas de barro. Las abuelas y las madres reconocen que utilizar estos instrumentos tradicionales tiene efectos en el sazón de la comida. Hay un saborcito especial cuando se hierven los frijoles en las ollas de barro, que no se lo da la olla de metal ni los sofisticados utensilios de aire. Utensilios de barro como tazas o los platos, suelen encontrarse en las casas de todo el país. Esta tradición milenaria de la humanidad tiene un alto valor cultural, pero en su método de fabricación se utiliza plomo, lo que representa un riesgo para la salud de la población. En México, 31% de las personas que utiliza loza de barro vidriado con plomo tiene intoxicación con este metal, detalla un estudio que realizó el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) sobre la exposición de plomo en México (2020).

Un metal tóxico para la población mexicana

El plomo es un metal pesado cuyo consumo es tóxico. Tiene la capacidad de concentrarse en la sangre y provocar graves problemas de salud. Las poblaciones más vulnerables son los niños y niñas, pero también mujeres en edad reproductiva y en lactancia. Estos datos ya han sido advertidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que basados en las estimaciones del Instituto de Sanimetría y Evaluación Sanitaria, de la Universidad de Washington, en 2019, registró que la exposición al plomo causó 900 mil defunciones. Asimismo, a nivel mundial, hubo una pérdida de 21.7 millones de años de vida sana (años de vida ajustados por discapacidad, o AVAD, por sus siglas en inglés) debido a los efectos a largo plazo en la salud, advirtió OMS. En México, 15% de la población pierde cinco puntos potenciales de su coeficiente intelectual por efecto de este metal, afirma el INSP. OMS enfatiza que su presencia en la sangre en ningún nivel es seguro y afecta al sistema neurológico, cardiovascular, renal y reproductivo, en ambos sexos. En mujeres embarazadas puede atravesar la placenta y alcanzar al feto. En el recién nacido provoca que no se desarrolle su potencial intelectual y genera problemas en el aprendizaje, atención, desempeño escolar y conducta. Esto repercute en la educación, en los ingresos y hasta en las oportunidades futuras, porque tienes costos muy altos para el país, “anualmente la exposición infantil a plomo en el desarrollo intelectual cuesta 229 mil millones de pesos; para toda la población los costos anuales representan casi 1.4% del PIB”, señala INSP.

Pero, ¿dónde se encuentra el plomo?

Se encuentra de forma natural en la corteza terrestre. Sin embargo, las principales fuentes de exposición al plomo a nivel mundial son la minería y la metalurgia. Sus propiedades han llevado a que se utilice en la fabricación de muchos productos de la vida cotidiana como en cosméticos, medicamentos tradicionales, en soldaduras, pigmentos, o basura electrónica.
“Más de tres cuartes partes del consumo mundial de plomo corresponden a la fabricación de baterías de plomo-ácido para vehículos de motor”, advierte OMS.
En México, la principal fuente de exposición de plomo es la alfarería tradicional -que se hace con barro vidriado con óxido de plomo (LBVPb) horneada a baja temperatura- que se utiliza para cocinar y servir los alimentos. Y es que esta tradición representa una fuente importante de exposición a este metal, por lo que existe el reto de eliminarlo de la producción alfarera; el objetivo es asegurar la salud de las personas y continuar impulsando alternativas para esta tradición milenaria.

¿Cuándo se dieron cuenta de las afectaciones del plomo en nuestro país?

Daniel Estrada Sánchez, director general de Pure Earth México, dijo a Once Noticias que el problema tiene muchos años y ha tenido distintas facetas, aunque la cúspide se dio en los noventa, cuando había plomo en la gasolina, lápices y hasta en juguetes. Sin embargo, no fue sino hasta que trabajadores del consulado de Estados Unidos en México, y la hija del embajador John Negroponte, presentaron en su sangre altos niveles de plomo. Fue así que voltearon a ver el problema. Y eso se explicó porque solían utilizar un recipiente de barro para almacenar una bebida cítrica; el utensilio estaba hecho de barro vidriado con óxido de plomo (LBVPb). Desde entonces se eliminó de ciertos productos, sin embargo, a más de 30 años todavía hay plomo en la sangre de la población mexicana. Resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSUT 2018-2019) detallan que más de 17% de la población de 1 a 4 años de edad en nuestro país tiene concentraciones elevadas de plomo en sangre. Están por encima de los 5 microgramos por decilitro, es decir, rebasan los criterios establecidos por la NOM-199-SSA1-2000 del máximo permisible en la sangre. Las cinco entidades con mayor prevalencia de intoxicación por plomo y mayor uso de LBVPb son Tlaxcala, Puebla, San Luis Potosí, Estado de México y Oaxaca. Ciudad de México ocupa el sexto lugar en la lista.

Alfarería libre de plomo: el objetivo

“Se eliminó de muchas fuentes aunque siguen existiendo otras que hacen que consumamos este metal, por ejemplo, a través de bebidas o alimentos que son preparados o servidos en alfarería vidriada. Eso se lixivia hacia los alimentos y el cuerpo lo confunde con calcio”, indicó a Once Noticias.
El problema no es cualquier cosa, porque involucra el oficio milenario. Al respecto señaló que el hecho de que haya plomo en la alfarería pone en riesgo al oficio, porque no se puede exportar y la gente lo compra menos.
“Resolver este problema tendría un gran impacto en la salud de los mexicanos y mexicanas y también permitiría fortalecer un oficio muy querido por la población mexicana”.
Daniel Estrada Sánchez compartió que para atender esta problemática se impulsó, desde 2009, el programa de Barro Aprobado, que tiene por objetivo apoyar a las comunidades alfareras mexicanas, para estimular una producción libre de plomo.

¿Cómo saber si se adquiere alfarería libre de plomo?

Estrada Sánchez explicó que una de las opciones científicas es someter el utensilio a pruebas de laboratorio, pero también están las pruebas de rodizinato de sodio: se usa un polvo que se mezcla con vinagre y se frota sobre la pieza. Si la solución se pone roja, significa que tiene plomo. También hay otra prueba que se hace con jamaica, señaló, y que reconoce el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart). Las ollas, cazuelas o utensilios que no tienen vidriado son libres de plomo, por ejemplo, la alfarería gruñida. Las piezas con el sello de Barro Aprobado también son libre de plomo y fueron certificadas con el programa que impulsa Pure Earth México.  Para eliminar el plomo de la sangre no se debe recurrir al uso de quelantes (sustancias químicas que atrapan metales pesados), que se suele vender en mercados, sino que basta con eliminar las fuentes de exposición y que el cuerpo tiene la capacidad de eliminar por sí solo a este metal. Por su parte, el INSP, señaló que aún hay retos pendientes que se enfrentan en el tema, ya que han documentado un éxito muy limitado: “menos de 10% de los alfareros tradicionales han transitado al uso de esmaltes sin plomo”. La institución enfatiza que se requiere el desarrollo de esmaltes sin plomo que cumplan con las expectativas de los alfareros y usuarios. Y hacer accesible los productos libres del metal a la población general. Todo esto tendrá un impacto positivo porque impulsaría el mercado de alfarería no tóxica y mejoraría la situación de los productores. Pure Earth México actualmente trabaja con más de mil alfareros en toda la República, han impulsado más de 40 talleres y trabajan con un círculo de 100 mujeres. Para asegurarse de que los talleres cumplen con estar libres de plomo hacen estudios de sangre, de suelo y en las piezas. También trabajan de la mano con autoridades para posicionar la problemática en la agenda pública y de salud en nuestro país.
“Trabajamos en la actualidad con el gobierno estatal y municipal de Puebla. También colaboramos con el Consejo de Trabajo de Salubridad General, y ellos tienen un programa de atención inmediata del problema del plomo en la alfarería. Ahí se trabaja con la Secretaría de Salud, de Bienestar y de Cultura”, externó.
El año pasado lanzaron ‘Alianza Comida sin Plomo’ que busca cuatro cosas: identificar de manera oportuna y temprana a menores expuestos a plomo, ubicar la ruta de la alfarería libre de plomo en el país, visibilizar el trabajo de alfareros que trabajan libre de plomo y apoyar el Programa Barro Aprobado. Daniel considera, en consonancia con lo expuesto por el INSP, que atacar este problema beneficia a la salud de la población mexicana y también apoya para preservar un oficio milenario, por lo que invita al público a contactar a talleres de alfarería certificada y a consumir utensilios de barro libre de plomo.

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