“Prevenir es mejor que lamentar”, es el lema de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con el que nos invita a reflexionar cada 13 de octubre sobre la degradación del medio ambiente y las consecuencias en el cambio climático, así como la necesidad de mejorar las políticas aplicadas y generar una cultura mundial sobre prevención y preparación ante los desastres naturales.
Con el término desastres naturales se hace referencia a la pérdida de vidas y de recursos materiales, como consecuencia de los fenómenos naturales.
En septiembre de 2017, sólo en México fallecieron 471 personas como resultado de tres sismos: el 7, 19 y 23, en la mayor tragedia natural desde el terremoto de 1985, que dejó al menos 20 mil muertos únicamente en la Ciudad de México.
Según el gobierno, la reconstrucción generaría un gasto de 38 mil millones de pesos, unos mil 800 millones de dólares.
- ¿Por qué se celebra en esa fecha?
En 1989, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó que cada segundo miércoles de octubre se celebraría el Día Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales.
En 2009, la celebración se estableció para el 13 de octubre y cambió de nombre, llamándose a partir de entonces Día Internacional para la Reducción del Riesgo de los Desastres.
Esto fue debido a que, según la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNISDR) los desastres no son naturales, sino que son el resultado de las omisiones y la falta de prevención y planificación ante los fenómenos de la naturaleza.
Así, este día es una oportunidad para reconocer los avances para reducir el riesgo de desastres y de pérdida de vidas, de medios de subsistencia y salud, de acuerdo con el objetivo del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030.
- Muertes por desastres naturales
Durante los últimos 40 años se han duplicado las cifras de muertes a causa de desastres naturales, que en primer lugar se deben a eventos meteorológicos, como inundaciones, tormentas y olas de calor.
La segunda cifra importante de muertes se ha debido a eventos geofísicos extremos, como terremotos, tsunamis y erupciones volcánicas.
Durante los últimos 20 años, casi un millón y medio de personas han perdido la vida como resultado de la exposición a amenazas naturales, en especial mujeres y niñas.
Además, más de cuatro mil millones han tenido que desplazarse y se han quedado sin hogar, o han resultado heridas, lesionadas o tenido que recurrir a ayuda de emergencia.
Miles de millones de dólares en infraestructuras y servicios básicos han sido destruidos y paralizados, con lo que se provoca, como efecto secundario, más daños a la población y a la economía de los países afectados.
Muchos de los desastres naturales son consecuencia del cambio climático, pero los daños que causan pueden minimizarse, siempre y cuando se tomen medidas para ello.
Concretamente, son los gobiernos locales y regionales los que tienen que llevar a cabo la preparación y la respuesta a las catástrofes.
- Campaña Sendai Siete
A partir de la campaña Sendai Siete, la UNISDR promueve cada una de las siete metas incluidas en el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres, adoptado en Sendai, Japón, en marzo de 2015, y son las siguientes:
- Reducir la mortalidad mundial
- Reducir el número de personas afectadas
- Reducir las pérdidas económicas
- Reducir los daños en infraestructuras vitales e interrupción de los servicios básicos, como la salud y la educación
- Incrementar el número de países con estrategias de reducción de riesgos de desastres
- Mejorar la cooperación internacional
- Incrementar la disponibilidad de los sistemas de alerta temprana
Los desastres naturales son inevitables, pero los daños que éstos causan pueden minimizarse. Por lo tanto, la reducción del riesgo de desastres concierne a todo el mundo, desde los campesinos hasta los jefes de Estado, desde los banqueros hasta los abogados, desde los meteorólogos hasta los jefes de medios de comunicación”, afirma la ONU.