Al proceso por el que una persona acepta compartir públicamente su orientación sexual o identidad de género se le conoce coloquialmente como “salir del closet”.
“La frase salir del clóset considero que no debería de existir, sin embargo, por muchísimas cuestiones desde hace muchísimo tiempo, debemos aterrizarnos de que la diversidad sexual no ha existido desde unos años para acá, sino de toda la vida”, dice Denisse Flores, educadora sexual para DKT México, en entrevista con Once Noticias.
De acuerdo con Flores, antes, al decir la palabra homosexual, se hacía más referencia a los hombres; actualmente, explica, esa situación ha cambiado.
“Ahora están esas expresiones de decir soy homosexual, soy lesbiana o soy trans; y en este caso yo considero que salir del clóset es como decirle a la sociedad que existes, en este caso, considero que en la familia no debería haber un clóset”, asegura.
La especialista cree que en la familia debería haber más apertura para hablar del tema, en caso contrario, se trataría de falta de comunicación y restricción debido a que a madres y padres se les hace difícil abordar el tema por su construcción social, valores y crianza.
Incluso, dijo, la barrera surge desde abuelas y abuelos. Ante ese panorama, la familia pone un “clóset de manera invisible”. Y fuera del entorno familiar se encuentra la sociedad mexicana, que se ha construido por el machismo y tradicionalismo.
“Hemos visto en casos de familias muy tradicionalistas que hay chicos homosexuales en la familia y son los que están en el ‘clóset’ y se liberan hasta que los padres mueren o ya están muy viejitos”, comenta.
Ha sido en las últimas décadas, que la comunidad LGBTIQ+ ha ganado visibilización y ha luchado para que se respeten sus derechos humanos.
“Vamos poco a poco. Desde 2010 se comenzaron a ver estas expresiones, hay más apertura, porque se tuvo que hacer un diccionario LGBTIQ+ (…) es decir, ha habido más material educativo, principalmente para que no lo abordemos desde la parte de prejuicios”, comenta.
La educadora sexual precisa que los prejuicios y discriminación a personas de la diversidad sexual parten de información errónea, por lo que el conocimiento formará el respeto de la comunidad LGBTIQ+ y que no sea una dificultad el expresar libremente la identidad de género.
Y parte de este avance es que ya en el núcleo familiar padres y madres se interesan por conocer y aceptar la identidad de género de sus hijas o hijos.
“Y eso es un paso muy grande, (porque) ya se va abriendo esta apertura de mente para erradicar esta ignorancia”, finaliza.
Parte de una violencia familiar
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), cuya periodicidad es cuatrimestral, en su edición de septiembre de 2021, se incluyó un tabulado relativo a la presencia de violencia en los hogares. En el país hay 18.31 millones de hogares, en 91 ciudades que son incluidas en la ENSU.
Entre enero y septiembre de 2021, habría 1.36 millones de hogares en los cuales se declara que ha habido víctimas de violencia en el contexto familiar, con una suma aproximada de 2.76 millones de personas violentadas. Esa cifra representa 7.5% del total de los hogares que cubre la encuesta.