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Erradicar estigmas sociales es necesario para hablar con niños y niñas de sexualidad

Si eres padre, madre o tienes pequeños en casa, seguramente te habrás encontrado alguna vez ante la disyuntiva de cómo abordar con ellos el tema del sexo o de la sexualidad. Generalmente, debido a tabúes, no es común hablar de esto en una sobremesa o reuniones familiares.
 
Para tener una idea clara de cómo enfrentar ese momento incómodo cuando tu hijo o hija te pregunta: “¿cómo nací?”, hablamos con Stephanie Correa Espinosa, coordinadora de Consultoría DKT México, quien para explicar a detalle este asunto parte inicialmente del significado de la sexualidad.
 

“Va a haber un montón de definiciones, pero si nos remitimos lo que nos dice la Organización Mundial de la Salud (OMS), se trata de un aspecto inherente del ser humano, que va a estar a lo largo de la vida”, dice en entrevista con Once Noticias.

De acuerdo con la especialista, se trata de un aspecto que desde el momento en que nacemos ya está ahí, ya viene formándose, es parte de ser humano y, al mismo tiempo, se compone de una gran diversidad de elementos como el sexo, los vínculos afectivos y la identidad de género.

“Algo importante, es que este aspecto (la sexualidad) va evolucionando con el paso del tiempo, aparecen factores que tienen impacto en la construcción del modelo holónico de la sexualidad, planteado por el doctor Eusebio Rubio para comprenderla”, indicó.

Este modelo plantea que la sexualidad no es fundamentalmente ni biológica ni psicológica ni social. 

El “Modelo Holónico de la Sexualidad Humana”, de Eusebio Rubio, sostiene que los holones sexuales, o sea, las partes, elementos o subsistemas de la sexualidad, deberán ser conceptos que conserven su aplicabilidad vertical, es decir, que puedan utilizarse en las diversas metodologías de estudios antropológicos, sociológicos, psicológicos y biológicos. 

En tanto que, Correa Espinosa detalla que los holones afectivos como el erotismo, reproductividad y el género nos plantea que actuarán el uno con el otro y siempre habrá factores que nos dirán cómo construir la sexualidad humana.
 
“Solemos escuchar, cuando hablamos de sexualidad, que es algo prohibitivo, que al hablar de sexualidad estamos hablando de las relaciones sexuales, cuando en realidad son muchos aspectos los que encontramos dentro de la sexualidad”, precisa la consultora de DKT.
  

Tabús eternos

Pero el tiempo pasa y el tema del sexo sigue siendo tabú y prohibitivo; es más, los estereotipos que hay a su alrededor impiden una mejor comprensión del mismo.
 

“Hablando de la educación sexual en las infancias, creemos que como profesionistas vamos a tocar el tema desde la visión de la persona adulta; pensamos que en educación sexual debemos hablar de posiciones sexuales, del erotismo, del placer genital, la realidad no es así, se fomentan estereotipos, esa información errónea provoca un estigma grande en la sexualidad”.

La también egresada en psicología clínica por el Instituto Politécnico Nacional (IPN) recomienda hablar con niños y niñas de sexo, de acuerdo con su edad y rango escolar.

“Eso es importante a la hora que educamos en sexualidad. Hay que tomar en cuenta la etapa del desarrollo de estas infancias, su desarrollo cognitivo, incluso, indagar a qué se refieren con sus preguntas; debemos considerar que las infancias no ven la sexualidad de la misma manera a la que lo ven las personas adultas y a veces eso puede provocar malentendidos”.

Retomando la teoría del doctor Rubio, Correa afirma que una vez identificada la forma de hablar de sexualidad y se entienda como un aspecto que pasa por un embarazo, un ultrasonido donde se ven los genitales, “ya habrá una construcción de lo que se espera (según el sexo de ese bebé)”.

Y de ahí, prosigue, vienen estereotipos que deben eliminarse. Sugiere que estos son roles que al final están ligados a la enseñanza que transmite la sociedad y que terminan siendo reflejo de las personas adultas.
 
“Hay que cambiar esos estigmas que vienen con la enseñanza de la sexualidad, de que a las mujeres les gusta estar en casa y el hombre sale a trabajar; esa idea que viene con la educación desde los tres o cuatro años de edad”, comenta Stephanie Correa. 
 

¿Cómo nací?

Añade que, si un infante lanza la pregunta de ¿cómo nací? o desde el punto de vista de la reproductividad o del erotismo, se puede adentrar al diálogo desde un ángulo más “romántico” y no pensar de lleno en el acto sexual. 
 

“Pensemos que para que se forme un embarazo, se habla de la virginidad, de la relación de pareja; se habla de ello, conforme va pasando el tiempo (…) Hay una mejor comprensión de lo que se puede hablar”.

Subraya que, según su edad y grado escolar, también será necesario hablar de las familias que son parte de la comunidad LGBTIQ+ y tratar de ir adaptando la información, desde las diversas etapas de las infancias.

Otro punto que considera relevante es indagar cuál es el conocimiento de los pequeños en estos temas: “Ellos ya han visto cosas, en la tele, en Internet; ya les contó el compañerito, entonces es importante preguntar ¿qué sabes?, o ¿a qué te refieres con lo que preguntas?”. 
 
Respecto a las identidades de personas LGBTIQ+, la especialista recomienda usar un lenguaje lo más sencillo posible a fin de no confundirlos ni entrar en definiciones rebuscadas.
 

“Justo lo que está pasando con la película Lightyear (donde hay una escena con un beso lésbico), viene a desatar una revolución de ¿cómo se les explica eso? Bueno, yo diría que diciéndoles que en el amor existen formas de expresar los sentimientos: así como hay familias de mamá-papá, puede haber de papá-papá y mamá-mamá”, finaliza.

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