La integración de América del Norte fue dada a partir de los recursos energéticos (petróleo, gas y fuentes renovables), por lo que son de gran importancia. Estados Unidos lidera el mercado de la producción mundial de petróleo y además es uno de los más interesados en la política de seguridad energética, que tiene por objetivo la obtención y aseguramiento del flujo de hidrocarburos, para garantizar el suministro de energías a sus consumidores. No obstante, el interés global hacia la transición energética, que surge como una necesidad para transitar de combustibles fósiles a energías renovables, a favor del cambio climático, impone también una serie de contradicciones que impactan en los paradigmas energéticos. Estados Unidos apunta, por un lado, a apostar a la transición energética y por otro, a continuar con el liderazgo en la producción de combustibles fósiles.
El paradigma energético estadounidense
En conversación con Once Noticias, Rosío Vargas, investigadora del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN-UNAM), señaló que hay una confusión con respecto al paradigma energético de Estados Unidos. La especialista en energía dijo que la administración actual de Joe Biden continúa con un paradigma fósil: “no ha cambiado y hay que entender muy bien realmente cuál es la estrategia comunicacional de la actual administración, porque justamente eso es lo que crea confusión”. Recordó que pese a los acuerdos en la Cumbre Climática de la ONU (COP26), llevada a cabo hace algunos días, en Glasgow, Estados Unidos anunció una histórica venta de arrendamientos de perforación para petróleo y gas de aproximadamente 324 mil kilómetros cuadrados en el Golfo de México.“El objetivo sigue siendo el de ser un importante productor de petróleo. A nivel internacional, Estados Unidos produce un nivel de 11.3 millones de barriles al día y tiene el objetivo de producir, en el 2022, 11.7 millones de barriles”.Según datos de la Administración de Información Energética de Estados Unidos, el país vecino lidera la producción de petróleo y sus derivados. Además es el principal exportador de gas natural a México y es uno de los más importantes exportadores de gas natural licuado al mundo, “se coloca en tercer lugar después de Qatar y de Australia. Se ha convertido en uno de los principales proveedores de los mercados asiáticos”, señaló la especialista. El paradigma energético del país del norte es fósil, por lo que considera difícil que cambie, ya que eso ha sido fundamental para posicionarse de forma hegemónica.
“Ser productor de petróleo le permite a Estados Unidos no solamente [generar] estos ingresos a través de las exportaciones, sino realmente es un elemento de poder dentro de su política exterior. Es muy difícil que abandone este paradigma y lo más probable es que siga caminando por el lado de la explotación de petróleo. Sobre todo a partir de los recursos de la fracturación hidráulica”.Sin embargo, Estados Unidos se propuso asumir el liderazgo climático junto a la Unión Europea, así lo anunció el presidente Joe Biden en abril de este año. Este tema fue socavado por la pasada administración de Donald Trump, cuando decidió salir de las iniciativas para combatir el cambio climático. “Hay un objetivo desde que tomó posesión la administración Biden: de tomar este liderazgo porque les replantaba la posibilidad de tener el liderazgo internacional en materia energética. Un liderazgo que había sido cuestionado por el aislacionismo de la administración de Trump”. Tomar la bandera verde otorga la posibilidad de que Estados Unidos retome el liderazgo mundial, pero eso no implica que abandone el paradigma fósil, tal como compartió Rosío Vargas a Once Noticias. No obstante, señaló que tanto Estados Unidos como China, son muy pragmáticos.
“Pueden explotar una gran cantidad de combustibles fósiles (en el caso de China es carbón), y al mismo tiempo ser líderes de […] energías renovables”, porque eso constituye su sector energético.Y es que asumir el discurso de la transición energética y la sustentabilidad también debe pensarse en términos de mercado, porque es un área de negocios para Estados Unidos. “Los renovables están vinculados a todo un esquema de financiación, como la emisión de bonos de carbono, la fabricación de autos eléctricos y la fabricación de todos los dispositivos para el aprovechamiento de las energías intermitentes, quiero decir eólica y solar, inclusive, el mismo Departamento de que participa en la investigación de la Energía Nuclear (resulta un área de negocios muy importante para Estados Unidos) por el nuevo tipo de reactores nucleares que en muchos países se van a comprar y adoptar en este proceso de transición energética”.
¿Y México?
La especialista dijo que México juega un papel importante aunque de forma subordinada, porque el liderazgo lo tiene Estados Unidos también en el proceso de integración de América del Norte.“México es un país en vías de desarrollo, el proceso es asimétrico y sigue siendo asimétrico. Pero Estados Unidos de una manera muy inteligente ha extendido su criterio de seguridad energética territorialmente”.Recordó que históricamente México fue un exportador importante de petróleo y cubría las necesidades energéticas de Estados Unidos, pero actualmente México es el principal comprador de gas natural del país vecino. “México es como un mercado, como un comprador para bienes de capital u otros tipos de cadena de producción. Es un mercado integrado, en términos energéticos y quiere ser más integrado, en lo que respecta al sector eléctrico, pero el liderazgo lo llevan los Estados Unidos y se espera que México se acople a sus negocios y a sus grupos de interés”, precisó. La especialista concluyó enfatizando que es fundamental entender la seguridad energética de Estados Unidos y conocer cómo integra a México, para conocer el papel que juega el país del norte en la actual iniciativa de la reforma energética.