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Etiquetado en tortillas es necesario para evitar su producción pirata: Industria de la Masa

La Cámara Nacional de la Industria de Producción de Masa y Tortillas calcula que 20% de la producción nacional de este alimento tiende a ser pirata.

Resulta necesario que la tortilla que se vende en los supermercados o en comercios de abarrotes, sea etiquetada para conocer su origen y contenidos nutrimentales y así evitar la proliferación de tortillas pirata, indicó el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Producción de Masa y Tortillas, Rubén Montalvo.

En entrevista con Once Noticias, el experto resaltó que de acuerdo con los datos de esta Cámara al menos 20% de la producción nacional de este alimento tiende a ser pirata.

¿Cómo identificar una tortilla tradicional de una pirata?

De acuerdo con los datos de aportados por el Consejo Rector de la Tortilla, este alimento podrá contener maíz rezagado, mayores cantidades de cal y agua no potable.

Según lo dicho por Rubén Montalvo identificar este alimento resulta difícil a simple vista, por ello hizo un llamado a los compradores para adquirir este alimento en uno de los más de 110 mil establecimientos registrados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y no en negocios como tiendas o incluso ferreterías, pues no existe registro alguno sobre su procedencia.

“Desde 2017 nosotros denunciamos la presencia de estas tortillas en Quintana Roo, este no es un problema local o de algún estado en particular, es un problema nacional”, sentenció

El presidente de la Cámara de la Masa y la Tortilla, detalló que este producto puede ser identificado, pues es exhibido y vendido en hieleras de unicel o empaquetado en papel, incluso en ferreterías.

“El problema está en que nadie sabe quién la hizo o en qué condiciones fue elaborada y bajo qué reglas de higiene o de calidad la hizo”, indicó. 

Montalvo añadió que desde 2017 los industriales de la tortilla acordaron con la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) iniciar acciones para impedir la venta de este producto de origen desconocido; sin embargo, y al pasar el tiempo la dependencia se olvidó de este pacto.

“Esto nosotros lo denunciamos como un problema de salud, porque cuando tú compras las tortillas sabes quién te atiende y ves las máquinas donde sale la tortilla. Entonces en aquel momento le pedimos a la Cofepris, que se exigiera la identificación para saber de dónde viene esa tortilla que se vende en las tiendas porque es un riesgo a la salud”, comentó.

La petición forma parte ya de la implementación de la Norma Oficial Mexicana 187, que tiene por objeto establecer las especificaciones sanitarias que deben cumplir la masa, tortillas, tostadas, harinas preparadas para su elaboración y establecimientos donde se procesan. Asimismo, establece la información comercial que debe figurar en las etiquetas de estos productos.

“La tortilla que se vende en las tiendas y en los negocios tiene que estar etiquetada, para que diga ¿Quién la hizo?, ¿Cuándo la hizo? ¿Cuándo caduca? ¿De dónde viene? ¿De qué ingredientes está hecha? Y que no tengamos una tortilla que no se sabe quién la hizo y que puede ser nociva para la salud”, señaló.

El presidente de la Cámara de la Masa y la Tortilla advirtió que la fabricación del alimento pirata, además de que disminuye la calidad nutrimental del producto, genera una competencia desleal, pues mientras que los tortilleros tienen a venderla en 20 o 25 pesos, en las tiendas su costo es de 15 pesos.

Urgió a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para que genere las condiciones para un empaquetado y etiquetado correcto de las tortillas.

Fabricantes de la tortilla operan en números rojos

Ruben Montalvo resaltó que en los dos últimos años los insumos para la fabricación de la tortilla se han encarecido y citó como ejemplo los aumentos en la tonelada de maíz o de harina, pues se presentó la especulación de estos productos.

Él mismo detalló que desde el inicio de la pandemia, los fabricantes y empresarios del ramo advirtieron al Gobierno Federal sobre estas prácticas, sin embargo prestó oídos sordos.

“Empezando 2020, la tonelada de maíz costaba 4 mil 500 pesos, se fue incrementando a 7 mil 500 pesos y para julio de 2021 costaba 7 mil 800, luego para agosto de ese año tuvo un costo de 8 mil 500, y ahora para este momento se está comprando en 10 mil pesos, esto es un incremento de 120%”, externó.

A esto se suma, apunto, el incremento en el precio del gas que ahora se adquiere en 13 pesos con 94 centavos, cuando al inicio de la pandemia costaba 11 pesos con 15 centavos, lo que representa un incremento de 25%, respecto al inicio de la pandemia.

Además, se prevé el incremento en las pacas de hojas de papel de 3 mil hojas necesarias para empacar el producto en las tortillerías, al pasar de 655 pesos a 870 pesos para el día 15 de agosto.

“Entonces todos esos incrementos han repercutido en el precio total de lo que debe de valer la tortilla, pues debería de costar 46% más del precio actual. La tortilla desde que empezó la pandemia ha subido 26%, hay un déficit que hemos ido absorbiendo”.

Montalvo resaltó que este alimento se encuentra subvaluado y debe de costar más de lo que cuesta.

“Ahorita le metemos un aumento de un peso a la tortilla y todo el mundo está al pendiente del ¿por qué?, pero hace una semana Bimbo anunció que todos sus productos subían de precio y un pastelito que costaba once pesos cuesta ahora 17 y ahí nadie dice nada”, indicó.

Ante tal escenario, llamo a la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) a controlar la escalada de precios en los insumos para la fabricación de la tortilla, a fin de evitar un incremento sustancial en los costos de este alimento.

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