El periodista Francisco Pacheco fue asesinado el 25 de abril de 2016, cuando regresaba de dejar a sus hijas del colegio en Taxco, Guerrero.
Priscila Pacheco, hija del comunicador, denunció que el caso de su padre forma parte de la impunidad en crímenes contra periodistas.
“Se va a cumplir un año más del homicidio desde 2016 y han tenido muy pocos avances en la Fiscalía Especializada para la Búsqueda, Localización e Investigación de Personas Desaparecidas (FIEIDEPFP), no sé ha realizado ninguna diligencia después del homicidio de Guerrero que en un principio fue investigado por la fiscalía local, pero después paso a la Fiscalía General de la República (FGR). El problema es que entre las fiscalías no fluye la información y hay veces que eso ha causado problemas en las diligencias”, explicó Priscila.
La hija de la víctima denunció que hay acciones que no re realizaron y hasta ahora no se han llevado a cabo. Tras una denuncia, en 2017 la CNDH emitió una recomendación (072/2017). Se estableció violación a los derechos humanos por la negación del acceso a la justicia, es decir que no había debidas diligencias ni investigaciones adecuadas.
“Nos hemos convertido en víctimas indirectas por el delito contra mi papá y víctimas directas de una violación a los derechos humanos por las omisiones de la fiscalía”, expresó Priscila.
Otra de las complicaciones es el cambio de los ministerios públicos a cargo del caso, pues la investigación ha tenido cuatro personas a cargo.
“Al primero, Yael Bonilla, se le da está recomendación de la CNDH y
lo remueven de su cargo. El segundo fue José Manuel Maldonado y este nos dijo que era un
caso prioritario y después de casi un año de estar a cargo, en 2020 el nuevo MP me dijo que tenían elementos suficientes para confinar que el
crimen tenía un origen pasional y no por su trabajo periodístico. Dijeron que lo pasarían a la fiscalía local”, detalló.
En el mes de mayo, de 2020, le presentaron al tercer Ministerio Público. Nuevamente la línea de investigación prioritaria era el trabajo periodístico de su padre.
“No había concluido el primer año de este ministerio público en 2021, y en una cita me dicen que de nuevo me cambian al encargado de mi investigación y fue así como llegó David Solares a nuestro caso, él también nos dijo que sí hay elementos para determinar que fue por su trabajo periodístico y que esa era la línea de investigación a seguir”, relató la hija de Francisco Pacheco.
A casi seis años del asesinato, la familia no tenía acceso a la carpeta de investigación, porque según el sistema jurídico anterior, por protección a la víctima, no querían entregar el expediente.
“Después de discutir tratando de explicar que nosotros también somos víctimas nos negaron la carpeta y por eso nos vamos a un amparo, ganamos y nos dan la carpeta”.
Hasta el momento no hay avance en los trabajos de investigación. Priscila explicó que hay diligencias que se tenían que hacer desde el inicio del caso, cómo la mecánica de heridas y la reconstrucción de hechos, que, dijo, nunca se han hecho.
Consideró que cada que pasa el tiempo hay menos posibilidades de que se pueda tener acceso a la información, a testigos, o declarantes, pues “a seis años ya los recuerdos tienen grandes lagunas”. Y esto no sólo tiene que ver con el momento del crimen, sino las consecuencias que le trajo a la familia.
“Nosotros
estamos desplazados y el análisis de contexto no se ha hecho. Ya se debió de saber el contexto de su trabajo y el análisis de sus
publicaciones con el crimen, pero casi seis años después no se han hecho. Pero sí
pusieron en duda el trabajo periodístico de mi papá. Hay una revictimización cuándo fingen que hacen su trabajo”, denunció la víctima.
A pesar de los ataques, los desplazamientos y el poco acceso a la justicia, la familia de Francisco Pacheco aún sostiene publicaciones periodísticas y una defensa personal de la libertad de expresión.
“Nosotros aún tenemos el medio de mi papá, pero es una cuestión de defensa a la libertad de expresión y ahora eso nos convierte en defensores de derechos humanos y nosotros deberíamos tener una protección como tal, pero las personas que deciden a qué tenemos derechos son un grupo de gente sin capacitación, sin sensibilización ni con las víctimas ni con la labor periodística”, concluyó Priscila Pacheco.