Esta nota podría ser la más corta, con sólo mencionar: no es suficiente usar de forma racional el agua, debes captarla, reutilizarla, limpiarla y devolverla al ecosistema tan limpia como la obtuviste. Pero hay algo más.
Una frase que engloba el tema del agua es la que Leonardo da Vinci dijo: “El agua es la fuerza motriz de toda la naturaleza”. Es obvio que sin ella no podrían subsistir los bosques, las selvas, los ríos, los seres vivos. El agua en el ser humano no sólo es un fluido vital indispensable, también es necesario para que podamos desarrollarnos y crecer social, cultural y económicamente.
Aunque a veces no queremos darle importancia al tema, el agua disponible en el mundo, anualmente, es de aproximadamente 1.3 millones de km3, de los cuales el 97.5% es salada y el 2.5% es agua dulce. Y aunque parezca increíble, la principal fuente de agua dulce que tenemos son los glaciares.
Además, el agua potable disponible en la tierra, para consumo humano, corresponde únicamente al 0.007% del total; es decir, casi nada. Y esta cifra se va reduciendo aún más a medida que usamos más agua, la contaminamos, y tenemos un mayor crecimiento demográfico.
En México, aproximadamente 10% de la población no tiene acceso al agua potable.
Quienes lo tenemos, gastamos 380 litros de agua al día. Cifra muy por encima de la recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que es de 50 a 100 litros de agua al día por persona para satisfacer sus necesidades de consumo e higiene.
Es un reto que tenemos los mexicanos para mejorar la distribución percápita de agua en el país.
Por otra parte, México ocupa a nivel mundial el lugar número 24 con estrés hídrico alto, siendo los estados afectados: Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Nuevo León, Tamaulipas, Zacatecas, Guanajuato, Aguascalientes, Jalisco, Querétaro, Estado de México, Ciudad de México, Hidalgo y Morelos.
A pesa de ser 15 de los 32 estados de la República Mexicana que presentan un grave problema hídrico, aún no tenemos una cultura generalizada de cuidado y uso racional del vital líquido en el país y de limpieza y reuso de la misma.
En el artículo 4, párrafo 6, de la de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se reconoce el derecho para toda persona al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, saludable, aceptable y asequible. Pero ese derecho debe ser ejercido con responsabilidad.
Como ciudadanos responsables no sólo tenemos que cuidar y usar racionalmente el agua, también tenemos que contribuir a su limpieza, de forma que la podamos regresar limpia al medio ambiente, que pudiera ser capaz de encausarse hacia los ríos, lagunas, humedales, etc.
En casa podemos corregir fugas en llaves y tuberías, regar las plantas y jardines dos veces por semana. Captar agua pluvial tanto como sea posible. Instalar una planta de tratamiento modular de aguas residuales. En general, cualquier gota de agua que ahorremos hoy, nos servirá para mañana. Ha llegado el momento en que todos los sectores de la sociedad, incluyendo a la iniciativa privada, gubernamental, sociedad civil, escuelas y prestadores de servicios, colaboren de forma conjunta para ofrecer mayor información sobre lo que implica la gestión integral de agua. De esta forma podremos tener un país más informado, capacitado y listo para tomar acciones preventivas que ayudarán a la sustentabilidad del planeta.
Sergio A. Gamboa | Instituto de Energías Renovables-UNAM | sags@ier.unam.mxs