Al escuchar el nombre de Iztapalapa, la mayoría suele relacionar a esta alcaldía con inseguridad. Y la percepción no está tan alejada de la realidad.
“Aunque el Gobierno ha hecho cosas (como el Proyecto Caminos Mujeres Libres y Seguras) para que nosotras andemos más seguras, la verdad es que hay mucho por hacer. Sí, hay más corredores con luz, pero no es suficiente, los robos y secuestros se siguen dando una y otra vez. A mí me acaban de asaltar aquí atrasito del deportivo de Tezonco. Me quitaron mí celular y 300 pesos que traía. Ya ve que hasta lo remodelaron y pintaron sus murales alrededor, pero es mucho por hacer”, señala Laura Robles, estudiante del Cetis, que se halla sobre avenida Las Torres, en el Barrio San Antonio, cerca de una comisaría de policía.Como el caso de Laura, hay un sinfín de comentarios respecto a la inseguridad que permea en esas calles de colonias José López Portillo, San Lorenzo Tezonco, Leyes de Reforma, San Antonio, Constitución, por decir algunas de la Zona Oriente. Aunque también hay quienes aplauden las buenas intenciones de las autoridades iztapalapenses como el caso de Antonia Cervera, ama de casa, quien segura opina: “a mí sí me gusta que haya iluminación en los corredores; me gustan las pinturas; me parece que ha sido buena idea del Gobierno y creo que seguirán pintando e iluminando más corredores; eso habla bien de nuestra alcaldesa (Clara Brugada) y nuestra jefa de Gobierno (Claudia Sheinbaum)”, comenta entusiasta.
Iztapalapa, prestigio dañado
Vamos por partes. La demarcación representa un crecimiento demográfico muy alto en proporción del incremento total de población de Ciudad de México. De ahí se suscitan tantos hechos delictivos. En la década 1970-1980, por ejemplo, correspondió a 54.3% del crecimiento del entonces Distrito Federal. En la década 1980-1990, la delegación tuvo un crecimiento de 341 mil 088 habitantes, superior en 1.6 veces al crecimiento total, indicando que Iztapalapa fue asiento de numerosas familias que abandonaron las delegaciones centrales y destino de familias procedentes de otras entidades federativas. También es la cuna de colonias de otras demarcaciones como Tepito y Candelaria, zonas donde los focos rojos en materia delictiva son el día a día. Iztapalapa, en los últimos años ha alojado 83.7% del crecimiento de la capital mexicana, agotando prácticamente su reserva de suelo urbanizable. Según el Censo de Población y Vivienda 2020, la población total de Iztapalapa en la actualidad es de un millón 835 mil 486 habitantes. Por estos y otros motivos, el Gobierno capitalino implementó el programa Caminos Mujeres Libres y Seguras que, además de consistir en poner lámparas, también hay apoyo con botones de emergencia y videovigilancia constante conectadas al sistema de cámaras C5. De acuerdo con datos proporcionados por la alcaldía, esta estrategia ha sido positiva, porque las cifras arrojan que la incidencia delictiva ha disminuido 50%. El primer camino se inauguró en febrero de 2020 y mide un kilómetro; se encuentra entre la calzada Ermita Iztapalapa y avenida de las Minas. Y desde entonces, los trabajos no se han detenido. Se espera que continúen con la reducción de delitos y brinden seguridad a las niñas y mujeres de la alcaldía. Los caminos, o también llamados senderos, miden en ocasiones entre 8 y 9 kilómetros, suelen ser iluminados hasta por 467 lámparas y postes metálicos. Los senderos fueron previamente elegidos debido a que por ahí transitan continuamente niñas y mujeres, ya sea para ir a la escuela, o al trabajo. En la actualidad, ya van 188 Caminos Mujeres Libres y Seguras (superando la expectativa inicial), que han sido beneficiados por banquetas, lámparas, reparación de baches y vigilancia constante, según datos proporcionados por la oficina de Difusión Cultural de Iztapalapa. Y la tarea continúa.Murales que “engalanan” a Iztapalapa
Un proyecto que podría considerarse “brazo” de los Caminos Mujeres Libres y Seguras, es Mural, una iniciativa de intervención comunitaria que desarrolla la dirección ejecutiva de Cultura de la Alcaldía Iztapalapa desde 2018. ¿El fin?, recuperar y dignificar los espacios públicos a través del arte. Éste, lleva a cabo un trabajo integral de mejoramiento urbano en calles y avenidas a través de iluminación, reparación de baches, poda, reforestación, señalización peatonal, instalación de cámaras de seguridad, según información de esa dirección ejecutiva. Desde 2018 y hasta el 1 de julio de 2021, se habían realizado cerca de 6 mil 446 murales y diseños (alrededor de 224,436.865 metros cuadrados). “Hoy, ya son 7mil 448 murales”, dice Mirna Armenta, responsable de esa oficina cultural. Por este motivo, las autoridades clasifican a esta labor como, “el proyecto de muralismo y arte urbano más grande de Latinoamérica, donde han participado vecinos, gestores y cerca de 148 artistas”. En los temas muralistas, convergen las historias y tradiciones locales, el papel de las mujeres y sus derechos, las costumbres e identidades con un importante pasado prehispánico.“Iztapalapa Mural es también una oportunidad para crear en nuestras comunidades ambientes artísticos y de iniciación a la pintura, donde los niños y jóvenes imaginen un futuro lleno de arte, memoria y participación”.“Iztapalapa Mural es un proyecto ideado para reivindicar el derecho de sus habitantes a contar con un espacio público embellecido, a recuperar la vida comunitaria y los espacios donde el abandono puede generar inseguridad, a transformar esa Iztapalapa gris, triste, oscura, en una región colorida, iluminada y alegre, es decir, a contar con caminos donde las mujeres podamos sentirnos libres y seguras”, declaró la alcaldesa Clara Brugada al ver los resultados de ese proyecto.