Para acceder a una interrupción del embarazo seguro, según las indicaciones médicas reconocidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), existe un método bajo un esquema de oro que funciona con una tasa de efectividad muy alta: el farmacológico.
En este se utilizan dos medicamentos que en conjunto han demostrado una alta eficacia para interrumpir el embarazo, sin embargo, continúan algunos retos para que las mujeres tengan acceso y garantía de un aborto seguro.
La pasada resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que reconoció la inconstitucionalidad, para criminalizar el aborto de manera absoluta, fue un paso en la lucha jurídica a favor de la interrupción del embarazo en el país.
Así también lo fue el anuncio de la Secretaría de Gobernación (Segob) que, en conjunto con otras Comisiones, sistemas penitenciarios y defensorías públicas estatales, trabajan para liberar a mujeres y personas gestantes procesadas o sentenciadas por interrupción del embarazo, o bien, por haber sido participes en el proceso.
Hasta 2020, la Secretaría de Salud informó que el aborto continúa entre las 10 principales causas de muertes maternas: de 924 muertes maternas, 2.7% fueron por aborto.
Misoprostol y Mifepristona: esquema de oro
Existen dos procedimientos reconocidos y recomendados por la OMS y por la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia, que son seguros en la interrupción del embarazo: método farmacológico (con medicamentos) y la aspiración endouterina.
Ambos presentan riesgos menores, aunque dependen de algunos factores, pero resaltan la edad gestacional, el tipo de procedimiento y principalmente, las condiciones en las que se realiza, en condiciones inseguras se pueden presentar complicaciones.
Claudia Martínez, asesora clínica del Programa de Calidad de Servicios, de la organización internacional Ipas CAM, compartió en entrevista con Once Noticias que la utilización de estos medicamentos, son efectivos en la interrupción del embarazo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) los incluye en la lista de medicamentos esenciales y forman parte del cuadro básico de medicamentos en México.
Este se reconoce en el Lineamiento Técnico para la atención del aborto seguro en México que emitió el pasado mes de junio la Secretaría de Salud.
En este documento se afirma que la combinación de estos fármacos “son la primera opción por su eficacia, seguridad y menores efectos adversos. Además el uso correcto del misoprostol solo, constituye un tratamiento seguro, eficaz y aceptable. Las dosis y vías de administración del misoprostol se modificará dependiendo de la edad gestacional y del antecedente de cirugías uterinas previas”.
El misoprostol se puede adquirir sin receta médica y está disponible en las farmacias de todas las entidades. No así con la mifepristona que se encuentra en categoría III, lo que significa, según el Artículo 226 de la Ley General de Salud, que la venta y suministro de este medicamento sólo puede adquirirse bajo receta médica “y se podrá surtir hasta tres veces; además el médico tratante determinará el número de presentaciones del producto y contenido de las mismas que se puedan adquirir en cada ocasión”.
Esto último puede tener un impacto sobre las mujeres que viven al interior del país y en los estados en donde el aborto no está legalizado, pues es inaccesible.
Lo cierto es que más de 90% de los procedimientos de Interrupción Legal del Embarazo (ILE) son atendidos con medicamentos. Se da consejería a las mujeres, se toman el primer medicamento en la unidad de salud y se les da la oportunidad de que el siguiente medicamento lo tomen en casa. Se completa su tratamiento en domicilio porque el proceso es muy seguro. El esquema combinado ha demostrado ser muy seguro. También que las mujeres reconozcan la etapa temprana de su gestación es importante porque eso aumenta la eficacia de los medicamentos y el rango de seguridad se mantiene”, explicó Claudia Martínez.
Cuando se legalizó la interrupción del embarazo en Ciudad de México, en 2007, originalmente los procesos de aborto se atendían con legrado instrumentado, aspiración endouterina y con misoprostol.
Fue hasta 2011 que llegó la mifepristona a México, cuando comenzó a atenderse el esquema de medicamentos combinados y la aspiración endouterina. Desapareció el legrado instrumentado.
“Fue parte de una recomendación de la OMS, por ser un procedimiento obsoleto que puede derivar en complicaciones para la condición reproductiva de las mujeres o puede afectar su capacidad para embarazarse en el futuro”, enfatizó Claudia Martínez.
La especialista relató que la mifepristona ingresó recientemente a la lista de medicamentos de la OMS, pero que el misoprostol ya estaba desde hace muchos años, “así también la oxitocina, porque son insumos o medicamentos que ayudan a prevenir la muerte materna. Por eso ya están catalogados en conjunto con los anticonceptivos como medicamentos esenciales que garantizan una atención integral para las mujeres en su salud reproductiva”.
Cuando llegó al país la mifepristona ingresó en una categoría restringida y sólo se expedía con receta. Esa situación no ha cambiado, por lo que dificulta su acceso.
No obstante, criticó que si bien el misoprostol no necesita receta y es de venta libre en farmacias o supermercados, “no es lo mismo que busques el medicamento en Ciudad de México que en un municipio alejado o al interior del país, incluso en temas de costos”.
La base de datos de Medical Abortion Commodities registra que 102 países tienen disponibles los medicamentos básicos de calidad para el aborto. Hay 22 marcas de misoprostol y 44 de mifepristona. En México sólo hay una marca reconocida que vende el paquete combinado de estos medicamentos.
En su estudio realizado en 61 países, hasta 2018, el costo de estos medicamentos varía por región. En América Latina, según la base de datos, el precio de misoprostol y mifepristona, en presentaciones individuales, son altos con respecto a los de Europa del Este.
En Ciudad de México, actualmente, de acuerdo con la consulta de Once Noticias, el precio de misoprostol va desde los 50 pesos (pastilla individual) hasta los 800 pesos (caja). La mifepristona llega a superar el costo de 800 pesos. El tratamiento combinado puede tener un costo que va hasta los 3 mil 500 pesos.
El Consorcio Latinoamericano Contra el Aborto Inseguro (CLACAI), en un estudio sobre la regulación y barreras en el acceso de misoprostol, señala que a finales de la década de los 80, el misoprostol comenzó a ser vendido en las farmacias de América Latina bajo el nombre comercial de Cytotec, indicado en el tratamiento de la úlcera péptica en casos provocados por el uso de antiinflamatorios no esteroideos y en se momento no se recomendaba a las mujeres embarazadas.
Apunta que en 1987, en Brasil, apareció la primera publicación del uso del misoprostol para la inducción del parto en casos de fetos muertos.
Los empleados de las farmacias advirtieron que podían utilizar el efecto secundario del Cytotec y empezaron a venderlo como un medicamento efectivo para el retraso menstrual, y fue después que aparecieron publicaciones del uso del misoprostol para inducir con éxito el aborto en el primero y segundo trimestre del embarazo, especialmente en Brasil”, señala la publicación.
En el caso de la mifepristona, conocida como RU-486, fue aprobada en Francia en 1988. Unos años más tarde Estados Unidos obtuvo la patente, aunque fue aprobada por la Administración de Alimentos y Fármacos estadounidense (FDA, por sus siglas en inglés) en el año 2000.
La especialista señaló que el punto focal de las barreras, responde a que el aborto continúe criminalizado y así se dificulte el acceso y la atención de salud. Eso deriva en que las mujeres se vean obligadas a buscar otros medios, fuera del sistema de salud, para acceder a estos medicamentos.
Claudia Martínez celebró las iniciativas para despenalizar el aborto y el proceso para liberar a las personas o personal de salud que han sido juzgadas por atender abortos.
Se deben revisar con suma profundidad el tema acompañadas de expertos en la materia, para que se detallen todo los procesos. Se debe reconocer la autonomía de las mujeres sobre sus cuerpos. Quitarnos la venda conservadora y pasar a lo laico y la evidencia científica para reconocer que es un tema de salud pública, debería eliminarse el aborto como causa de muerte materna, porque es prevenible”, concluyó.