Reportajes especiales

Joven ejidataria abre barreras a mujeres en Costa Grande guerrerense

Una joven de 24 años forma parte de la mesa directiva dentro de la comunidad de Zaragoza, en el ejido de Cordón Grande, en Guerrero.

En toda la historia de las autoridades comunales de Cordón Grande no se había visto a una mujer y aparte joven, que pudiera discutir abiertamente con los viejos ejidatarios sobre lo que le conviene a las decenas de comunidades que dan vida al ejido.

Se trata de Nansedalia Ramírez Domínguez, quien es secretaria del Comisariado Ejidal.

La gestión ejidal fue la herencia que dejó la Revolución Mexicana hace 100 años, pues la tierra pertenece a toda una comunidad que está dirigida por la Asamblea Ejidal, la máxima autoridad en la que todos forman parte de las decisiones que se toman en su territorio. Esta forma de organización y repartición de tierras es una manera de combatir la propiedad privada, que trae consigo cacicazgos, daños al medio ambiente y violencia entre los pueblos.  

De hecho impulsaron proyectos para que incluyeran a jóvenes en la asamblea, aunque estos jóvenes no están reconocidos por la autoridad oficial, en sus comunidades son reconocidos como “ejidatarios internos”, quienes se van formando políticamente.

La idea, según explicó la joven ejidataria, es que poco a poco vaya avanzado la participación de las mujeres que están en el campo. Antes no se hacía porque no se le permita a la mujer, sólo trabajaban en el hogar, y aunque el trabajo de casa es una tarea muy difícil y sumamente admirable, a ellas no se les permitía elegir si querían entrar al campo.

“Al principio fue difícil hacer el trabajo en el campo como mujer. Pero ahora los compañeros me respetan y me ven como uno más. Antes sí fue complicado porque era algo nuevo para los compañeros pero ahora me encanta estar aquí, los compañeros pues me respetan a mí y a mi trabajo”.

Ser la primera mujer en la Mesa Directiva implica una responsabilidad muy grande, porque dependía de su trabajo para que se les abrieran las puertas a las mujeres del ejido.

Si yo no cumplía mi papel como debe ser, si no hacía las cosas como deben ser, pues dejaría mal a las mujeres de mi pueblo, pero creo que el trabajo sí está dando buenos resultados. Ahora ya permiten que participen en las tareas las mujeres y también los jóvenes, porque antes no se abría esa puerta, ni siquiera para entrar a las asambleas”, destacó Nansedalia Ramírez.

Dentro del corredor ejidal compuesto por más de 16 mil 039 hectáreas se han credo muchos proyectos que sostienen el ecosistema y la economía de las comunidades en la sierra de la Costa grande de Guerrero.

Entre sus proyectos económicos hicieron una empresa de aserrio de madera para la transformación  de los recursos naturales, de aprovechamiento forestal maderable, que sigue una cadena de producción hasta llegar a un taller secundario dónde producen cajas de transporte y bastones para escobas. Los ejidatarios ya tienen planes para establecer una carpintería y al final unos hornos para la producción de carbón de encino, y con eso establecer un mecanismo de seguimiento a sus recursos naturales para que se sigan produciendo trabajo y no tengan que recurrir a empresas fuera de la comunidad.

“También tenemos un vivero forestal donde producimos plantas tropicales junto con un proyecto de apicultura que tiene 130 cajas de abejas que producen más de 1300 litros al años. También, producimos tilapia, tenemos ocho estanques que satisfacen el consumo local y su producción sustentable”, detalló Nansedalia sobre los proyectos que supervisa a su corta edad. 

Para el proyecto de conservación del jaguar, en el corredor comunitario entregó 8 mil 570 hectáreas destinadas al programa “Guerrero Jaguar”, dirigido por el biólogo Fernando Ruiz, quién consiguió una certificación de 50 años para proteger esa área.

No solamente es la conservación del jaguar. Esa es una especie bandera porque también ayuda al crecimiento de otras especie endémicas cómo la rana tecuani, la guacamaya, el ocelote, tigrillo, puma y hasta serpientes en peligro de extinción. El jaguar es la especie bandera que ayudará a todo el ecosistema de nuestra tierra”, concluyó Nansedalia.

Todos los proyectos que mencionó la secretaria ejidal son trabajados por los miembros de las comunidades, para que todo quede dentro de sus pueblos y ningún interés ajeno pueda aprovecharse del trabajo comunitario y sus recursos naturales.

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