Reportajes especiales

¿Juguetes para niños y juguetes para niñas?

En la publicidad dirigida a la infancia aún hay vigentes las creencias de lo que “debe ser un hombre” y lo que “debe ser una mujer”.

Diciembre y enero son meses en los que la televisión y otros medios están plagados de publicidad relacionada con la compra de juguetes.

A pesar de que la oferta lúdica se ha multiplicado por influencia de la tecnología, lo cierto, es que para la primera infancia seguimos viendo las tradicionales muñecas rubias para las niñas, y los autos, autopistas y hombres de acción para los niños. Niñas que cuidan y niños que luchan es el mensaje.

Si bien en el mundo se impulsa el avance de la igualdad, la realidad es que el Siglo XXI, en lo que toca a la publicidad dirigida a la infancia aún tenemos un panorama sexista en el que siguen vigentes las creencias de lo que “debe ser un hombre” y lo que “debe ser una mujer”.

“Vivimos en una cultura patriarcal en la que todavía impera la concepción del dominio masculino sobre lo femenino; es una cultura que todavía no rompe paradigmas. Estamos en un momento en que todo mundo se dice igualitario y con visión de género, pero la verdad es que no hemos logrados trascender las membranas de esa cultura ancestral que nos dicta lo que significa ser hombre y ser mujer y esto es aprehendido por distintos procesos de socialización como el juego. Lo que está ocurriendo ahora en las familias es que hay cierta apertura en hablar de la igualdad de género, pero hay un temor terrible en torno a la diversidad sexual, se asocia que si un niño juega con juguetes que ´corresponden al género femenino´ entonces se ’hará gay’ y, si las niñas juegan con pistolas se ´hará machorra´. No obstante, las audiencias nos están obligando a cambiar”, señaló Lurdes Barbosa, licenciada en Comunicación y maestra en Sexología Educativa.

La mexicana y activista Estefanía García Rangel, es creadora de la colección de muñecas Funky Monsters y se ha dado a la tarea de generar diseños amigables para fomentar una educación inclusiva que no sólo rompa los estereotipos de género, sino que vaya en el camino de la tolerancia y la empatía.

¿Será que los niños y niñas se reflejan a sí mismos en los juguetes?

“Al hacer una muñeca, trato de no caer en el discurso hegemónico de las muñecas de piel blanca, rubias y de ojos azules, pienso que hay un gran hueco en todas las niñas que no somos esas niñas; en algún momento propongo que sean de piel morena y cabello rizado. En la zona donde vivo hay muchas personas afrodescendientes y viéndome, para mí es muy importante el cabello rizado, las narices grandes. También hago muñecas personalizadas, que se parecen a la niña y he encontrado una nueva relación de las niñas con sus muñecas, ya no son las niñas queriéndose parecer a la muñeca, sino la muñeca pareciéndose a su dueña. Funky Monsters inició hace seis años como juguetes libres de estereotipos sexistas y ha evolucionado, ahora es una marca dirigida a niñas únicamente”.

Para los menores, los productos, marcas y personajes atrapan su atención por lo que es claro que a través de la publicidad se generan modelos de vida con los que, desde la perspectiva de niños y niñas, se legitima la realidad.

Aunque esta tendencia de muñecos y muñecas en México es incipiente, lo cierto es que grandes marcas como Lego, lanzó en 2021 su primer set con temática LGBTIQ+, llamado “Everyone Is Awesome”.

Mattel por su parte, ha lanzado una línea de muñecas “libres de género” y sin etiquetas llamada “Creatable World”. Además, ya produce Barbies con diferentes tonos de piel, colores de cabello, colores de ojos y tipos de cuerpo. Un artículo de Bloomberg publicado en febrero de 2021 reportó que, en 2020, la firma cerró su mejor año en ventas y la muñeca más vendida fue la Barbie en silla de ruedas.

Por su parte, BBC News Mundo refiere en su artículo del 4 de agosto, de 2021, que Mattel creó seis muñecas en honor a mujeres que se desempeñan en el mundo de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. Una de ellas es la científica, líder en vacunología, Sarah Gilbert, quien dirigió los trabajos para el surgimiento de la vacuna Oxford-Aztrazeneca en el contexto de la pandemia por COVID-19. La idea es inspirar y despertar el interés de las niñas en áreas de ciencia.

Por lo que respecta a la normatividad, ha habido avances significativos, en España, por ejemplo, el pasado 1 de diciembre, entró en vigor el código de autorregulación de la publicidad infantil de juguetes dirigida a la población menor de 15 años, con especial atención al sector de 0 a 7 años. De ahora en adelante, no se producirán anuncios que utilicen de forma discriminatoria la imagen de las niñas y se prohíben aquellos que caractericen a los menores con connotaciones sexuales.

La idea es evitar la asociación exclusiva de juguetes que reproduzcan roles de cuidado, trabajo doméstico o belleza para las niñas; y de acción y tecnología para los niños. Tampoco se harán asociaciones de colores, el rosa para niñas y el azul para niños. Asimismo, la utilización del lenguaje inclusivo es otra medida de este código.

En nuestro país, la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión señala en el Art. 246, Fracción V, que en la publicidad destinada al público infantil no se permitirá presentar a niñas, niños o adolescentes como objeto sexual y, la fracción VIII, subraya que no deben mostrarse conductas que promuevan la desigualdad entre hombres y mujeres o cualquier otra forma de discriminación. Al respecto, la licenciada en comunicación Lurdes Barbosa señala: “normativamente en México estamos muy avanzados sólo que las leyes que tenemos no se aterrizan en reglamentos que establezcan sanciones”.

Esto sólo es un ejemplo de la apertura que la industria del juguete está teniendo hacia una mayor diversidad.

“Emma Arcoíris es una monstrua que acompaña a las niñas a reconocer que las mujeres tenemos muchas emociones; tiene una combinación de bocas que nos permite ver que las mujeres no sólo sonreímos que es la exigencia social para nosotras. Mi activismo desde los juguetes va dirigido a las mujeres que sí les interesa cuestionar los mensajes que se transmiten. La propuesta es que sea una herramienta lúdica para quien la ocupe”, explica Estefanía García.

“Habría que sensibilizarnos como padre o madre a la posibilidad de un cambio, tendríamos que tener apertura para ofrecerles una posibilidad de desarrollarse diferente, y darles un mejor futuro. El diálogo es lo primero porque si todo el tiempo está frente al televisor o está en redes sociales, perdemos como padres la oportunidad de estar cerca de ellos”, expresa Lurdes Barbosa.

Cuando la igualdad nos alcance, entonces estaremos hablando de juguetes sin género, o usted, ¿qué opina?

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