Mujeres indígenas provenientes de diversos lugares del país y de otros movimientos sociales se congregaron en las ruinas de la Ex Hacienda de San Lucas Nextetelco, en Puebla, para reflexionar y compartir experiencias en torno a las luchas que sus comunidades y pueblos han emprendido en contra de megaproyectos.
El espacio fue el Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan por la Vida, organizado por los Pueblos Unidos de la región Cholulteca y de los Volcanes, en el marco del Día Internacional de la Mujer y luego del desalojo de Altepelmelcalli Casa de los Pueblos, en el municipio de Juan C. Bonilla.
Desde muy temprano las mujeres se dieron cita a unos cuantos kilómetros de Altepelmelcalli, en lo que fueron las ruinas de la embotelladora Bonafont, de la empresa francesa Danone; fue así que emprendieron una caminata para recorrer el ojo de agua Ameyal y llegar a la Ex Hacienda, en donde hubieron diversas actividades como conversatorios.
Las voceras de los Pueblos Unidos de la región cholulteca y de los Volcanes, recordaron al compartir sobre su experiencia de lucha, que en agosto del año pasado, las 20 comunidades que conforman a los Pueblos Unidos decidieron tomar las instalaciones de la embotelladora francesa.
Compartieron que la empresa extrajo agua durante 30 años. Recordaron que la planta extraía 1 millón 640 litros de agua, diariamente, lo que provocó la sobreexplotación del recurso hídrico y afectó en el desabasto de pozos artesanales de las familias que habitan la región.
Expresaron que la toma de las instalaciones fue una experiencia productiva debido a que el espacio se convirtió en un punto de trabajo comunitario. Sin embargo, con el desalojo denunciaron que sus pertenencias, herramientas y animales se quedaron cooptados por las autoridades, que hasta la actualidad, no se los han devuelto.
“No nos van a limitar, la lucha sigue. Mujeres como madres y como compañeras, contamos con el respaldo, porque esta lucha es pacífica, es por la vida. No bajaremos la guardia. Seguiremos adelante. Bonafont no volverá a sacar una gota más de agua. El agua es la vida para todos, no nada más de los pueblos”, enfatizó una de las voceras.
Las mujeres coincidieron en que debido a la opresión del sistema que las ha relegado por ser mujeres, indígenas y pobres, han decidido organizarse para “luchar y resistir contra el capitalismo y el patriarcado”.
Experiencia de mujeres de diversas latitudes
Asise Aslam, socióloga kurda, compartió en el encuentro sobre la lucha de las mujeres kurdas en Medio Oriente. Recordó que han luchado por una autonomía democrática y que desde los noventa se ha emprendido una lucha antripartiarcal.
“Antes sólo era la libertad como nación, pero ahora la emancipación es más social e implica una emancipación de género, es central para la autonomía kurda”, indicó.
Asimismo, voceras de San Agustín Tetlama, municipio de Temixco, en el estado de Morelos, denunciaron en el encuentro que la empresa canadiense Álamos Gold pretende explotar una mina a cielo abierto para extraer oro y plata en el cerro El Jumil; sin embargo, ha impactado en la división de la población indígena por lo que urgieron a que su territorio fuera libre de minería.
En el conversatorio también estuvieron presentes mujeres mazatecas familiares de presos políticos de Eloxochitlán, Oaxaca, quienes señalaron que llevan siete años de lucha y que hasta ahora permanecen en prisión preventiva siete de sus compañeros:
“Este problema nos divide. Nuestra vida ha cambiado. Pedimos la libertad de nuestros familiares, por eso estamos plantadas en el consejo de la judicatura. Resistiendo hasta el final. No perdemos la fe”.
En el cierre del conversatorio estuvo presente María de Jesús Patricio Martínez, conocida como Marichuy, excandidata presidencial del Congreso Nacional Indígena (CNI) y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en el año 2018, reflexionó que la organización de las mujeres es la base para la lucha de los pueblos indígenas ante los megaproyectos:
“Las mujeres tenemos un papel muy importante en nuestras comunidades […] Tenemos que cuidar la vida de nuestras comunidades y sino es a través de la organización, no se va a lograr nada, no se va a detener este despojo. […] Una vez encaminadas las mujeres ya nadie las para […] ante todo el despojo es la organización […] desde nuestra casa, nuestro barrio, nuestra comunidad”, dijo.
En el encuentro también estuvieron voceras del CNI, zapatistas y del movimiento de otomíes residente de Ciudad de México.
Luego del encuentro, el domingo 6 de marzo, desde muy temprano integrantes de los Pueblos Unidos, acompañados también de otomíes residentes de Ciudad de México de la Casa de los Pueblos Samir Flores Soberanes, se dieron cita en la glorieta de los Insurgentes sobre Paseo de la Reforma, para llevar a cabo el boicot a la décimo octava carrera Bonafont.
Con pancartas denunciaron que “a lo largo de 30 años la empresa ha robado el agua de las comunidades”.
Frente a los ojos de al menos 20 mil mujeres corredoras, según compartió la empresa, las mujeres indígenas se manifestaron en rechazo a la transnacional y recordaron que el próximo 22 de marzo comenzará la Caravana por la vida, que recorrerá seis estados del país hasta el 22 de abril, por lo que hicieron un llamado a la solidaridad de una campaña permanente de boicot en contra de Bonafont.