Reportajes especiales

La otra batalla del #8M: la violencia transfóbica

En México, la población transgénero, transexual o de otra identidad de género distinta al sexo asignado al nacer es de 909 mil.

México es el segundo país de América Latina que más crímenes de odio registra en contra de la población trans, sólo después de Brasil, de acuerdo con la organización Letra S.

Por eso, la activista e influencer, Ophelia Pastrana asegura que uno de las medidas más contundentes en contra del discurso de odio y de las agresiones en contra de la comunidad trans es que las mujeres cis rompan el pacto de violencia.

Primero hay que romper el pacto, lo mismo que se le dice a hombres sobre las alianzas de la violencia, es mucho más poderoso que una mujer cisgénero le diga a otra mujer cisgénero que no sea violenta a que una mujeres trans se lo diga” afirmó en entrevista con Once Noticias.

Población transgénero, transexual o de otra identidad de género

En México, la población transgénero, transexual o de otra identidad de género distinta al sexo asignado al nacer es de 909 mil, es decir, 0.9% de las personas de 15 años y más, de según cifras de la Encuesta Nacional sobre la Diversidad Sexual y Género (ENDISEG) 2021 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Y como minoría, que también sufre violencia de género, esta población es blanco también de agresiones forma sistemática. Un ejemplo, el pasado 8 de marzo, durante la marcha para conmemorar el Día Internacional de la Mujeres, varias mujeres agredieron verbal y físicamente a mujeres que formaban parte de un contingente trans.

Oslavia Linares, una de las integrantes de la colectiva Transcontingenta, acudió a la marcha de 8M y fue parte del grupo de mujeres que hicieron la intervención en la plancha del Zócalo capitalino.

Durante su participación en la manifestación observó algunas pintas con mensajes de transodio durante la marcha, sostiene que la transfobia se basa en estigmas y prejuicios patriarcales coloniales, por eso, como parte de la colectiva, su principal consigna es que la transfobia no es feminismo: “ni cis ni trans ni una muerta más”.

También, como mujer trans, asegura que para que la violencia en contra de las mujeres trans cese, la sociedad debe posicionarse y actuar al respecto. ¿Cómo?, evitando hacer chistes transfóbicos, señalando comentarios inapropiados, y que no vean esa lucha como separada de los feminismos. Oslavia también exhorta a preguntarles a las personas trans qué es lo qué quieren y necesitan, pues mucha de la violencia parte de la ignorancia.

Considera que escuchar y tener disposición a entender, aunque a veces no sea tan fácil entender, es la manera más sencilla de empezar a tender esos vínculos desde el respeto.

Aznik es una persona no binaria, asistió a la marcha del 8M como miembro de la Transcontingenta; señaló que es primordial aprender que el género va más allá de la identidad. 

Tenemos que aprender a respetar pronombres y a las personas, lo segundo es no ser indiferente ante situaciones de violencia, poner alto a los discursos de odio y levantar la voz” dijo.

Sobre las formas en que se podría abonar a detener la violencia transfóbicaasegura que un buen camino es seguir las redes de mujeres trans para aprender y escucharlas directamente.

Eso sí, igual de primordial, dijo Aznik, es igualmente importante no olvidar a los hombres trans porque de igual forma sufren violencias.

El dato: Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, de 2012 a 2018, se registraron 473 crímenes de odio, de los cuales al menos 261 fueron contra mujeres trans.

Fuente: Letra S.

Back to top button