Reportajes especiales

¿La pandemia nos ha hecho redefinir el concepto de “muerte”?

La tanatóloga Teresa Vázquez explica cuál es el momento preciso para pedir apoyo.

La Real Academia Española define la muerte como la cesación o término de la vida. Y agrega que, en el pensamiento tradicional, es la separación del cuerpo y el alma.

Para autores como el padre del pesimismo, Arthur Schopenhauer, morir es voluntad pura de quien lo padece, no quien lo sufre: “cada individuo, cada faz humana, cada vida, no es sino un ensueño más, un efímero ensueño del espíritu infinito de la naturaleza, de la voluntad de vivir persistente y obstinado”, narra en “El amor, las mujeres y la muerte”.

No obstante, y fuera de toda teoría pura, “la muerte es algo tajante. Es el punto donde se dice: ‘Aquí termino todo’”, explica la tanatóloga Teresa Vázquez, quien conceptualiza la palabra a partir de su disciplina.

Aunque desde el inicio de la pandemia por COVID-19 nos han casi enseñado a ver las muertes convertidas en números. Y en la misma línea, los datos de estos últimos días del Programa de Emergencias Sanitarias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que establecen que las muertes por coronavirus a nivel mundial están en un nivel similar al de marzo de 2020, el punto más crítico de la pandemia; la palabra “muerte” pareciera tomar nuevas dimensiones que van más allá de las enlistadas.

Todos hemos tenido personas cercanas que han muerto. Se ha sabido de muchas situaciones en las que mueren familias completas de un momento a otro. Esto ha generado que la pandemia “nos haya hecho experimentar en carne propia lo que ha sucedido. Ya sea de una manera u otra, ésa es la experiencia. Nos hemos convertido en alarmistas por antonomasia. Ahora mismo nos da una pequeña gripa y tratamos de atendernos de inmediato para descartar tener COVID-19, por ejemplo”.

“Por un lado, la nueva realidad nos preparó para tener una mayor conciencia –aunque se suelen ver algunas excepciones–, pero lo que está claro es que ahora mismo hemos logrado entender que somos vulnerables. Es evidente que la manera de concebir la muerte ha cambiado. La entendemos más”, detalla la tanatóloga.

El proceso de atención y hacia la contención

Según Teresa Vázquez, el proceso de atención, al menos vía la tanatología, tendrá que ser días después a la pérdida.

“La muerte, como cualquier otra pérdida, es una cuestión de valorar hasta dónde llega el dolor. Si en un tiempo determinado causa sufrimiento y persisten diferentes síntomas de ello, es el momento de echar mano del apoyo. Será ésa la situación la que orille al paciente a decir ‘sí quiero, sí lo necesito’. Los tiempos son de la persona que requiera, o con toda libertad, rechace la ayuda”, señala la especialista.

La tanatóloga recuerda que todo el tiempo estamos viviendo pérdidas; sin embargo, respecto a la muerte, se debe atender con terapia de contención.

“Ésta consiste en hacerle ver a la gente que existe una persona que va a ayudarle a calmarle. A respirar despacio. Y eso es físico. De inmediato vendrá lo emocional, donde se tendrá que poner cada cosa en su lugar. Organizar las emociones y los pensamientos para reaccionar mejor ante la situación que se está viviendo”, agrega Vázquez.

Ante el panorama de la pandemia, la tanatóloga refiere que, tanto en México, como en todo el mundo, la cantidad y afluencia de muertes que se han tenido han acelerado el entendimiento y la toma de conciencia sobre lo que nos podría pasar a todos. Sin embargo, la ayuda podría ser indispensable.

“Uno debe recurrir al apoyo cuando se sienta que la situación lo está superando. Ahí no tendría que haber marcha atrás para empezar con terapia. Es lo mejor”, concluye.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button