Reportajes especiales

“La policía me veía como una persona peligrosa”: Jobis Shosho

Jobis es gay y pertenece a la comunidad indígena Wixarika, y cuenta a Once Noticias sobre su labor para erradicar la discriminación

Jobis Shosho es un joven de 26 años, nació en el municipio de Mezquitic, Jalisco, en la comunidad indígena Wixárika (se lee virrárika), es Ingeniero Agrónomo, es gay, y debido a la discriminación incluso la policía lo veía como una persona peligrosa.

El joven ingeniero agrónomo platicó con Once Noticias sobre cómo ha sufrido una doble discriminación, una debido a su origen indígena, y al mismo tiempo por ser gay, algo que antes en su vida lo veía como normal, sin embargo, se dio cuenta que no tenía por qué ocurrir.

Hoy Jobis se ha vuelto una de las personas protagonista de la campaña de Netflix denominada “Un Pride Diferente”, que promueve la visibilidad de la comunidad LGBTIQ+. 

“La discriminación siempre la he vivido, antes le hacía más caso, pero ahora vivo mi vida sin que me afecte. La misma policía me veía como una persona peligrosa, antes vivía por el centro de Guadalajara y llevaba mi mochila, y venía de la estética y no traía nada en mi mochila. No hay que prejuzgar, pero muchas veces antes me sentía muy mal de que fueran conmigo los agentes de seguridad para revisarme la mochila, así te das cuenta cómo es la gente y la ciudad de racista y clasista, no se deben normalizar ese tipo de actos”.

Jobis describe su infancia feliz y se recuerda como un niño afeminado al que le gustaba jugar con niñas a las muñecas, una situación que en su comunidad y su propia familia no veían bien.

Incluso, recuerda cómo su madre llegaba a decirle que sabía que era gay, pero no tenía porque “presumirlo” con todo mundo sino que “se tenía que comportar”.

A pesar de ello, recuerda que en su pueblo no recibió una discriminación marcada por ser gay, sin embargo, no es que no existiera.

“Viví en mi pueblo hasta los 12 años, desde mi niñez fui afeminado, jugaba a las muñecas y mis amigos eran las niñas, también tenía otros amigos gays dentro del pueblo. Dentro de la sociedad del pueblo no recibí rechazo ni discriminación, vivimos en una sociedad incluyente dentro de las comunidades indígenas, creo que la orientación sexual no es lo importante. Sin embargo, con mi familia tuve más problemas porque mi mamá me decía no juegues con las mujeres. Vengo de una camada de LGBTIQ+ que nos atrevimos a salir de los pueblos y me vine a estudiar a la secundaria a Guadalajara”.

“Pero en realidad en mi pueblo no sabemos casos de homofobia, a pesar de que mi cultura es pesada, en 2014 por ejemplo, expulsaron a un grupo de religiosos. Allá la única bien vista es la católica y ellos siguen ahí porque el pueblo le dijo que respetaran sus costumbres pero con estrecha división”, cuenta Jobis.

Jobis Shosho tiene un canal de Youtube en el que actualmente busca hablar cada vez más de la comunidad LGBTIQ+ en los pueblos indígenas, pues se siente orgulloso de pertenecer a ambos grupos.

“Desde 2014 soy activista en pro de la comunidad por los derechos LGBTIQ+ Wixárika. Recuerdo que en aquél año fui a la marcha del orgullo, yo estaba terminando el primer semestre de la universidad. Yo no sabía que había un Pride, que existimos gays pero no pasa nada, y un amigo de Guatemala me llevó al Pride. Fue frente a la Rectoría de la Universidad de Guadalajara, yo no ubicaba ni la bandera de colores”.

“Desde entonces dije, esta es mi familia, quiero estar ahí para siempre, yo iba con mi traje Wixárika, de ahí pasamos al mitin. Yo quería estar algún día ahí hablando y dije tengo que hacer algo por mi comunidad LGBTIQ+, y en mi pueblo me preguntaron. Mi familia vio que publiqué algo en mis redes sobre el Pride y me juzgaron mucho, me regañaron porque estaba publicando esas cosas y de ahí vi mucho reproche en ese entonces”, relató. 

Pero Jobis no lo tomó a mal, sino los reproches y su primera vez en el Pride fue un motivador para seguir trabajando, cada vez más, para orientar a las nuevas generaciones de indígenas que son discriminados por el hecho de pertenecer a sus comunidades, además del hecho de tener otras preferencias sexuales.

“Yo le digo a mi mamá que ya me demostré que soy capaz, quiero llegar a más personas, quiero que impacte a más comunidades indígenas y personas que no tienen aún el valor de decir que son de la comunidad LGBTIQ+, son una minoría. Dentro de una minoría, existimos otras minorías. Yo veo que no hay participación indígena dentro de la comunidad LGBTIQ+, pareciera que sólo estamos para aplaudir cuando aprueban el matrimonio igualitario, o cuando se reconocen derechos, creo que hace falta muchísimo trabajar”, dijo Jobis.”, dijo Jobis. 

“A mí me interesa estar activo en la toma de decisiones, llevar iniciativas en la consulta para que la comunidad indígena se tome más en cuenta. Ahora quiero trabajar más en conjunto con asociaciones, colectivos y activistas pero se me ha hecho muy difícil entrar, uno se pregunta qué méritos tienes que hacer”.

Jobis hoy se dice contento porque considera que ha avanzado en su proyecto de visibilizar más a la comunidad LGBTIQ+ de origen Wixárika y en general de los pueblos indígenas, pero sabe que es sólo el inicio.

“Cuando somos más, nuestra voz es mucho más poderosa”, concluye.

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